Con una cantinera, un forajido y un
Con el Teatro Eugene O´Neill como punto de encuentro, los amantes de la lírica disfrutarán de la primera presentación del 2011 del programa
La proyección comenzará al mediodía. Los asistentes al teatro de barrio Dent verán a Deborah Voigt, soprano de gran prestigio internacional, en el papel de Minnie, ruda mujer dueña de una cantina del oeste; a Marcello Giordani, tenor, en el papel del fugitivo Dick Johnson y a Lucio Gallo, barítono, como el
Al frente de la orquesta estará Nicola Luisotti, a quien le tocará una responsabilidad nada sencilla: ser quien guíe esta producción al momento cumplirse un siglo desde su estreno mundial.
“Ese fenómeno de la redención por el amor, que es frecuente en las óperas, es explotado como valor (en esta obra de Puccini)”, afirmó Castellón, tenor costarricense.
La mujer enamorada es Minnie, propietaria de la cantina donde llegan los mineros que buscan oro en California, Estados Unidos, en la mitad del siglo XIX.
Ella es una mujer ruda, que se las ingenia sola para dirigir su negocio, rodeada de trabajadores que no siempre tienen las mejores intenciones, pero, Dick Johnson, forajido perseguido por la ley, logra penetrar esa superficie blindada, hasta llegar a su corazón.
A pesar del amor que surge entre ellos, Johnson no deja sus costumbres y pone a su amada en aprietos para evitar que la ley o los propios mineros acaben con él.
El amor triunfa, pero, solo al superar obstáculos diversos en la cantina de Minnie. Al final, los tórtolos emprenden un viaje en busca de un nuevo comienzo.
En esta ópera, según Castellón, Puccini dio un giro en su carrera: la producción se estrenó en los Estados Unidos y no en Europa; además, la temática era completamente ajena a la realidad de su país y la acción se desarrolla casi sin pausas entre cada los tres actos.
El estreno de la obra se realizó en diciembre de 1910 en The Metropolitan Opera House, con la participación del propio Puccini.
Para su temporada inaugural, dirigida por el célebre director Arturo Toscanini, participó en su elenco el mundialmente famoso tenor Enrico Caruso, para muchos el más importante de la historia. Las entradas se agotaron e, incluso, los dos ensayos generales estuvieron llenos.
No obstante, esta ópera no es de las favoritas del público. ¿Por qué? Para el tenor Castellón, influye el hecho que se trate de una creación tan distante de las demás obras de Puccini.
“Es una ópera menor en el repertorio de Puccini. El compositor sufrió un descenso en su producción, pero probablemente la razón de la falta del favor del público es que solo tiene una aria”, concluyó.