Cientos de personas ansiosas por escuchar el primer concierto de Carl St. Clair como nuevo titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, llenaron, aunque no abarrotaron, anoche el Teatro Popular Melico Salazar. Este encuentro se enmarcó en el primer concierto de la temporada oficial de la agrupación.
“Todo debut siempre trae muchas sorpresas. El director viene muy bien recomendado. Tendremos que escucharlo”, acotó José Antonio Lara, uno de los seguidores que no se pierde ninguno de los conciertos de la orquesta, antes de entrar a la cita.
Como él, la estadounidense Sandra Brooks también acudió ansiosa a este primer concierto del titular. “Estoy emocionada. Me parece una persona muy interesante; alguien que motiva a los músicos y al público a apreciar la música”, comentó.
Para este primer concierto con los nacionales, St. Clair optó por un desafiante repertorio.
La noche abrió con la obertura Slava , de Leonard Bernstein, cuyos acentos de jazz fueron logrados con el refuerzo de la orquesta en las secciones de percusión, además de la participación de un saxofonista y un guitarrista.
Este vigoroso inicio del espectáculo le valió al texano su primer aplauso como director.
Acto seguido vino la el Concierto para piano N.° 17 en Sol Mayor, KV.453, de Wolfgang Amadeus Mozart, cuya interpretación fue asumida por el pianista francés David Kadouch, invitado al encuentro.
El joven pianista y la orquesta cosecharon una sentida ovación.
Al cierre de esta edición la Sinfónica se alistaba para un cierre de oro: la Sinfonía N.°5 , de Piotr Ilich Chaikovski.
Lea más sobre este concierto en la edición del domingo de Viva .
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