La Costa Rica Fashion Week (CRFW) convocó a entusiastas de la moda en la Antigua Aduana y les entregó una dosis de arte y diseño, el 27, 28 y 29 de octubre. Sobre más de 20 pasarelas desfilaron diseños nacionales e internacionales que derrocharon talento.
En esta edición, y en sintonía con lo que vimos en la reciente París Fashion Week, reinaron las transparencias, las plumas y los brillos, una tendencia que al parecer nos va a acompañar por un buen tiempo.
A contiuación hacemos un recuento de lo más destacado y llamativo que mostraron los diseñadores foráneos invitados al encuentro costarricense de moda.

El Instituto Marangoni, de Miami, fue la ventana que nos permite ver a futuro. Sus estudiantes presentaron creaciones que posiblemente pronto se posicionen en el mercado latinoamericano.
En cuanto a las pasarelas principales, la variedad fue mucha y nos llevaron desde el debut hasta la inclusión. De lo artístico a lo eléctrico.
Jesús de la Garsa (México) trajo a la pasarela de Costa Rica una explosión de color, destellos y plumas. El diseñador, quien recientemente estuvo en la semana de la moda de Nueva York, hizo brillar el encuentro con una colección inspirada en los océanos.
El venezolano Rodner Figueroa se presentó como nunca antes lo vimos: el crítico de la moda ahora diseña y su propuesta resort, dedicada a su fallecida madre, se inspiró en la fuerza y delicadeza de las mujeres. Él debutó en el CRFW y su colección Casablanca mostró, en su mayoría, vestidos y sets de diferentes siluetas y en los que sobresalió la feminidad.
Maison Mesa (España) vino por segunda ocasión a la Costa Rica Fashion Week. En su pasarela se vio una eléctrica colección que transmite toda la energía de su creador.
El cierre del primer día uno estuvo en las manos del colombiano Diego Guarnizo. Así, finalmente Costa Rica vio la afamada Feliza, una colección inspirada en las mujeres afrodescendientes. El creador lamenta que el racismo conviva en la sociedad y por eso es que con sus piezas alegres y relajadas busca “limpiar las cucarachas” que están en la mente de algunas personas.
Alta costura y estrellas
Una de las más sobresalientes propuestas internacionales fue presentada el día 2. La firma Herminas y Reea, de Rumania y Grecia, puso sobre la pasarela una colección de alta costura en la que resplandecieron delicadas piezas que aportaban mucho más que un elaborado vestido de gala.
Luego, en otro show, quedó claro que los sueños se cumplen: eso transmitió la hondureña Duly Romero. Nacida en un humilde pueblo, siendo niña anheló diseñar vestidos que hoy vende desde España. El trabajo manual hace que sus creaciones sean consideradas “de ensueño”. Su muestra Equilibrio se inspiró en ese balance que los seres humanos buscan todo el tiempo.
La marca de origen colombiano Leonisa tuvo una pasarela en la que la estrella fue la Miss Costa Rica 2021, Valeria Rees, quien modeló trajes de baño, ropa interior y otras piezas.
Volviendo al diseño de modas, la firma mexicana No Name mostró por qué figuras como Lady Gaga, Rosalía e incluso integrantes del grupo coreano Blackpink eligen estos diseños que no tienen nombre ni género.
La oferta internacional continuó deslumbrando en el último día del evento. Desde República Dominicana, Tiffany Fermín ofreció una muestra colorida.
Seguidamente, Mariandré Gaitán (Guatemala) deleitó con una oda a la silueta femenina que se compone de brillos, emplumados y transparencias. La colección se inspiró en la aurora boreal.
El asombro creció cuando obras de arte hechas atuendos caminaron por la Antigua Aduana. El venezolano Alejandro Fajardo, quien se inspira en la comunidad LGTBIQ y en las mujeres fuertes e irreverentes, trajo a Costa Rica una muestra en la que sobresale el trabajo manual.
Esto tiene una explicación: Fajardo trabaja sobre lienzos y ahí va bordando y creando sus tejidos. Él fue invitado a Costa Rica luego de presentarse en la Semana de la Moda en República Dominicana.
En esta visita al país, Alejandro vio la cantidad de sus hermanos venezolanos que están de paso por esta tierra. Eso le dolió, pero también agradeció al enterarse de cómo la sociedad costarricense les ha brindado apoyo.
Luego de él, Belén Villanueva trajo desde Españ, una colección inspirada en el café que mostró diseños muy literales.
El cierre de la edición 21 de CRFW estuvo a cargo de los colombianos de Andrés Pajón. Su show llegó luego de estrenarse en Colombiamoda y pasar por París. La colección SS23 se inspiró en los mares colombianos. Atuendos de gala y cóctel ceñidos y otros fluidos en colores clásicos y vivos, protagonizaron un cierre de lujo.
Moda y sostenibilidad
Esta edición del CRFW contó, además, con un Fashion Market, en el que se ofrecieron distintas creaciones de diseñadores y emprendedores de la moda. Además, hubo talleres con invitados especiales.
Una de las charlas educativas más reveladoras fue la de Jeanología. La empresaria española Carmen Silla habló sobre cómo esta tecnología, que nació hace 25 años, permite que la producción de mezclilla no impacte tanto al ambiente. Acciones así son urgentes en un escenario donde la industria de la moda está en el top 3 de las más contaminantes del mundo.
“Entre los textiles, el vaquero (jeans) es la prenda icónica y en sus procesos tiene mucho impacto ambiental. Se consumen tradicionalmente 70 litros de agua por pantalón, químicos y exposición al trabajador”.
Para contrarrestar el impacto se requería de tecnología. Ahora usan láser, ozono (en sustitución de agua y aire que ayuda a reducir el tono) y nanoburbujas (que sustituyen el agua), lo que permite ahorrar entre un 80 y 90% de agua en la producción de un jeans.
Actualmente, los mayores clientes son los de grandes cadenas y algunas marcas de lujo.

Otra de las charlas que generó interés fue la del español Eduardo Texeira, de Valencia Capital Mundial del Diseño. Por primera vez en la historia una ciudad española ostente este título, elegido por la World Design Organization.
“Una de las principales finalidades de la capitalidad es generar cultura de diseño en los ciudadanos, en las empresas y en las instituciones públicas, con la finalidad de que todos demos lugar a una sociedad más próspera, saludable, feliz y con las que la política pública tenga el diseño como eje transversal”.
