Por tres días (27, 28 y 29 de octubre), la Antigua Aduana, en San José centro, fue escenario de las nuevas propuestas de diseñadores nacionales e internacionales. Colecciones sostenibles, sofisticadas, elegantes, ambiciosas y con propósito reinaron en la edición 21 de Costa Rica Fashion Week (CRFW).
En esta edición fue mayor la participación de destacados creadores internacionales que la de costarricenses. Sin embargo, las distintas propuestas que se vieron en pasarela evidenciaron la calidad que también ofrecen los creadores locales. Antes de que iniciara el CRFW, Karina Díaz, directora del evento de moda, comentó a La Nación que el limitado número de participantes ticos se debió a que algunos diseñadores invitados a participar no pudieron tener a tiempos sus trabajos para mostrar.
La pasarela de la Universidad Véritas mostró las creaciones de sus alumnos, lo que nos ofrece un vistazo al futuro de los diseños costarricenses. Foto: CRFW para LN (Manuel Lastiri)
Si bien en estos tres días la extravagancia de algunos se notaba, eso no opacó la presencia de quienes llegaban por primera vez a un Fashion Week: cuando la moda se democratiza, todos ganan y más tratándose de un encuentro que cada vez se posiciona más a nivel latinoamericano.
LEA MÁS: Estos son los imperdibles del Costa Rica Fashion Week
La producción
Las pasarelas estuvieron impecables. La iluminación y puesta en escena fue detallada y de buen gusto. La CRFW contó este año con asesoría internacional y la mayoría de los miembros del equipo eran costarricenses. Los asientos dispuestos para ver los desfiles fueron ocupados en orden y la distribución de las sillas permitía a las personas, desde cualquier fila, tener buena visibilidad.
Las diferentes propuestas, casi todas femeninas, ofrecieron piezas formales, casuales, con propósito y lista para usarse.
La firma nacional Selfmade mostró una colección en la que se destacaron sus tejidos teñidos naturalmente, cochinilla y hasta cáscara de cebolla son parte de los tintes naturalez utilizados. Foto: CRFW para LN (Manuel Lastiri)
Orgullo nacional
Para empezar, hay que hablar del talento emergente, pues institutos y universidades evidenciaron que hay mucho futuro para la moda costarricense. Las pasarelas de estudiantes del Instituto Nacional de Aprendizaje, de la U Véritas, la U Creativa y del Instituto Adriana Orozco mostraron diseños y propuestas que podrían llevarles a pasarelas principales más adelante.
Del talento nacional, Kevin Rojas (marca homónima) y Nicole Madriz (Selfmade) llegaron con conceptos muy distintos, pero igual de interesantes. Él, a través del latex y de las formas que simulaban la anatomía humana, procuró que quienes quieran usar sus prendas sean quienes gusten de destacarse.
En tanto, Madriz presentó Sauce, una colección inspirada en el lado oscuro del bosque. Esta presentación contó con música de arpa en vivo y con de cierre con un mensaje que dejó pensando a los presentes: una modelo vestida de blanco llevaba una capa en la que estaban escritas esas frases con las que algunas mujeres llegan al altar.
“Calladita más bonita, la va a dejar el tren”, entre otras, fueron las oraciones escritas en la capa.
“Muchas mujeres llegan a un altar con frases que las han marcado. Por eso al final sacamos a una chica vestida de blanco, no es una novia, pero muchas usan ese color el día de su boda y cargamos esas frases en los hombros que nos han dicho de ‘no hablar mucho y de no ser intensas’”, comentó.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/MTY76EQAEBARRIZ6LVTAIC4TC4.jpg)
Kevin Rojas, quien lleva dos años como estudiante de diseño, es desde ya una promesa del modelaje. Incluso ha presentado sus creaciones fuera del país. Foto: CRFW para LN (Manuel Lastiri)
La diseñadora, quien se caracteriza por sus piezas para diferentes ocasiones hechas a mano, teñidas con pigmentos naturales y detallados bordados, resaltó el tema de la energía femenina. La mayoría de sus vestidos, faldas, camisas y diferentes piezas tienen nombres de mujeres que han marcado su vida. Esta vez su propuesta también fue utilizada por hombres.
La nacional Marianela Sandí, conocida por su sastrería, llegó a la pasarela con una colección refrescante que nos da la buena noticia de que la ropa formal también puede verse osada y colorida. Ella fue patrocinada por un supermercado y se inspiró en la paleta de colores del comercio, práctica que le funcionó.
La otra muestra tica fue presentada por Nolis Rodriguez, de Amag, una marca que se caracteriza por ser de slow fashion (moda lenta): sus diseños están hechos con textiles orgánicos y algunos insumos reciclados. En Introspection se vieron piezas modernas que pueden llevarse en el día a día y que además fueron creadas con nobleza ambiental.
Amag presentó en la Antigua Aduana diseños interesantes y basados en la moda lenta. Foto: CRFW para LN (Manuel Lastiri)
Otras muestras
Entre el menú, también estuvieron dos emprendimientos costarricenses que comercializan diseño internacional: la multimarca KA Fashion, y Posh Couture, esta última ofrece en Costa Rica los modelos de la colombiana Vicky Tcherassi.
En la pasarela de Posh Couture se vieron diseños románticos y delicados que pueden ser usados en todo tipo de momento, gracias a la versatilidad de las piezas.
La Costa Rica Fashion Week recibió 4.000 personas durante sus tres días, las cuales para ingresar debían comprar un árbol, por medio de la fundación Plantá mi árbol.
Tras el final de CRFW, Karina Díaz se mostró contenta con los resultados de esta edición.
“Sentimos mucha respuesta del país, de la parte de moda. Nos sentimos motivados y felices por la respuesta del pueblo de Costa Rica”.
La colección de Marianella Sandí presentó piezas formales pero divertidas. Foto: CRFW para LN (Manuel Lastiri)
Libreta de apuntes
-En las pasarelas no se vio la diversidad corporal, al contrario de la mayoría de semanas de la moda de todo el mundo. Esto cuando en la edición anterior de CRFW 2021 fue notable la inclusión de modelos de variadas tallas. Sobre ello, la directora Karina Díaz comentó que este 2022 presentaron un grupo de modelos de variadas tallas a los diseñadores, sin embargo, la elección de las participantes en el desfile recayó en los creadores.
- En pasarela no participó el paratleta Sherman Güity, quien había sido anunciado y que representaría la inclusión en los desfiles. Díaz detalló que las pruebas de vestuario y ensayos no fueron afines con los entrenamientos del deportista y finalmente los diseñadores y él no se pusieron de acuerdo.
- Las charlas de expertos y el Fashion Market, donde decenas de marcas ofrecieron sus productos, fueron dos aciertos que educan y dan visibilidad a diferentes actores del universo de la moda y su talento y calidad. Incluso hubo espacio para la Fundación Yo puedo, ¿y vos?, que vendió medias diseñadas por personas con Síndrome de Down.
- Para próximas ediciones sería recomendable colocar una pasarela fija para que las modelos no tengan inconvenientes al desfilar, usando tacones, por el piso irregular de la Antigua Aduana.
Pasarela de la colombiana Vicky Tcherassi y que fue incluida como parte de las propuestas nacionales porque en el país se comercia a través de la marca nacional Posh Couture. Foto: CRFW