“No va a dar declaraciones. Solo tomen fotos y videos”.
La organización de Miss Universo no quería, bajo ninguna circunstancia, que los medios se acercaran o pudieran hacerle preguntas a la nicaragüense Sheynnis Palacios, la actual embajadora del certamen de belleza.
Esta fue la condición para poder estar frente a la reina de belleza y obtener, al menos, algunas declaraciones durante su visita a la Asamblea Legislativa la tarde del martes 27 de febrero. La misma política se instauró durante la conferencia de prensa, que tuvo lugar hoy mismo por la mañana, en Grupo Moreno, en Pavas.
Mientras tanto, ella solo sonreía amablemente a la prensa y repetía de manera intercalada: “Gracias” y “Pura vida”.
La modelo aterrizó en el país el lunes 26 de febrero y, según se supo desde días antes, solo estaría en territorio costarricense por dos días, con la intención de presentar al nuevo dueño de la franquicia de Miss Universo en el país, el empresario Carlos Valenciano Kamer.
Sheynnis Palacios se convirtió así en la primera Miss Universo en ejercicio en visitar Costa Rica; sin embargo, su presencia en el país podría describirse como poco convencional, en un ambiente extraño.
Desde antes de que aterrizara en Costa Rica, se esperaba que la presencia de Sheynnis fuera totalmente restrictiva, no solo porque ella participó en las protestas contra el régimen de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, antes de convertirse en reina de belleza (en el 2018), sino también por las polémicas en las que ha estado envuelta la organización de Miss Universo recientemente, donde se ha cuestionado el compromiso con la inclusión en el certamen.
Las sospechas se confirmaron a su llegada al país, ya que mientras toda la prensa esperaba a la reina en la terminal principal del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, ella estaba abordando una camioneta blanca con escolta en la terminal doméstica del sitio.
Decenas de nicaragüenses corrieron con sus banderas al hombro, con los regalos que le llevaban en sus manos y sus celulares listos para el selfi, intentando llegar hasta donde ella estaba; sin embargo, pocos lograron su cometido. Ella subió al carro y por unos minutos bajó la ventana para saludar, mientras la camioneta iba en movimiento.
Muchos de ellos regresaron a casa con la esperanza de que ese martes 27 de febrero sería un nuevo día, y que tendrían un segundo chance para conocer a su reina, la primera Miss Universo nicaragüense.
Una conferencia controlada
La conferencia de prensa era la primera actividad que tenía Sheynnis Palacios este martes. Nuevamente, las reglas estaban claras: solo las personas acreditadas previamente podían ingresar al sitio y no se le podía hacer preguntas directamente a la reina. De hecho, para formular algún tipo de preguntas, había un protocolo: escribir dos preguntas en una hoja blanca y la organización elegiría cuáles le realizarían.
Con aproximadamente una hora de retraso, múltiples restricciones de ingreso y una alfombra roja por la que no desfiló, así fue como finalmente llegó la Miss Universo a su encuentro con la prensa. Ella, a diferencia de la comitiva de la organización, ingresó por un sitio diferente para evitar que los presentes la vieran previo a la actividad.
Afuera del recinto había policías de la Fuerza Pública y seguridad privada, además de varios de sus compatriotas, quienes no se rendían en su afán de conocer a su reina. Había algunos seguidores de Palacios subidos en la tapia del auditorio, otros se encontraban afuera cargando con orgullo sus banderas.
“Soy su fan”, gritaba con fuerza un costarricense, quien con una bandera de Costa Rica llegó una hora antes al evento. No obstante, sus ilusiones se desvanecieron conforme avanzó el tiempo, pues la reina no compartió ni con él ni con nadie.
Ellos no fueron los únicos que se fueron desilusionados, pues muchos periodistas esperaron pacientemente el inicio de la conferencia, con la esperanza de que sus preguntas fueran leídas a la reina. Sin embargo, Verónica González, maestra de ceremonias de la actividad, solo leyó unas seis o siete preguntas, las cuales se contestaron en cuestión de 10 minutos.
Todas las respuestas estaban relacionadas con cómo se sentía Sheynnis de ser Miss Universo, o qué le parecía Costa Rica. Las demás preguntas simplemente fueron ignoradas.
Este medio, por ejemplo, consultó sobre su posible llegada a Nicaragua y sobre las polémicas recientes de Miss Universo; sin embargo, González no leyó ninguna de las dos, ambas fueron descartadas.
Posterior a la actividad, la organización anunció que se tomaría fotos con los presentes, uno a uno. Muchos hicieron fila para tener un recuerdo con Sheynnis, a quien solo la podían saludar y jamás tocarla.
Una visita inesperada
Desde antes de la llegada de Sheynnis a Costa Rica, su agenda era un misterio. Sin embargo, durante la conferencia de prensa se dio a conocer que la reina tendría una visita inesperada a la Asamblea Legislativa.
La prensa se hizo presente en la oficina de la Presidencia Legislativa, donde sostendría una reunión con el presidente del Congreso, Rodrigo Arias. Allí, los periodistas asistieron con la esperanza de obtener algunas declaraciones más; sin embargo, nuevamente, no hubo más que un evento protocolario.
Ella nunca perdió su sonrisa ni su amabilidad, y siempre trató de mostrar su carisma ante las personas presentes, incluso con las que se encontraban detrás de la puerta de vidrio con su celular en mano, tratando de capturar un recuerdo de la Miss Universo en Costa Rica.
Posteriormente, la prensa no supo más de Sheynnis, pues fue desalojada donde se encontraba en el recinto legislativo.
De esta manera, la anhelada imagen de Sheynnis Palacios celebrando con sus compatriotas el histórico triunfo en Miss Universo nunca llegó. Al menos no se dio en suelo tico, pues el protocolo nunca permitió otra cosa.