Afable y lleno de optimismo, así fue el reconocido actor Sergio Paniagua, quien falleció la madrugada de este martes a sus 42 años.
Desde el 11 de octubre anterior estuvo internado en el Hospital México, centro médico en el que tras una revisión de rutina descubrieron que un tumor en la cabeza era el causante de los fuertes dolores de cabeza que Sergio experimentaba y que atribuía al estrés.
Nacido en Tibás, Paniagua siempre soñó con lo que hizo los últimos 23 años: actuar y hacer reír a la gente.
Estudió Artes Dramáticas en la Universidad de Costa Rica, donde se destacó mientras integraba el grupo del teatro universitario Girasol.
Su optimismo siempre fue notorio. Sus más cercanos veían a un hombre feliz, que a pesar de cualquier adversidad encontraba una enseñanza o propósito a partir de la vivencia que fuera.
Y así lo hizo incluso los días que estuvo hospitalizado. Antes de ser intervenido quirúrgicamente, él se acercó a las camas de sus compañeros y les habló de Dios. Sergio practicaba la religión bautista.
Fue un hombre polifacético. Además de actor, fue empresario: Sergio dirigía el Teatro El Ángel en Tibás.
También estudió tres años Periodismo y fue guionista, productor, editor, locutor de radio e imitador, según comentó el conductor Mauricio Astorga, su amigo y colega de años.
En las últimas semanas, Sergio estaba trabajando como protagonista de la serie de Canal 13 La Mandarina. Por su estado de salud las grabaciones se detuvieron esperando su recuperación.
“Estamos muy consternados, teníamos toda la esperanza de que la condición de salud de Sergio se superara. Nosotros teníamos puestas todas las intenciones de avanzar con él y su equipo con La Mandarina . Esto nos pone en un estado de duelo, tuvimos una cercanía hace varios meses.
”Estamos impactados; en este momento no sabemos qué va a pasar con el proyecto y luego de este momento de impacto todos conversaremos con más serenidad”, aseguró David Zúñiga, director de Canal 13.
Amoroso. Kimberly Saavedra, su esposa desde hace cuatro años, le comentó a Viva sobre el proceso que enfrentó con “mucha fortaleza” junto a Paniagua.
“Él me había preparado, me dijo que si moría en la operación yo tenía que estar tranquila porque él se iba con Dios. En la visita de ayer (lunes) yo sentí un fuerte dolor en mi corazón. En la noche, a eso de las 11:30 p. m., nos llamaron a decirnos que él estaba muy mal, que fuéramos al Hospital México”, dijo Saavedra.
Kimberly mencionó que fue junto a su esposo al centro de salud para que le realizaran una retinopatía de control; los médicos vieron una mancha anormal a través de sus ojos y de inmediato lo sometieron a un TAC (tomografía axial computarizada), que reveló un tumor de ocho centímetros que tenía Paniagua.
“Todo pasó muy rápido, a él le programaron la operación, se la hicieron, salió bien, sonriendo; fue poco después que se complicó, el jueves sufrió un paro cardiorrespiratorio y le indujeron el coma. Creímos que él iba a salir de esto, pues ya había pasado las 72 horas más delicadas desde que estaba en ese estado”, explicó.
“Sea una guerrera, no tenga miedo, no se estrese. El vivir es Cristo y el morir es ganancia”. Con esas palabras Sergio reconfortó a Kimberly durante este proceso y le pidió que “por favor” continuara al frente de El Teatro el Ángel, pues ese era su mayor anhelo.
Sergio era padre de un hijo de 11 años de una relación anterior. Justamente, en agosto pasado, el pequeño, que vive en Bélgica con su madre, estuvo junto a Paniagua durante todo el mes.
“El chiquito estuvo con Sergio y él estuvo muy feliz. Ya comunicamos que Sergio falleció; en la familia sentimos que la presencia del niño fue un tipo de despedida”, contó la también actriz, quien asegura fue formada por Paniagua.
“Él me enseñó a luchar, a ser optimista”, finalizó.
Gran legado. Si hay un artista que conoció bien a Sergio Paniagua y su labor es Lucho Barahona, reconocido actor chileno radicado en Costa Rica desde hace 40 años.
“Se fue un amigo muy querido; trabajé muchos años con él. Realmente me siento muy triste”, dijo Barahona, quien hace varios años le cedió el nombre de El Teatro el Ángel a Sergio para que pusiera su sede en Tibás.
Don Lucho comentó que por las labores de ambos se vieron por última vez hace dos meses, mas la comunicación entre los dos se mantuvo, principalmente, en las últimas semanas cuando se enteró del mal que aquejaba a su amigo.
“Lo voy a echar mucho de menos. Mientras estuvo en el hospital lo llamé y él me dijo que estaba con toda la pata: ‘no me va a pasar nada, sé que están orando por mí, estoy contento’. Cuando lo escuchaba con ese optimismo me lo contagiaba, creí que él iba a salir muy bien de esto. Sergio me dijo que no se iba a morir, yo le dije que no quería que se muriera”, dijo Barahona.
El chileno no precisa hace cuántos años se conocieron él y Sergio. Sí recuerda que se lo recomendaron para una obra y desde el inicio supo que era un gran actor.
“Él hizo audición conmigo y me gustó mucho cómo era; entonces, empezamos a trabajar, él participaba en casi todas las obras mías, era muy agradable trabajar con él. Sergio era especial, siempre estaba riendo y haciendo chiste, todo el mundo lo quería”, aseguró Barahona.
“El lo hacía todo de una manera muy agradable. Al público le encantaba Sergio, siempre trabajábamos mucho, siempre tuve un trabajo maravilloso con él. Siempre fue muy optimista, jamás le vi triste”, concluyó Barahona.
Mensajero de paz. Rita Campos, otra de sus colegas más allegadas, reconoció que uno de los más grandes aportes de Paniagua al teatro fue su gran carisma.
“Sergio tenía un don de gente increíble, hacía una mágica conexión con el público. A los que lo conocimos nunca se nos va a olvidar su sonrisa”, dijo Campos.
La actriz conocía a Sergio desde hace 15 años, y fue una de las más cercanas a él y su familia en este proceso en el que admite “se cumplió el propósito de Dios en la vida de Sergio”.
“Él aprovechó su estancia en el hospital para llevar un mensaje de fe a las personas”, aseguró.
Para Rita, Sergio siempre fue un “ser humano de fortaleza grande”.
“Él y su esposa son muy llenos de Dios, él siempre instaba a la gente a que orara. Siempre dijo que estaba gozoso, en ningún momento se puso negativo, él mantuvo su fe. En uno de los últimos videos que transmitió en Facebook dijo que si era voluntad de Dios se iba al cielo y nos esperaba allá”, finalizó Campos.
Las honras fúnebres se realizarán hoy en el Cementerio General a partir de las 10 a. m., previamente habrá una ceremonia en la Funeraria Paz, en el Barrio Don Bosco.