Había una vez una Navidad en la que nadie la pasaba bien. El pesebre estaba alborotado con un drama amoroso, la familia era el peor enemigo de las fiestas y el mismo cerdo de la cena se rebelaba contra su cocción. En los cuentos antinavideños, como todos los años, diciembre sabe amargo y suena a carcajadas.
En su tercera edición, el espectáculo antinavideño El Pesebrazo reúne tres cuentos de dramaturgos ticos con "la otra cara" de la Navidad, dice su directora Jennifer Monge. Este año, la producción cumple tres años de realizarse en Costa Rica desde que Monge importó la tradición desde el Teatro La Capilla en México.
En el país, el teatro de los antinavideños siempre ha sido la misma sala de cámara. La Casona Iluminada –ubicada 120 metros al oeste de la Alianza Francesa en barrio Amón– estrenará El Pesebrazo este jueves 7 de diciembre, a las 8 p. m.
Las funciones se realizarán por tres semanas, hasta el 23 de diciembre, con horarios de jueves a sábado, a las 8 p. m. Los domingos la presentación será a las 6 p. m.
Las entradas cuestan ¢5.000. Las reservaciones se pueden hacer al 8304-2703. Más información en el evento de Facebook.
Cuentos burlones
Los cuentos antinavideños aprovechan los ideales navideños para crear humor y sátira.
El mismo nombre del espectáculo, El Pesebrazo, es un guiño al caso de corrupción del "cementazo", es decir, "a los trending topics de redes sociales, los memes y los acontecimientos del año", explicó su directora Jennifer Monge.
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En El amor del Buey, Cristhofer Angulo subvierte las emociones del pesebre tradicional. Mientras que, usualmente, todas las figuras son devotas al nacimiento del niño Jesús, Angulo le da voz al amor no correspondido del buey.
Por otro lado, La fuga de Alejandra Marín y Ricardo Lobo visita las frustraciones de una joven escritora cuando las expectativas de disfrutar una fiesta tranquila y familiar se transforman en una pesadilla viviente.
En Peggy Christmas, José Luis Solís describe a un chancho que cobra consciencia de sus circunstancias: ¿por qué debe someterse a su muerte cuando puede huirle?
"La ventaja de los antinavideños es que las ediciones han permitido reafirmar que no odiamos a la Navidad, no es un espacio que fomente la intolerancia o el odio", aseguró Monge. "Es un espacio para reírse de las circunstancias (...) Nos divertimos de nuestras propias desgracias que, en este caso, suceden en un contexto navideño".
Una tradición
Monge trajo el proyecto de los antinavideños como herencia mexicana de dramaturgia y puesta en escena. En el 2015, la dirección estuvo a cargo de Gustavo Monge y, el año pasado, de Natalia Mariño.
En el país, Jennifer Monge es quien mejor conoce el proyecto, tras haber trabajado en la versión mexicana con un texto propio –X_X Santa–. Esta es la primera vez que funge como directora.
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Monge explicó que, mientras tanto, un teatro de Puebla, México, estrenará su propia versión de la tradición antinavideña y pondrá en escena su texto.
Según explica la directora, esta tradición teatral, como ocurre en la celebración secular y religiosa, es celebración de la “acumulación”. Cada año, la producción tica cuenta con más historias –a la fecha tienen ocho textos originales– y, también, más elementos de vestuario y utilería (es decir, más “adornos”).
“Hay una buena reputación”, dijo la directora. “A la gente le gusta y quieren repetir: invitan a otrosgrinch –como se le dice a los enemigos de la Navidad– a que vengan y que conozcan. Desde todo punto de vista siempre hemos ido hacia arriba”, aseguró.