La coreografía de Estefanía Dondi, EgóRitus , es un rito, aunque su motivación no es religiosa. En su lugar, los 29 bailarines de UNA Danza Joven crean una ceremonia dedicada al ritmo y a la armonía que sus cuerpos alcanzan en el escenario del Teatro de la Danza.
La obra – estrenada este jueves 27 de agosto – se presentará en el recinto del Centro Nacional de la Cultura (Cenac, antigua Fanal) este fin de semana. Viernes y sábado, la función será a las 8 p . m. y, el domingo a las 6 p. m.
Dondi, quien ganó en el 2014 el Premio Nacional de Danza a la mejor intérprete, fue invitada por el proyecto de la Universidad Nacional para poner su talento en la creación y dirección de la obra de su primera temporada.
“Normalmente estoy acostumbrada a trabajar conmigo”, explicó la coreógrafa. “El reto más grande es que no quería hacer protagonismo de nadie, sino que crecieran por igual. Lograr ese balance fue complejo”.
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La inspiración de Dondi nació de los ritos en los que se concentran masas de gente.
Así su trabajo quiso contagiar a los intérpretes de UNA Danza Joven de los sentimientos de unidad y armonía que se alcanzan en dichos espacios: la euforia de los conciertos masivos, la serenidad de los rezos religiosos y la energía del movimiento sincrónico.
En el proceso, también se volvieron recurrentes los motivos de las mandalas, ilustraciones budistas que simbolizan la simetría del universo. Dicha estética inspiró a la vestuarista Michelle Canales, con el fin de crear para el grupo trajes elaborados con telas de colores vibrantes.
El resultado, según explicó Canales, es una pieza voluminosa que se adapta al uso que le den los cuerpos de los bailarines.
La sinergia entre cada pieza es vital. Después de todo, la visión de Dondi para EgóRitus es el equilibrio de todas sus partes.