Desde el 2003, los ‘Domingos familiares sin humo’ han reunido a las familias costarricenses para que todos sus miembros, sin importar la edad, disfruten de actividades deportivas al aire libre. Este domingo, no fue la excepción.
Debido a la pandemia, este evento no pudo realizarse durante tres años. Sin embargo, este 2023, retornó durante tres domingos y culminó este 19 de marzo en conjunto con el Transitarte en el centro de la ciudad, donde cientos de asistentes también disfrutaron de música, juegos tradicionales, actividades culturales, cimarrona y hasta de un torneo nacional de boxeo aficionado.
Lo usual, desde hace 17 años, es que para los ‘Domingos familiares sin humo’ se cierre el paseo Colón y se dejen siete cuadras para que grandes y pequeños compartan en un ambiente sano. Este domingo, la actividad se trasladó al parque España, para que coincidiera con el Transitarte.
Así fue como desde el parque Morazán hasta la estación de ferrocarril al Atlántico, todo se llenó de arte y cultura.
“La idea era celebrar y cerrar a lo grande esta iniciativa con el Transitarte que le brinda a la población otra cantidad de actividades. (...) Es una forma de decirle a la población que estamos trabajando, en el marco de nuestra celebración de los 200 años como ciudad capital y capital iberoamericana de las culturas”, explicó Tatiana Chaves, jefa del departamento de Cultura de la Municipalidad de San José.
“El arte y el deporte son herramientas poderosas para que nosotros como sociedad podamos mejorar y cuidarnos entre todos”, recalcó.
Disfrute familiar
Juan Carlos Salas llegó acompañado de su esposa, Adriana Ramírez, su hijo Felipe de 9 años y Valeria de 6. A ellos se les unió su mascota, el perro Manchis, ya que había una zona para llevar a los consentidos de la casa.
“Estas actividades sirven para romper el estereotipo de quedarse en la casa, viendo televisión o con tecnología. Este tipo de espacios ayudan a las familias grandes a disfrutar de lugar abiertos, gratuitos y que ellos (los niños) salgan de la rutina”, dijo Ramírez.
Una de las actividades favoritas de los niños fue ver las mascaradas y poder bailar con la cimarrona.
En el sector de los juegos tradicionales también estaba Emmanuel, un niño de 8 años con autismo, vecino de Calle Blancos. Su abuela, Nidia Valdez le observaba jugar.
“Saqué un rato a Emmanuel porque es un niño que no le gusta compartir con nadie y me dijeron que aquí estaba muy alegre. Vino y eligió lo que quería jugar (...). Yo estoy feliz porque él se siente realizado y está comunicándose con otras personas. Al verlo contento, yo estoy igual”, dijo la señora.
Este domingo, Emmanuel disfrutó muchísimo, aprendió a brincar la cuerda, a jugar el famoso “avioncito” y sobre todo a compartir con su abuela y otras personas.
Otra que disfrutó en grande fue doña Angélica Chavarría, de 54 años, quien a eso de las 11 a. m. ya tenía sus mejillas rosadas por jugar en el mini golf.
“Nunca lo disfruté de niña y ahora adulta, después de tener cinco hijos y 10 nietos, estoy disfrutando de la vida otra vez” explicó Chavarría, quien también se le vio en las hamacas y observó los bailes folklóricos, acompañada de su hija y su nieto menor.
El broche de oro este domingo lo pusieron no solo las peleas del campeonato nacional de boxeo aficionado, que tuvo lugar frente a la estación del ferrocarril al Atlántico, sino que los costarricenses podrán disfrutar de un concierto con Son de Tikizia y la Banda Municipal de San José, a partir de las 6 p. m. en el Parque Nacional.