El cabello blanco y en picos, el traje medio abierto y el ojo de vidrio de Johnny Depp quedaron atrás. Mads Mikkelsen llegó a la saga de Animales Fantásticos para darle sobriedad al actual paquete de películas que viene a expandir la franquicia querida de Harry Potter.
Con su mirada fulminante, ataviado con traje, corbata, bufanda y con el cabello perfectamente peinado a un lado, Mikkelsen le da una bocanada de aire fresco a una saga que le ha costado carburar. Su presencia como Gellert Grindelwald, el primer gran mago oscuro del siglo XX, es un rol exigente al que había costado construir.
“Lo dudé en aceptar”, dijo recién el danés al diario El País. “Tomé el relevo porque era una emergencia”, agregó, pues Depp fue expulsado por perder un juicio por difamación por unas notas suyas publicadas en torno al caso con su expareja Amber Heard.
Pero la crítica ha encontrado en su actuación el salvavidas perfecto para la franquicia. “Mikkelsen se mete en el papel de Grindelwald con tanta naturalidad que es fácil olvidar que Depp alguna vez interpretó el papel”, escribió Insider en su reseña anticipada sobre el nuevo filme Los Secretos de Dumbledore, donde el actor brilla. Con un particular carisma, la expectativa por esta saga toma un nuevo aire, en buena medida gracias a su aporte.
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Distinción importante
Ya Mikkelsen ha demostrado ser un tremendo antagonista. Lo fue de la Alianza Rebelde de Star Wars en Rogue One, así como el villano a vencer de James Bond en la magnífica Casino Royale. También fue enemigo de Doctor Strange en el filme de origen de este superhéroe. Ahora el mundo mágico toma su mirada triste pero intimidante para enderezar su barco.
El primer filme de la saga, titulado Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, presentó a Grindelwald camuflado como Percival Graves, un destacado auror a cargo del departamento de seguridad del Ministerio de Magia. La actuación corrió a cargo de Colin Farrell en un rol con fecha de expiración: al final del filme, se devela que Graves es en realidad Gellert Grindelwald, un peligroso mago que, con tintes nazis, quiere provocar una revolución en la población mágica para que tomen poder del mundo muggle (sin poderes) ya que los magos, a su modo de ver, son una raza superior.
En el segundo filme, titulado Los crímenes de Grindelwald, Depp toma escena por completo. Su actuación, consensuadamente calificada como irregular, hizo que pocos lamentaran su salida del barco mágico. Su interpretación estuvo volcada hacia un carácter más caricaturesco, haciendo olvidar la relevancia que tuvo Grindelwald dentro de la historia principal de Harry Potter.
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Un pequeño refrescamiento sobre su arco: como se expone en Las reliquias de la Muerte Parte 1, Grindelwald robó la varita de Sauco (la más poderosa) de las manos del creador de varitas Mykew Gregorovitch para así llevar a cabo su macabro plan de eliminar a la raza muggle. A diferencia de Lord Voldemort, Gellert no era un mago tan poderoso en sus destrezas con la varita, pero sí en su retórica.
Grindelwald era prácticamente un político (en el nuevo filme se adentra este terreno) y con la varita de Sauco consiguió el poder suficiente para abrirse camino, previendo que en algún momento debiera enfrentar al entonces profesor de Hogwarts (aún no director) Albus Dumbledore.
Ese poder de convocatoria a través de la palabra calza perfecto con el garbo del actor danés, quien siempre ha sido sutil en sus interpretaciones.
“Con Depp, no podía entender por qué alguien querría seguir a un mago que cómicamente parecía otro invento extraño de la colección de personajes excéntricos del actor que ha interpretado a lo largo de los años. En contraste, Mikkelsen interpreta a Grindelwald con un carisma suave y encantador que te convence de por qué alguien se dejaría seducir por este atractivo y apuesto mago y sería engañado para pelear una guerra por él”, se lee en la reseña de Insider.
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Habiendo visto el filme, no hay temor en decir que este nuevo Grindelwald intimida. Es un enemigo esculpido a la altura de Albus Dumbledore, de quien su leyenda todos conocemos gracias a las ocho películas originales de este universo.
Mientras Mikkelsen se prepara para ser el antagonista de Indiana Jones en su nuevo filme, tenemos al danés, varita en mano, listo para consolidar su galería como el villano perfecto, pues pocos nacen para ser el odiado de una historia épica y aún así aplaudirle cuando los créditos llegan al término de la película. Solo los grandes.