Dar un segundo aire a las viejas historias se ha convertido en una especie de olla de oro al final del arcoíris para Disney.
El remake de La bella y la bestia –protagonizada por Emma Watson y Dan Stevens– es tan solo el más reciente ejemplo de cómo Walt Disney Pictures se las ha ingeniado para hacer explotar sus ingresos a partir de la nostalgia.
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En tan solo su primera semana en las salas de cine, la cinta del director Bill Condon recaudó $490,6 millones alrededor del mundo, de acuerdo con Forbes. Nada mal, si se toma en cuenta que el presupuesto total de la película rondó los $160 millones, según datos de IMDb.com.
La bella y la bestia constituye el quinto remake en live-action de Disney. El primero surgió en el 2010, cuando el estudio decidió volver a contar la historia de Alicia en el País de las Maravillas, pero con una mayor carga dramática sobre el Sombrerero, interpretado por Johnny Depp.
Pese a no haber contado con las mejores críticas, el filme del director Tim Burton se convirtió en un éxito de recaudación desde su primer fin de semana y se quedó con el puesto de la segunda película más taquillera a nivel mundial del 2010, solo por debajo de Toy Story 3.
Cuatro años más tarde, Disney repitió la estrategia, con Maléfica, en la piel de Angelina Jolie. Esta vez, Robert Stromberg contó la historia de la Bella Durmiente desde la perspectiva de la villana y logró una taquilla mundial de $758 millones, según Box Office Mojo.
En el 2015 llegó La cenicienta, protagonizada por Lily James. A diferencia de sus antecesoras, el mayor cambio que tuvo este remake con respecto a la cinta original de 1950 fue que no se concibió como un musical.
La película logró muy buenas críticas, sobre todo por las actuaciones de Cate Blanchett y de Helena Bonham Carter, como la madrastra y el Hada Madrina, respectivamente. La recaudación mundial ascendió a $543,5 millones.
El año pasado, Disney estrenó El libro de la selva, un proyecto sobre el que pesaban muchas reservas, debido a los efectos animados que requerirían los animales. Sin embargo, la película consiguió superar todas las expectativas, con un reparto de voces de lujo (Bill Murray, Ben Kingsley, Idris Elba, Lupita Nyong'o, Scarlett Johansson, Giancarlo Esposito, Christopher Walken y Garry Shandling) y se convirtió en el remake más exitoso de los estudios, con una taquilla total de $966,5 millones.
En el 2018, Disney estrenará Mulán y ya está confirmada la producción de La sirenita, Blancanieves, El rey león, Cruella De Vil (basada en Los 101 dálmatas), Aladino, Pinocho, Peter Pan, Campanita, Dumbo y Winnie Pooh, así como secuelas de Alicia en el País de las Maravillas y de Maléfica.
"Lo que Walt Disney hizo con estos clásicos animados fue tomar todas esas historias que sabía que eran atemporales y reinventarlas", explicó Sean Bailey, presidente de Walt Disney Studios Motion Picture Production.
"Entonces, pensamos que podríamos acercarnos de nuevo a esas historias con lo mejor del talento y la mejor tecnología, y que podríamos intentar hacerlas reflejar un poco mejor nuestro mundo actual", añadió.
Negocio redondo
La apuesta de Disney tiene mucho sentido, por dondequiera que se le mire, pues captura la atención de quienes crecieron con los clásicos animados de Disney y, al mismo tiempo, se inserta en las nuevas generaciones ya acostumbradas a las películas con efectos especiales.
"Su nueva fórmula toma una vieja historia que atraerá a los niños, sus padres, y una generación de adultos con una conexión nostálgica específica a una versión (en estos casos, bebés de los 90). Trae un puñado de caras famosas a bordo, además de una ayuda extra de la acción, algunas referencias y la promesa de imágenes en 3D. Entonces, se tiene una película que puede extenderse más allá de la usualmente limitada audiencia de Disney", detalla la revista New Statesman.
Además, los cuentos de hadas tienen una narrativa capaz de apelar a audiencias de ambos hemisferios, lo que las hace incluso más rentables.
"El concepto clave es la aversión al riesgo", explicó Steven Gaydos, editor de la revista Variety. "Hollywood está desesperado por encontrar cosas que estén, esencialmente, prevendidas. Les gustan los filmes con los que pueden hacer una evaluación de mercado y de los que saben que hay una consciencia, un apetito, una base de seguidores".