Una bomba de fabricación casera, pero de alto poder explosivo, fue hecha detonar en el muro este de la casa del señor don José Pujol Martí, en la urbanización Dent, al lado norte del barrio Los Yoses, comunicó La Nación el 22 de marzo de 1971.
La bomba, que causó pánico en el vecindario debido al estruendo poco usual del artefacto estallado, explotó a las 4:30 a. m.
Inmediatamente, fueron puestos bajo estado de alerta los cuerpos de seguridad de la Fuerza Pública, agentes de radiopatrullas y miembros de la Dirección de Seguridad Nacional.
Varios de estos agentes recogieron pedazos de la envoltura de la bomba y otras pruebas importantes.
Un agente dijo: “estamos sorprendidos de la cantidad de residuos que dejó la bomba. Naturalmente, tienen mucho valor en la investigación que se inició enseguida”.
La Policía aseguró que la bomba es de fabricación casera y rudimentaria, hecha con pólvora negra, de fácil obtención en cualquier parte. Se descartó la posibilidad de que los “terroristas” hubieran utilizado dinamita u otro tipo de explosivo de los que la Policía considera como “profesionales”.
Los delincuentes que colocaron el petardo lo hicieron con toda facilidad porque los costados norte y este de la enorme residencia, que está en el centro de un terreno de casi un cuarto de manzana, están rodeados de altos montazales en terrenos vacíos. Pudieron llegar fácilmente hasta el lado del muro, que tiene casi un metro ochenta de alto, sin ser notados.
Los daños que causó la explosión fueron mínimos. La Policía cree que lo que los “terroristas” proyectan es provocar temor y demostrar que pueden llegar a cualquier parte, cometer los atentados y escapar fácilmente.
Sin embargo, la Policía dijo que “hay factores importantes que los terroristas han descuidado, los cuales podrían ser determinantes en la investigación”. Se negaron a mencionarlos.
Las autoridades de la Seguridad Nacional fueron enfáticas en el sentido de que el atentado que se cometió contra la casa del señor Pujol, no tiene ninguna relación con el que se cometió en perjuicio del gobernador de Alajuela, don Antonio Pacheco Pérez, hace cuatro días.
Al parecer, en este caso se trata de delincuentes de esta capital, a quienes se atribuye la comisión de dos atentados similares cometidos durante el año pasado (1970).
Las autoridades expresaron además que los autores de este hecho son “terroristas” de corte izquierdista. Para decir esto se basan en la técnica utilizada, en que el señor Pujol está desligado de la política nacional y por lo tanto, no existe ninguna justificación para cometer el atentado, como tampoco la existió hace poco para secuestrar a un acaudalado personaje de esta capital.
El hecho demuestra, según otras fuentes, que hay una notoria falta de vigilancia, lo que favorece la comisión de atentados. Es posible que si hubiera una vigilancia más estricta, sería posible atrapar a estos “terroristas” y a las nubes de pandilleros que están asolando todas las áreas de San José.
En otras noticias:
Choque entre jugadores de fútbol produjo la muerte a uno de ellos
Víctor Vargas Montero, de 30 años de edad aproximadamente, falleció cuando ingresaba en las salas de emergencia del hospital San Juan de Dios poco antes de las doce del día. Montero sufrió quebraduras en la cabeza al chocar violentamente con otro jugador durante la partida que definiría el campeonato local, en el juego entre los equipos barrio Saint Francis y equipo San Rafael F. C., con el que jugaba Vargas.
Vargas Montero cayó al suelo inconsciente, estado del que no se recuperó jamás. El occiso fue un veterano del fútbol que formó parte importante de numerosos equipos. Falleció sin recobrar el sentido.
El lamentable accidente produjo consternación entre los centenares de aficionados que asistían a la partida que se celebraba en el estadio de Moravia. Las autoridades judiciales les intervinieron como lo prescribe la ley.
El nombre del jugador con que chocó Vargas no fue mencionado por los personeros futbolísticos que investigaron el trágico accidente.
Avalancha en Alpes italianos
Una pared de nieve que se desplazaba a la velocidad de un tren expreso desgajando árboles y arrancando rocas a su paso, se estrelló contra un ala del edificio de un hotel de esquiadores en la mañana de ayer.
Los funcionarios de Morbegno, situada al noroeste de Milán, sobre la frontera suiza, dicen que la avalancha dio muerte a dos personas e hirió al dueño del hotel y a dos de sus hijos
Las víctimas son un empleado postal de 26 años y una joven de 20 años que reside en la localidad.
Alrededor de unos 30 turistas se encontraban en ese momento en el hotel Media Luna, en Pescegallo, al caer el alud.
Según afirman las autoridades un enorme montón de rocas que había en la parte trasera del edificio rompió la caída de la nieve e impidió que la pérdida de vidas fuera más grande.
La avalancha es una de las que caen por lo general en las regiones septentrional y central de Italia cuando el deshielo que acompaña la llegada de la primavera, desprende el hielo y la nieve acumulada en las alturas de los Apeninos y los Alpes.