
El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori, de la Universidad Nacional) detectó en los últimos días una fuerte acumulación de energía en el sistema de fallas al suroeste de Cartago y sur de San José.
Según registros de las estaciones, tan solo en nueve días (del 22 al 31 de diciembre) hubo 62 sismos de un total de 200 que ocurrieron durante todo el 2011 en Tobosi, Casamata, Orosi, Patarrá, Desamparados y sitios cercanos.
En la zona hay, al menos, diez fallas, entre ellas, Frailes, Agua Caliente, Navarro y Jaris, con longitudes hasta de 40 kilómetros.
Ronnie Quintero, geofísico del Ovsicori, advierte que la concentración de sismos débiles (no mayores a 3,6 grados) y poco profundos (10 kilómetros) en tan corto tiempo produce lo que se llama un “enjambre sísmico”.
“Eso nos indica que ha habido una reactivación del sistema de fallas”, explicó. Según añadió, el enjambre no ha terminado, y la población seguirá sintiendo movimientos, pues las fallas están muy cercanas a la superficie.
El geofísico señaló que los sismos sentidos por los pobladores no están asociados a una falla específica porque son varias las que están activas.
Además, advierte que existe un potencial sísmico muy alto de generar movimientos hasta de magnitud seis, pues “hay mucha acumulación de energía en los bloques, pero no sabemos si será mañana o en diez años que culminará el enjambre con un sismo mayor”.
La reciente liberación de energía, producto de los pequeños sismos, no disminuye la posibilidad de que ocurra un eventual terremoto, manifestó Quintero.
Esta misma posición la mantiene el Laboratorio de Ingeniería Sísima (LIS), que señaló en un informe reciente: “Las fuerzas sísmicas podrían estar actuando sobre una zona muy fracturada que libera la energía en multitud de sismos pequeños. Esto no significa que no pueda ocurrir un sismo importante en la zona”.
Quintero concluyó que, desde el último terremoto en Cartago (1910), han pasado 100 años en los que las placas se han deformado un centímetro anual en promedio. Un futuro sismo ahí mismo podría ser hasta de seis grados. El terremoto de Cinchona, por ejemplo, tuvo una deformidad de 90 centímetros, con una magnitud de seis grados.