Un grupo de empresarios demandó a la agencia turística Travelia por una deuda de aproximadamente ¢53 millones, por el supuesto impago de servicios de transporte en buses de lujo para pasajeros de crucero.
Los empresarios presentaron siete demandas civiles ante los juzgados Primero, Segundo y Tercero de Cobro del Primer Circuito Judicial de San José, según documentación en poder de La Nación.
Entre los demandantes figura Alfonso Núñez, dueño de Transportes Turísticos Turial, quien reclama el pago de $14.310 (¢9,5 millones). También aparece Carlos Brenes, dueño de Transportes Turísticos Americana, que exige la cancelación de $23.000 (¢15,3 millones).
Al igual que ellos, los propietarios de otras cuatro empresas presentaron reclamos: Transportes Lorenzo, Grupo Pasosa, Transportes Turísticos Juan K y Transporte Acuático Isla Uvita Eco Tour.
Núñez y Brenes aseguraron a este diario que sus contratos fueron firmados con Marco Antonio Mora Castro, quien fungía como presidente de Travelia en 2020, año en que brindaron los servicios que ahora reclaman como no cancelados.
En ese momento, también eran parte de la Junta Directiva de la agencia Kathia Valverde Madrigal (vicepresidenta) y Wálter Valverde Madrigal (tesorero), hermanos de Sara Valverde Madrigal. Tanto Sara como Wálter son apoderados de la Agencia de Viajes Colón, también denunciada por sus clientes.
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Reclamo infructuoso
El empresario Alfonso Núñez y su esposa Karina Ramírez aseguraron a La Nación que el impago de Travelia no solo afectó a su compañía sino también su salud personal, en momentos en que el sector turístico afrontaba una seria crisis debido a la pandemia de covid-19.
Según relató Núñez, su empresa fue contratada para el traslado de turistas en autobuses de lujo desde cruceros que atracaban en Limón o Puntarenas, hacia diversos destinos.
Aseguró que durante los meses de enero, febrero y marzo del 2020 brindaron el servicio costeando los gastos con su dinero, con la confianza de que les pagarían todo en el tercer mes, pero sostuvo que no fue así. La pareja afirmó guardar todas las facturas.
“Mi esposo tuvo un infarto en noviembre de 2020, porque aunque él no debe ni la empresa ni los buses, como otros afectados, para nosotros este es un negocio de treinta años de trabajo. Yo soy guía turística.
“Para nosotros todo el negocio es turismo, y de un pronto a otro quedamos sin un cinco; los vecinos nos traían víveres para ayudarnos. El infarto fue consecuencia de todas estas penurias, porque imagínese cómo nos hubieran caído esos $14.400 en media pandemia”, aseveró Ramírez.
Su esposo sostuvo que antes de negociar con Travelia, él desconocía que la empresa tenía pagos atrasados con otros transportistas desde las dos temporadas anteriores. “Los abogados de nosotros les mandaron a las compañías navieras la información sobre las denuncias”, recalcó Núñez.
La Nación intentó contactar en 14 ocasiones a tres números telefónicos diferentes a Marco Antonio Mora, desde el 31 de marzo hasta el 18 de abril. Después de esas fechas, y hasta la publicación de esta información, tampoco hubo ninguna respuesta.
A la vicepresidenta de Travelia, Kathia Valverde, se le intentó contactar en ocho ocasiones a dos números telefónicos diferentes entre las mismas fechas, también sin éxito. Igualmente, se llamó 18 veces a tres números telefónicos diferentes para hablar con Wálter Valverde, pero no fue posible.
‘Travelia nos enredó’
Por su parte, el transportista Carlos Brenes aseguró que, al comienzo de su relación con la agencia, les realizaban los pagos en forma completa y a tiempo. No obstante, señaló que en 2019 empezaron a faltar los depósitos.
“Eso lo administraba un muchacho que se llama Marco Mora. Él nos llamó y nos dijo que le ayudáramos en esa temporada y que nos iban a ir pagando las facturas viejas y nuevas. Nos enredó de tal forma que la bola de nieve creció: ni las facturas viejas, ni las nuevas”, comentó.
Brenes indicó que el 15 de marzo de 2020 recibieron el último crucero y que, a partir de ese día, empezaron a cobrar lo adeudado. “Marco Mora se perdió, no se sabe dónde está. Kathia Valverde dice que ella no debe nada, que el que debe es Mora; pero ellos eran socios y eran los que pagaban antes”, sostuvo.
El empresario, conocido en su gremio como Machacho, estuvo entre un grupo de transportistas que acudió el 18 de mayo del 2020 a la sede de Travelia, ubicada en el edificio Colón, en paseo Colón, en busca de soluciones. Sin embargo, la gestión resultó infructuosa.
“Fuimos a buscar a Wálter Valverde, porque el gerente de Travelia, Marco Mora, nos dijo que Wálter tenía que pagar. Ese día llegamos y el hombre nos mandó a decir con la secretaria que no nos iba a atender, y a mí se me subió el apellido, como dicen.
Les dije que íbamos a esperarlo afuera hasta que saliera, entonces mandó a traer a la Policía. No le íbamos a hacer nada, solo hicimos presión para hablar con él”, explicó Brenes.
El empresario aseguró que la última reunión con representantes de Travelia fue de forma virtual con Kathia Valverde y Marco Mora. Esa videollamada fue coordinada con la colaboración de Rubén Acón, recientemente reelegido presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur).
“Esa reunión solo se dio porque insistimos con el presidente de Canatur, don Rubén Acón. Él nos ayudó a conseguir la reunión, pero tuvo que irse, no estuvo presente, y nunca se solucionó nada. Eso fue más o menos a principios de 2021.
“Ella se enojó y le echó la culpa a Marco Mora. Al final, dijo que ella iba a pagar todo; pero desde ese momento no se movió más nada”, lamentó el transportista.
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