Limón.- Hasta lo más profundo del territorio indígena Tayní, en Valle La Estrella, llegaron los jueces y el fiscal de Limón para escuchar dos testimonios en un caso por homicio.
Como las limitaciones físicas y la avanzada edad impedían a los testigos trasladarse a los Tribunales de Justicia , los Tribunales llegaron hasta ellos, el viernes pasado. Se contaba, además, con la ayuda de un intérprete de cabécar.
Aquella atípica audiencia correspondía al juicio por la muerte de Severiano López Fernández quien fue asesinado a machetazos en medio de la celebración de una ancestral “chichada”, en el Cruce de Boca de Alto Coen.
El imputado, Rodolfo Gómez Morales, es hermano de la compañera sentimental de la víctima, Lisbeth Gómez Morales. También está involucrado un menor de edad, primo hermano de la viuda, al que se juzga por aparte.
Aquel hecho ocurrió hace ocho meses a lo interno de un clan indígena, situación que dificultó la tarea del Ministerio Público, pues sus cuatro testigos optaron por el silencio, por la relación de parentesco con el fallecido y con el imputado.
Drama familiar
Los hechos que se juzgan ocurrieron cerca de las 6 p. m. del 27 de julio de 2018, en una de las zonas más remotas del Cruce de Boca Coen al calor de una “chichada”.
Así se desprende de las pesquisas realizadas por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Limón.
Supuestamente, Lisbeth Morales vendía chicha en su casa, mientras que Severiano, su compañero, había decidido ir tomarla donde un amigo. Algún rato más tarde decidió regresar y lo primero que hizo fue increparla.
En la casa, estaban Crisanto, otro hermano; su tía Seidy Morales, su prima hermana Floribeth Morales y Rodolfo.
Severiano, afectado por el alcohol, supuestamente comenzó a quebrar los vidrios de la vivienda, la cual es propiedad de su suegra, la matrona del clan, y quien le daba albergue a todos ellos.
Al parecer, pasados unos minutos, ingresó por la fuerza, la regañó porque le habían cerrado la puerta y le recriminó por la presencia de sus familiares en la casa. Al mismo tiempo, le exigió que le sirviera de comer.
Incluso, según la versión del Lisbeth, Severiano intentó agredirla.
Al parecer, fue en ese momento cuando Rodolfo y el primo hermano salieron a buscar los machetes.
Durante la investigación, la mujer había contado cómo lo habían macheteado por la espalda, luego en el cuello, el brazo y la cabeza. No obstante, durante la primera audiencia del juicio se abstuvo de declarar contra su hermano.
El operativo
Para poder escuchar a los otros dos testigos en Cruce de Boca de Alto Coen, se necesitaron semanas de planificación. Para lograrlo, colaboraron el Servicio Nacional de Vigilancia Aérea del Ministerio de Seguridad Pública que trasladaron a los servidores judiciales desde el campo de aterrizaje de Finca Ocho del Valle La Estrella a la plaza de fútbol de Bajo Coen.
La audiencia estuvo a cargo de los jueces José Pablo Rubí, Mario Piedra y Rafael Corea, el auxiliar judicial Luis Durán, el fiscal Allen Chan y la defensora pública Rosa Isela Castillo, quien representa a Rodolfo Gómez Morales.
“Los hechos no están claros. Sin embargo, no se descarta la hipótesis que pudieran originarse a raíz de un tema de violencia doméstica. No obstante, habrá que esperar hasta el final de juicio para conocer la verdad real de lo sucedido”, aclaró la funcionaria quien no quiso ahondar en comentarios.
La llegada de los sobrevuelos a la cancha de fútbol de Bajo Coen fue recibida con curiosidad por parte de los vecinos y, la celebración de un juicio, a su vez, también generó interés particularmente de los alumnos del colegio de la comunidad que mostraron interés al punto que algunos externaron su deseo de participar como público.