El 26 de marzo del 2018, la familia de un menor de 17 años recibió la noticia más dolorosa. Él, quien era parte de una cuadrilla de la empresa H Solís que asfaltaba la vía en San Rafael de Alajuela, falleció cuando explotó la tanqueta de asfalto que manipulaba. Desde aquel momento, el camino ha sido como un viacrucis para los dolientes, ya que, casi cuatro años después, no se sabe si el caso irá a juicio.
El dolor aumenta aún más porque, tras su muerte, trascendió que la labor que a él le encomendaron era un trabajo prohíbido por ley para personas de su edad, ya que, según se estipula, los menores no pueden manipular ni maquinarias ni herramientas manuales y mecánicas desprovistas de dispositivos de seguridad. Pese a eso, las respuestas aún no llegan para la familia del fallecido.
En una actualización solicitada por este medio a la Fiscalía Adjunta de Alajuela, esta confirmó que, el 31 de mayo pasado acusó a dos sujetos, de apellidos Madrigal Hernández y Sancho Rojas, por este caso. No obstante, como el proceso penal aún está en una etapa que es privada para terceros, el ente acusador indicó que se ve imposibilitado de precisar la relación de esos hombres con el asunto. Solo señalaron que se les achaca un delito de homicidio culposo, el cual es castigado con entre seis meses y ocho años de cárcel, según estipula el Código Penal.
Por su parte, la oficina de prensa del Poder Judicial informó de que el Juzgado Penal de Alajuela agendó la audiencia preliminar para las 2:30 p. m. del 10 de marzo del 2022; es decir, los dolientes del menor conocerán cuatro años después si el caso irá a juicio. Se intentó contactar a la familia del muchacho, pero pese a múltiples diligencias en Naranjo de Alajuela y Guanacaste, donde viven sus allegados, no fue posible.
El expediente en el cual se investigó esta muerte es el 18-001514-0057-PE. Además, el nombre de la víctima no trasciende por tratarse de información sensible protegida por la Ley Penal Juvenil.
LEA MÁS: Menor fallecido al explotar tanqueta con asfalto realizaba labor prohibida para su edad
El suceso
La víctima vivía en El Rosario de Naranjo y, según vecinos de San Rafael, tenía varios meses de trabajar en ese proyecto de recarpeteo en San Rafael de Alajuela. El día de los hechos, el 26 de marzo del 2018, eran las 7:25 a. m. cuando el ofendido se encontraba trabajando cerca de la estación del tren de la zona.
Todo transcurría como de costumbre, cuando se escuchó un estruendo, según relataron los lugareños en aquel momento a este medio. Al salir para entender qué pasó, observaron al muchacho sin vida, los fragmentos de la máquina y muchos cables del tendido eléctrico en el suelo.
Por su parte, el Cuerpo de Bomberos explicó que, para colocar la emulsión asfáltica, la empresa debe calentar el material con una llama directa en un artefacto al que llaman tanqueta.
En determinado momento ese aparato explotó, lo cual provocó que la tapa y parte de la estructura fueran expulsadas a alta velocidad. El joven, que se encontraba cerca, recibió el impacto sobre todo en la cabeza. El cuerpo fue lanzado a unos 10 metros, pero partes del mismo quedaron hasta una distancia de 80 metros.
La tapa de la máquina cortó cables de alta tensión e ingresó por el techo a una bodega ubicada a 25 metros.
Prohibido para su edad
Luego de ocurrido el suceso, se conoció que la labor que realizaba el menor está prohibida por ley para personas de entre los 15 y 18 años. El impedimento se encuentra en el Reglamento a la Ley sobre Prohibición del Trabajo Peligroso e Insalubre para Personas Adolescentes Trabajadoras, el cual está vigente desde el 2011.
Particularmente, en el inciso i del artículo 5 de dicha norma se indica que es absolutamente prohibida la participación de adolescentes en “trabajos o actividades de construcción de vías públicas o privadas, mantenimiento de carreteras, represas, puentes y muelles y obras similares, específicamente que impliquen movimiento de tierra, manipulación del asfalto, carpeteo de carreteras, perfilado y reciclado de carpeta asfáltica y demarcación”.
Pese a eso, el menor realizaba esa labor que, según trascendió, le permitía ahorrar para comprar una casa para su familia. No obstante, esa ilusión acabó el 26 de marzo, cuando el menor murió en una labor que nunca tuvo que hacer.