La defensa del albañil Gerardo Ríos Mairena apeló el lunes pasado la condena que se le impuso de 216 años de cárcel, como responsable del asesinato de cinco estudiantes universitarios, el 19 de enero del 2017, en barrio La Victoria de Liberia, Guanacaste.
La impugnación la presentó el abogado José Francisco Herrera Umaña, alegando que el ingreso de particulares al cuarto donde estaban los cuerpos, presuntamente "contaminó" la escena y eso provoca que todas las pruebas aportadas en el juicio, según su criterio, sean ilegales.
"Para mi hay una absoluta y total contaminación de la prueba. Desde el momento mismo en que la gente ingresa al sitio del crimen todo se contaminó, porque ademas de que ingresó la pareja que vive frente al apartamento, ingreso todo el mundo, como si eso fuera una pulpería", manifestó Herrera.
El documento que contiene toda la fundamentación se presentó ante el Tribunal de Juicio de Liberia, el último día hábil para impugnar la sentencia. Ahora el asunto deberá ser puesto en conocimiento del Tribunal de Apelación de Sentencia de San Ramón.
Ríos fue condenado por el Tribunal de Juicio de Liberia el 30 de enero pasado. En aquel momento los jueces Guillermo Arce Arias (quien presidió), Andrea Rodríguez Sandí y Kathy Abarca Serrano, determinaron que el quíntuple asesinado obedeció a un deseo sexual de parte del imputado con una de las víctimas, a quien abusó sexualmente antes de asesinarla.
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Historia del ataque
El caso que se juzgó ocurrió durante la noche del miércoles 18 y el amanecer del jueves 19 enero del 2017, cuando presuntamente Ríos entró al apartamento donde estaban las víctimas y las atacó con una arma blanca.
Las víctimas mortales fueron Ingrid Massiel Méndez Serrano, de 24 años, una estudiante de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR) en Liberia; Dayana Martínez Romero, de 24 años, estudiante de Educación y Dirección de Empresas de la UCR; Ariel Antonio Vargas Condega, de 24 años, estudiante de Gestión Empresarial de la Universidad Técnica Nacional (UTN), y los novios Stephanie Hernández García, de 23 años, estudiante de Educación y Dirección de Empresas de la UCR y Joseph Briones Solís, de 22 años, estudiante de Dirección de Empresas y Administración Aduanera de la UCR.
En el hecho sobrevivió una colegiala de 14 años, quien también sufrió heridas en varias partes del cuerpo.
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El sospechoso del crimen vivía en un apartamento a cuatro metros de distancia de donde sucedió la masacre. Fue detenido el 4 de febrero del 2017.
Para identificarlo, resultó fundamental el relato de la sobreviviente, cuya declaración permitió confeccionar un retrato hablado del sospechoso y reveló que el imputado tenía un tatuaje en la espalda.
Además, el día del arresto, el perro policial Aquiles –especializado en rastrear restos de sangre– encontró rastros de plasma en tenis, ropa y un cuchillo de cocina.
El juez Guillermo Araya, al justificar la sentencia, afirmó: “Usted sí estuvo en el lugar de los hechos, fue solamente usted el que cometió los hechos y no existió ninguna contaminación de la escena que tuviera el efecto de convertir en ilegal algún tipo de prueba”.
Además, agregó que el asesinato múltiple fue grotesco, despiadado y “llevado a cabo con la intención de causar dolor más allá de lo necesario”.
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El abogado José Francisco Herrera dijo que su representado está muy esperanzado de que en apelación se le absuelva de estos hechos.
"Él está tranquilo, digamos dentro de lo normal. Está en Maxima Seguridad de La Reforma. Ahí comparte con varios muchachos, entre ellos dos hermanos de apellido Zamora" (Marco Antonio alias el Indio y su hermano José Francisco ambos condenados por narcotráfico).