El ingeniero en sistemas, de apellidos Miranda Izquierdo, deberá permanecer en prisión preventiva por el crimen de la anestesióloga María Luisa Cedeño Quesada, ocurrido el 20 de julio en el hotel La Mansion Inn, en Quepos.
La decisión la tomó la tarde de este jueves la jueza Evelyn García Monge, del Juzgado Penal de la zona, en una audiencia de revisión de medidas cautelares solicitada por la defensa del imputado.
En la diligencia, los abogados del investigado, Simón Ángulo y Érick Gatgens, pidieron a la juzgadora considerar que las circunstancias del crimen cambiaron a favor de su cliente y, por ende, solicitaron sacarlo de prisión e imponerle otra medida cautelar que lo ligue al proceso penal.
Sin embargo, la juea García “desconoció la nueva prueba que ha llegado al expediente" y por eso se inclinó por mantenerlo en prisión, detalló Gatgens.
Tras conocer el fallo, la defensa de Miranda presentó una “extensa apelación”, la cual deberá ser conocida por el Tribunal de Quepos en un momento que se deberá programar.
Audiencia complicada
Esta audiencia se realizó casi dos meses después de que los abogados del imputado pidieran una revisión de la medida cautelar, porque consideraban que las circunstancias que rodeaban el crimen cambiaron a favor de su cliente.
Los defensores detallaron que los supuestos vínculos de Miranda con el crimen de la anestesióloga eran unas mordeduras halladas en el cuerpo. No obstante, una pericia de saliva y ADN lo excluyó tanto a él como a Harry Bodaan, dueño del alojamiento y quien también figura como imputado.
Al único que presuntamente inculpaban esos dictámenes es a un hombre de apellido Herrera, quien fue detenido un día después del asesinato.
Pese a estos alegatos, el Juzgado Penal de Quepos consideró que las circunstancias no pudieron cambiar en pocos días, por lo que les rechazó de plano la petición realizada el 9 de setiembre.
Eso provocó que la defensa apelara ante el Tribunal de Quepos, que finalmente les dio la razón y reprochó que el Juzgado no diera el espacio para que los abogados plantearan sus argumentos. Por eso, le ordenó que en un término de 48 horas señalara fecha para la audiencia de revisión.
En atención a lo dispuesto por el Tribunal, el 5 de octubre, la jueza penal Evelyn García les notifica que la audiencia la programaba para este jueves, lo cual significaba en aquel momento una espera de casi 20 días. Para los abogados era excesivo, sobre todo porque estos asuntos tienen urgencia por tratarse de reo preso.
Por ello, hicieron una solicitud de reconsideración de la fecha, la cual también fue rechazada por la jueza, quien justificó su decisión al decir que el Ministerio de Justicia le indicó que, por el tema del nuevo coronavirus, no podían realizar traslados en una fecha anterior.
El asesinato
El crimen de María Luisa Cedeño Quesada, quien era jefa del Servicio de Anestesiología y Recuperación del Hospital Cima, en Escazú, San José, ocurrió cuando tomaba vacaciones de tres días.
Según la información dada por las autoridades, llegó al hotel La Mansion Inn el sábado 18 de julio y se hospedó en la habitación número 3.
El domingo, a las 9 p. m., bajó a recepción a pedir una botella de vino. Sin embargo, después de ese momento, no se le vio más.
Debido a que su salida del hotel estaba prevista para el lunes 20 de julio al mediodía, el personal de limpieza del hotel llegó a buscarla. Al no obtener respuesta, ingresó y fue cuando encontró el cuerpo envuelto en una cobija, ensangrentado y con varios golpes.
El hecho trascendió el martes 21 de julio, mismo día en que se informó sobre la detención de Herrera Martínez, quien era un conocido bailarín de clubes nocturnos josefinos.
Cuando lo llegaron a detener, los policías le observaron rasguños en su cuerpo y eso, entre otros elementos, fue clave para su captura. Este hombre cumple seis meses de prisión preventiva.
Cinco días después de esa captura, el 25 de julio, las autoridades detuvieron a Miranda Izquierdo por la supuesta participación en el homicidio. A él también le impusieron seis meses de prisión preventiva.
La última persona que fue detenida por este caso fue el dueño del hotel, a mediados de agosto. Se le vinculó por unas mordeduras que tenía la víctima en su mejilla y antebrazo.
El juez le impuso arresto domiciliario con tobillera electrónica también por seis meses.