Un adulto mayor, de apellidos Pence Nelson, fue trasladado a un centro de atención psiquiátrica este martes tras ser juzgado por el asesinato de su propia hija en Limón.
El Tribunal Penal determinó que el hombre, de 73 años, sufre problemas mentales y que no estaba en pleno juicio cuando atacó a su hija con un arma blanca.
El fiscal, Jonathan Badilla, presentó sus conclusiones y solicitó 35 años de prisión; sin embargo, los jueces Idelfonso Saborío Quirós, Luis Rodríguez Cruz y Patricia Herrera (quien presidió) lo declararon autor no responsable del homicidio y decidieron imponer una medida curativa, enviándolo al Centro de Atención de Personas con Enfermedad Mental en Conflicto con la Ley (Capemcol), en la Uruca durante el tiempo que determine el Hospital Nacional Psiquiátrico.
El juicio se llevó a cabo en la sala N.° 8 de los Tribunales de Limón, donde un hijo y una nuera de Pence lo acompañaron durante este martes. Alrededor de las 4 p. m., después de un receso, se inició la lectura de la sentencia.
El homicidio tuvo lugar el 23 de agosto del 2022 en la madrugada, en una residencia en Santa Gertrudis. La víctima, Euralia Ivania Spencer Watson, de 53 años, estaba durmiendo en su habitación cuando su padre, quien también pernoctaba en un cuarto cercano, se levantó y tomó un machete para atacarla.
El hombre, quien sufre de esquizofrenia, irrumpió súbitamente en la habitación de su hija y la agredió en múltiples ocasiones, causándole heridas contusas y cortantes que no le permitieron defenderse. Posteriormente, salió de la habitación y se dirigió a la cocina, donde tomó un cuchillo y regresó a donde estaba Euralia, propinándole varias puñaladas en el pecho que resultaron en su muerte.
El suceso conmocionó al vecindario, ya que nunca habían presenciado violencia en esa casa donde, además de la víctima, vivía la madre de ella, de 73 años.
En esa ocasión, Pablo García, un vecino que ha conocido a la familia durante 35 años, explicó que Euralia vivía en el barrio Siglo Veintiuno, pero se había mudado a Santa Gertrudis para cuidar a sus padres, que son adultos mayores. Agregó que a menudo la veía llevándolos en carro al Ebáis local.
