A las 4:31 a. m. de este martes se registró una nueva erupción en el volcán Rincón de la Vieja, que duró aproximadamente un minuto. Se desconoce la altura alcanzada por la columna debido a las condiciones de nubosidad y oscuridad que imperaban a esa hora. Ese volcán, situado entre Liberia de Guanacaste y Upala de Alajuela, es, actualmente, el más activo del país.
De acuerdo con Javier Pacheco, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), se trató de una erupción menos intensa que la detectada el 25 de diciembre pasado, la cual duró cuatro minutos. Ambas son parte de un ciclo eruptivo reciente que en algunas ocasiones ha lanzado material del lago hacia las paredes que están al norte del cráter, colindantes con el cantón de Upala.
El Rincón de la Vieja está a 1.916 metros sobre el nivel del mar. Se estima que la columna de gases emitida este martes alcanzó solamente 100 metros de altura, pues la cima del coloso suele ser influenciada por el clima del Caribe, de modo que el actual empuje frío genera ráfagas muy fuertes que impiden a los gases ganar altura y rápidamente se disipan.
Según el científico, las lluvias en la cima lavan el material volcánico expulsado y por eso algunos vecinos de Aguas Claras han visto cenizas en las aguas de quebradas y ríos que llegan a las partes bajas e incluso peces muertos. Descartó que las erupciones recientes hayan generado lahares y más bien dijo que se trata de ceniza acumulada que las precipitaciones arrastran.
“Han sido erupciones pequeñas. La del 25 de diciembre pasado a las 10:15 a. m. afectó el río Niño que es un afluente del Sapoá, donde el material volcánico arrastrado por las lluvias tapó las agallas de los peces y muchos murieron asfixiados, incluso algunos vecinos reportaron el hallazgo de peces al día siguiente”, dijo.
Destacó que en esta época del año, hay bancos de peces que suben desde el lago de Nicaragua por el Sapoá para reproducirse aguas arriba, de modo que cuando surge el arrastre de sedimentos volcánicos, la misma naturaleza da al traste con ese instinto de reproducción y aparecen más peces sin vida en los ríos cercanos.
Pacheco destacó que aparte de las erupciones, los sismógrafos continúan detectando tremores o pequeños movimientos volcánicos intermitentes con amplitudes y frecuencias fluctuantes y con duraciones de varios minutos y hasta horas. Eso indica que hay gas buscando salir a la superficie y, al pasar por los conductos, genera movimiento de fluidos como agua y vapor en el interior del volcán.
Sin embargo, afirma que el ciclo actual pareciera que tiende de nuevo a la baja, pues el tremor actual tiene cada vez menos amplitud, pero eso dependerá de lo que ocurre en el fondo del coloso. Recordó que la actividad del Rincón de la Vieja durante el año pasado fue menor a la del 2020 y, por ahora, se desconoce cómo va a reaccionar durante el 2022.
Para el mes entrante esperan realizar una visita a la cima, que les permita tener datos más precisos sobre los gases y sedimentos emanados, el nivel y temperatura del agua en el lago cratérico y la temperatura de las fumarolas, con el fin de combinar esos datos con la sismicidad y erupciones, para tener una idea más clara de la tendencia.
Para obtener muestras de gases, los científicos acuden a las fumarolas cercanas al cráter, pues el lago constituye un filtro natural que impide obtenerlas directamente. La presencia de ese lago, uno de los más profundos en volcanes activos, impide la salida directa de vapores, de modo que los vecinos de las partes bajas casi nunca reportan olor a azufre, salvo que ocurra una erupción.
“Son pocos los gases que logran escapar a la superficie. Además, como los alrededores del volcán son Parque Nacional, rápidamente se diluyen”, agregó Pacheco.