La cantidad de temblores del enjambre sísmico que afecta a las comunidades aledañas al volcán Tenorio disminuyó significativamente este viernes, pero el nerviosismo entre los vecinos persiste.
“Creí que esta casa se iba a caer, sonaba como que se estaba cayendo”, relató Socorro Sequeira Rodríguez, cuando recordó como percibió los sismos de mayor magnitud.
Esta vecina de La Paz de Río Celeste, una pequeña comunidad en Katira de Guatuso, no recuerda haber vivido una situación similar a la que enfrenta desde el miércoles de esta semana, cuando un enjambre sísmico empezó a percibirse en su cantón, así como en Bijagua de Upala y Tilarán de Guanacaste.
Los sismólogos costarricenses informaron de que esta seguidilla de temblores comenzó luego del terremoto de 7,8 grados del martes 9 de enero en Honduras, cuyo epicentro se localizó a 44 kilómetros del archipiélago de las islas del Cisne (550 kilómetros al noreste de Tegucigalpa).
Los sismos en territorio tico han oscilado entre 2,3 y 5,3 grados de magnitud momento.
Doña Socorro, de 78 años, no lo pensó dos veces, y luego de uno de los temblores más fuertes, se refugió en casa de su hija.
Según su relato, algunas fotos se le cayeron de la pared y un jarrón quedó hecho pedazos. “Las cosas se me cayeron, se movía duro, pero hasta hoy (viernes) barrí lo que se me quebró”, aseguró.
En la casa de Edson Valverde y Ruth Quesada, en el centro de Río Celeste, también hubo caída de objetos, especialmente adornos.
No obstante, aseguraron que no tienen conocimiento de daños a viviendas.
Este viernes por la mañana, la alcaldesa de Guatuso, Ilse Gutiérrez, brindó un informe parcial, en el que contabilizaba cinco casas con grietas en paredes o pisos y techos colapsados.
Aunque, inicialmente, la funcionaria aseguró que todas esas familias iban a ser reubicadas de forma temporal en la iglesia de la comunidad, pues los inmuebles eran inhabitables, más tarde rectificó que solo habría que trasladar a los habitantes de tres de esas cinco casas.
Precisó que las viviendas más dañadas son tres estructuras de madera y dos de cemento. “Son casas humildes, que sufrieron daños por los movimientos y hay que reubicar a (tres de esas) familias en algún sector. Tienen agrietamientos”, mencionó Gutiérrez.
Al cierre de esta nota, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), permanecía en la zona haciendo una evaluación y tampoco había emitido el informe sobre el caso.
La alcaldesa agregó en la mañana que mantienen vigilado el caudal del río Frío, ya que temen que se haga un tapón de tierra que provoque una emergencia.
Expresó que, de momento, no se ha tomado ninguna medida, pero que, en caso de ser necesario, cuentan con un plan de evacuación.
Virginia Ugalde, dueña de la soda Suyapa, en Guatuso, explicó que el jueves sus clientes y colaboradores se asustaron en la tarde, luego del evento de la 1:57 p. m., que según la Red Sismológica Nacional (RSN) tuvo una magnitud de 5,3 grados.
“Sonó feo, la gente se levantó y salió de la soda, pero ya hoy (viernes) ha temblado menos”, detalló Ugalde.
Parque Nacional cerrado
El enjambre sísmico también generó el cierre indefinido del Parque Nacional Volcán Tenorio, como una medida preventiva para los turistas y funcionarios del lugar.
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Aunque, este jueves, el río Celeste, dentro del Parque Nacional, adquirió un color café, la mañana de este viernes esta naciente comenzó a retomar su tradicional color celeste.
Inicialmente, los expertos informaron de que el cambio podía obedecer a un deslizamiento que se estaba lavando o a que los sedimentos se levantaron, por lo que conforme bajaran nuevamente retomarían su color.