Rastros de semen hallados en los cuerpos de tres de 11 mujeres indigentes asesinadas en San José, entre 2014 y 2015, permitieron capturar al sospechoso de perpetrar los crímenes.
El individuo, un recolector de chatarra de apellidos Arroyo Gutiérrez, de 39 años, está preso desde setiembre pasado por violar a una mujer en Hatillo.
Empero, la fiscala Alejandra Arce, jefa de la Unidad Operativa de la Dirección Funcional del Ministerio Público, dijo que fue el 16 de diciembre pasado cuando se indagó al sujeto por los tres crímenes y el Juzgado Penal de San José le dictó otros seis meses de prisión.
La noticia del arresto de este homicida en serie fue dada a conocer este jueves en una actividad en el Ministerio de Seguridad, en barrio Córdoba, en la cual la Fiscalía hizo una rendición de cuentas sobre logros y desaciertos en seguridad en San José.
Escurridizo. Arce dijo que resolver estos asesinatos fue un trabajo técnico muy meticuloso de oficiales de Homicidios, de la Oficina de Planes y Operaciones (OPO) y del personal de laboratorios; todos, del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Explicó que cuando empezaron a aparecer los cuerpos de las mujeres diseminados en diferentes lugares en San José, los investigadores pusieron en práctica varias técnicas, una de ellas llamada el Círculo de Canter (denominada así porque la creó el psicólogo inglés David Canter), que permite localizar el área geográfica en la que actúa un criminal.
Cuando fueron encontradas, las víctimas estaban en avanzado estado de descomposición, tenían cubiertas las partes íntimas con hojas y el cuerpo estaba como sentado, con las piernas encogidas. Esa postura la llama la Policía posición sapito.
“El análisis permitió saber que no se salía de un área geográfica cercana a la capital. Eran lugares que conocía y que le permitían actuar con tranquilidad (...). No buscaba a personas que se vistieran bien o que fueran aseadas. Por lo general, los cuerpos evidenciaban que eran muchachas, digamos, descuidadas en cuanto al aseo (...). Eran personas indigentes que no representaban ningún riesgo en cuanto a lo que él hacía con ellas”, detalló Arce.
Los investigadores tuvieron una luz sobre el posible sospechoso en setiembre del año pasado, cuando una mujer indigente (que tenía las mismas características de las víctimas) denunció que fue violada por un individuo, a quien logró identificar.
El sospechoso fue detenido en barrio México y el 1.° de octubre le dictaron tres meses de prisión preventiva por la violación.
Paralelamente, lo sometieron a pruebas biológicas, con las cuales se determinó que su ADN coincidía con el ADN del semen recuperado de los cuerpos de tres mujeres indigentes asesinadas.
“Es una persona que trabaja recogiendo chatarra, duerme en chatarreras. Era consumidor de drogas, visitaba a las muchachas en los búnkeres. Él se las llevaba, tenían relaciones sexuales (...). No tenemos la menor idea de qué lo lleva a matar. Eso dependerá de un dictamen psiquiátrico”, dijo.
Otra prueba en poder de la Policía son imágenes de una cámara de seguridad de una empresa de buses que lo captó cuando salía de un lote baldío, donde fue hallado el cuerpo de una mujer. Lo identificaron pues tiene una manera muy particular de caminar.
Alejandra Arce manifestó que la sospecha de que está relacionado con los 11 crímenes es por el modo de actuar y, además, porque, después de su captura, no se volvieron a registrar nuevos homicidios de indigentes.
“Policialmente, podemos tener el indicio de que las asesinó, pero, judicialmente, no creo que logremos obtener pruebas concretas, porque los cadáveres estaban muy descompuestos. Pero vamos a esperar”, concluyó.