Este lunes 18 de octubre el país despertó conmocionado. Cuatro hombres y dos mujeres aparecieron asesinados en una en una finca de Llano Bonito de Brunka, en Buenos Aires, Puntarenas. Los homicidas dejaron los cadáveres desperdigados por la propiedad, a dos de ellos les prendieron fuego y luego huyeron. El móvil del robo parece, hasta ahora, como la causa de los atroces crímenes. Esto es lo que se sabe hasta ahora:
18 de octubre, 2:38 a. m.
La Cruz Roja recibe el reporte de varias personas heridas en una propiedad privada en Buenos Aires. Sin embargo, cuando llegan al lugar descubren que todos están muertos. Las víctimas fueron identificadas como César Mauricio Quesada Cascante (44 años), Claudia Alina Villarevia Rivera (41), Daniel Mauricio Quesada Villarevia (20), Susan Anyelic Zúñiga Rodríguez (40), Willy Alfredo Borbón Muñoz (38) y Stephen Paul Sandusky (61). Los primeros tres son de Rivas de Pérez Zeledón, San José, y se trata de un matrimonio y su hijo mayor. Por su parte, se estima que Zúñiga y Borbón llegaron con la familia a la finca, que es propiedad de Sandusky, de nacionalidad estadounidense.
Dos de los seis cuerpos efectivamente estaban quemados, uno dentro de la cajuela de un pick–up y otro al lado de este, ambos hombres. Un tercer sujeto fue localizado a 15 metros del vehículo, cerca de un tractor cubierto con llantas y materiales acelerantes, pero no fue quemado.
Las otras tres víctimas son dos mujeres, quienes quedaron frente al carro 4x4 y tenían balazos en la cabeza. El otro hombre se localizó en un callejón a 100 metros del pick–up también con varios disparos en su cuerpo, por lo que se cree que él intentó escapar de los homicidas.
De acuerdo con la Policía Judicial, al parecer, el extranjero contactó a César Quesada, quien es mecánico, para que le reparara una maquinaria, por lo que él se trasladó con su esposa, su hijo (también mecánico) y dos personas más a la finca. No obstante, cuando estaban ahí, sobrevino el crimen múltiple.
En la casa, de 150 metros de construcción, había evidentes signos de registro, un vidrio quebrado, y varios artículos que, en apariencia, iban a ser sustraídos, como una máquina de soldar, una motoguadaña y varios insumos agrícolas.
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Víctimas de la masacre en Buenos Aires: César Quesada, Alina Villarevia, Susan Zúñiga, Daniel Quesada y Willy Borbón.
Los datos del primer día
Ese día se conoció que Stephen Paul Sandusky llegó a Costa Rica a finales de los noventas, era oriundo de Florida, Estados Unidos, pensionado, divorciado y padre de dos hijos que viven en aquel país. Acá invirtió en un restaurante en Dominical, y luego se dedicó a la cría de ganado y a la producción de café. El hombre fue uno de las 6.000 víctimas de una estafa millonaria atribuida a Osvaldo Villalobos Camacho, cuyas empresas Ofinter y The Brothers, atraían a inversionistas al prometerles el pago de jugosos intereses.
El monto que perdieron los inversionistas fue millonario. Al final, según la sentencia de la Sala Tercera del 23 de mayo del 2008 y que consta en el expediente 06-200486-0634-PE, se devolvieron $20 millones que era lo que tenían las empresas en cuentas bancarias. A Sandusky le devolvieron $140.000, según consta en esa resolución.
El extranjero había decidido comprar la finca en Buenos Aires porque quería estar tranquilo y quería vivir en paz. El acceso a esa propiedad solo era posible en vehículos doble tracción, pues el camino es de lastre y había que cruzar varios riachuelos. Pese a ello, fuentes consultadas dan cuenta de que Sandusky se quejaba de que le robaban mucho.
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Seis personas asesinadas en Llano Bonito de Brunka en Buenos Aires de Puntarenas. Trabajo del OIJ.
19 de octubre
La Nación tuvo conocimiento que Sandusky pretendía vender, en casi ¢1.200 millones la finca en donde lo asesinaron. La propiedad de 104 hectáreas se ofrecía desde abril pasado en el sitio digital Chirripó Bienes Raíces.
En el anuncio se destaca que el terreno tiene una casa con 150 metros cuadrados de construcción, ubicada en la cima de una loma con hermosa vista del valle y excelente cobertura celular. Detalla que 70 hectáreas están dedicadas a repastos para la ganadería y 20 sembradas de café. El resto es de montaña con una gran variedad de árboles frutales. Asimismo, cuenta con corral para ganado, invernadero para cultivo de hortalizas, un tajo para la explotación de material para caminos y agua propia de una naciente que está en la finca.
Exagentes judiciales consultados por este medio, quienes hablaron bajo la condición de anonimato, coinciden con el Organismo de Investigación Judicial en que la hipótesis principal de este crimen múltiple es el robo; sin embargo, advirtieron que la crueldad que se observa en la escena, como quemar al menos dos cuerpos luego de rociarles algún líquido acelerante, entre otros aspectos, está fuera del perfil de la mayoría de delincuentes costarricenses dedicados a delitos contra la propiedad.
Por lo pronto, la Policía Judicial manifestó que, por ahora, no revelará más detalles de este caso.
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La propiedad, de 104 hectáreas, tiene una casa de 150 metros de construcción. Foto suministrada por Alfonso Quesada.