05-05-11 Reportaje sobre la medidas de seguridad en el aeropuerto Tobias Bolaos. Rohmoser, San Jos. Foto: Luis Navarro (Luis Navarro)
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) suavizó el control de ingreso de personas a la zona de hangares del aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas, San José.
Con las nuevas disposiciones, dictadas el 6 de mayo, se eliminó la directriz de que pasajeros de vuelos locales, proveedores y visitantes estuvieran incluidos en una lista con anticipación a su ingreso a la terminal.
Ahora, las personas que llegan al portón de acceso al área de hangares se registran en una bitácora. También se utiliza un carné para identificar a los proveedores y visitantes.
La rigurosidad en el control de acceso se había impuesto después del 10 de octubre del 2010, cuando una avioneta salió del Tobías Bolaños cargada de cocaína y se accidentó en las inmediaciones del Hospital México, en San José.
La Asociación Nacional Aeronáutica de Pavas (ANAP), que agrupa a 50 dueños de hangares, recibió con agrado la noticia de los cambios en los controles.
Ellos se quejaron de que las medidas de seguridad fijadas en octubre pasado causaron incomodidades y molestias a clientes de las empresas que dan servicios de taxi aéreo, turísticos y escuelas de aviación.
Las nuevas reglas mantienen las diferencias en los controles de seguridad que deben hacerse para los vuelos locales y los internacionales.
Jorge Fernández, director de la DGAC, explicó que para vuelos que se realizan dentro del país no es obligatorio someterse al control de armas y explosivos; sin embargo, no pueden oponerse a que el Ministerio de Seguridad haga inspecciones.
“Consideramos innecesario que se hagan ese tipo de controles (para vuelos locales). Hicimos un análisis y nos dimos cuenta de que en realidad por aquí no ha pasado ningún arma ni explosivo”, añadió Fernández.
“Hubo personas que iban a hacer vuelos locales y les impidieron la entrada porque no reportaron de previo el nombre de sus acompañantes o el número de placa del vehículo en el que llegaron”, explicó.
El representante de ANAP comentó que empresarios, particulares y agencias de turismo se molestaban cuando les pedían ir al edificio de la terminal a sacar permisos de ingreso e, incluso, en ocasiones desistían de hacer los vuelos.
Agregó que también se negaba la entrada a proveedores de repuestos y alimentos cuando su visita no era avisada. Tampoco se permitía el ingreso de turistas que querían visitar empresas de transporte para escoger un servicio aéreo a su conveniencia.
“En ocasiones usaron perros para revisar equipaje de pasajeros de vuelos locales como si fuera una salida al exterior”, finalizó Vargas.