Endeudarse debe ser una decisión bien meditada. Tomarla a la ligera puede conducir a préstamos en malas condiciones que terminan generando más problemas que beneficios.
Aquí le mostramos cuáles pasos debe seguir para conseguir un crédito saludable.
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-Primero que todo, defina para qué quiere el dinero. Hay una pregunta clave que debe hacerse al inicio de todo este proceso: ¿de verdad lo necesito o simplemente lo quiero? La deuda se convertirá en una obligación que asumirá durante un buen tiempo (a lo mejor bastantes años), así que debe estar plenamente justificada.
-Asegúrese de conseguir toda la información y tenerla a mano. Comparar datos básicos, como tasas de interés o plazos, es muy sencillo y le permitirá elegir el crédito que más le conviene.
-Compare opciones. Hay diferentes tipos de préstamo (personal, hipotecario, prendario, etc.) y de tarjetas de crédito; al ser un universo tan amplio, lo mejor es dedicar suficiente tiempo a estudiar el abanico de posibilidades.
-Si tiene dudas, consulte a los expertos. En una entidad financiera como Davivienda encontrará apoyo para elegir la mejor opción.
-No utilice el dinero para otro fin distinto al del propósito original. La tentación de tener todo ese efectivo en la mano puede ser un riesgo; recuerde que lo puede gastar de una vez, pero las cuotas las va a tener que seguir pagando durante mucho tiempo.
-Muchos préstamos incluyen un seguro que cubre el monto en caso de muerte, de tal forma que esta obligación no le será trasladada a nadie más (imaginemos el caso de una vivienda familiar respaldada por una hipoteca. Si la persona que paga el crédito fallece, lo ideal es que haya un respaldo). También es conveniente optar por un seguro de desempleo, que la ayudará a pagar las cuotas mientras consigue otro trabajo. De esta manera, la protección será todavía más amplia.
-Las eventualidades ocurren. Si no puede hacer un pago a tiempo, visite de una vez la entidad financiera para informar sobre su problema y buscar una solución.
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Piense en el propósito de la deuda
El monto de la cuota pasará a ser un rubro más –y bastante importante– dentro de su presupuesto mensual. En vista de que le va a restar posibilidad de utilizar ese dinero en otras cosas, es muy importante que el crédito sea para algo útil y no para una situación pasajera que puede esperar.
Si el crédito es para refundir deudas, va a mejorar su flujo de caja. En otras palabras, a final de mes va a tener más dinero disponible.
Aquí es importante, de nuevo, darle un uso correcto a esos recursos. Como ya el crédito cubrió deudas anteriores que tal vez no eran muy sanas, es una buena oportunidad para ahorrar el excedente.
Debe plantearse la meta de conservar las finanzas en orden. Si ya pagó la tarjeta de crédito, no la empiece a cargar de nuevo, a menos de que lo haga de forma programada para aprovechar los descuentos y acumular beneficios.