Yves Saint Laurent, el genial diseñador francés que revolucionó el mundo de la moda, renace en la pantalla grande gracias a la interpretación del actor Pierre Niney, que logra recrear la complejidad de su personalidad con asombrosa fidelidad.
La película de Jalil Lespert lleva por primera vez al cine la vida de Saint Laurent, nacido en 1936 en Argelia y fallecido en París en 2008. Un segundo filme, Saint Laurent realizado por Bertrand Bonello se estrenará en mayo en Europa.
Lespert se concentra en el período 1956-1976, desde la espectacular y fulgurante eclosión de un gran talento -en la casa Dior primero y después al frente de su propia firma- hasta los años de gloria más destacados, que culminan con la colección de los ballets rusos en 1976.
El actor de 37 años convertido en director explicó que se proponía "contar una historia de amor y al mismo tiempo la historia de alguien que lucha por realizar sus sueños".
Antes de sumergirse en su trabajo de investigación, "Saint Laurent encarnaba para mí la timidez absoluta, la elegancia extrema", cuenta Lespert, cuyo largometraje es una adaptación libre de la biografía de Laurence Benaim.
"Mi madre y mi tía argelinas, que miraban sus desfiles en la televisión, me decían que era el más grande de todos los creadores", cuenta el director, que comprenderá luego la "importancia histórica y nacional del personaje por sus creaciones, incluyendo la ropa de hombre -pantalón, esmoquin y gabán-democratizada para las mujeres, en un momento en que la sociedad francesa estaba cambiando".
En esta película de escenografía aplicada, lo íntimo se mezcla con la Historia, incluyendo el fin de la II Guerra Mundial, la guerra de Argelia, y la entrada en los años 60.
Para encarnar a Yves Saint Laurent y Pierre Bergé -interpretado por Guillaume Galienne-, Lespert recurrió deliberadamente a dos "actores con formación clásica", de la Academia Francesa, para recrear mejor la lengua especial de la época y de los personajes, en especial la forma de hablar de Saint Laurent.
“Cuando se hace una biopic (película biográfica), el abanico de actores se reduce porque prima el aspecto físico, además del comportamiento y la educación", dijo.
El actor también se sumergió en las biografías y otros reportajes para conocer en profundidad y compenetrarse mediante un arduo trabajo de documentación con un personaje que ignoraba casi por completo.
Cuatro meses y medio más tarde, contrató a consejeros en dibujo y estilismo para lograr la semejanza física en "el andar y la voz, tan particular", cuenta el actor.
"Trabajé con una colaboradora que dibujó durante 15 años para Saint Laurent. También aprendí a reconocer las telas, la jerga especializada de los talleres de costura", explica Niney.
Lo que más le gustó del personaje de Saint Laurent fue "su timidez, que le sirvió como un arma toda la vida, y esa forma de estar como en otra parte".
Jalil Lespert, que recibió el aval de Pierre Bergé para su película -contrariamente a Bertrand Bonello-, tuvo acceso a los archivos de la Fundación Bergé-Saint Laurent, incluyendo vestidos y dibujos, y pudo reunirse con la "familia Saint Laurent", es decir sus amigos y colaboradores, también recreados en la pantalla.