El dinero no es cosa de adultos solamente. De hecho, como cualquier otro hábito, una persona aprende a ahorrar desde pequeña, y lo que empiece guardando en una alcancía lo marcará positivamente para toda la vida.
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A los niños hay que hablarles de dinero con un lenguaje sencillo, sin los tecnicismos que podría usar un experto en finanzas.
Por ejemplo, no tienen por qué saber, desde que van al kínder, qué es la tasa básica pasiva, que se toma como referencia en muchos préstamos. Ya habrá tiempo mucho más adelante para que se familiaricen con ese término. En cambio, sí pueden conocer que separando una parte de lo que reciben de los papás pueden llegar a comprar cosas más grandes y valiosas a largo plazo.
Estas son algunas formas de abordar el tema financiero con los pequeños de la casa.
- Una buena primera lección es mostrarle que, si bien algunas cosas muy importantes en su vida no tienen un valor monetario (como el abrazo de un ser querido), otras sí cuestan dinero y se obtienen solo mediante el trabajo y el esfuerzo. Por eso, cuando los papás van al cajero automático, el niño debe entender que esos recursos son limitados y representan mucho tiempo y dedicación.
- Tal y como indica la especialista Rosibel Cabrera, gerente de Productos Pasivos de Davivienda, es recomendable que el niño entienda el funcionamiento básico de un presupuesto; aquí, la enseñanza fundamental es que la familia no puede gastar más de lo que recibe. Incluso, no basta solo con cubrir todas las necesidades, sino que idealmente hay que separar una parte para ahorro (los expertos recomiendan que sea al menos un 10 %).
- Se les puede explicar que el presupuesto es como cuando llevan algún dinero a la escuela. Tienen que calcular cuánto gastan en el recreo, más el almuerzo, y no pueden pasarse de ahí. Si les dan el dinero semanalmente, será más fácil explicarlo pues, si no lo administran bien, llegarán sin nada al viernes.
- Hay que hablarles de las metas comunes de todo el hogar. Así, verán que en la familia no ahorramos solo porque nos gusta, sino para lograr algo importante dentro de algún tiempo. Se les puede explicar, por ejemplo, que las últimas vacaciones en la playa fueron posibles gracias al hábito del ahorro, o bien ese carro nuevo donde se sienten más a gusto.
- Es importante la idea de que el dinero no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar ciertos objetivos. Por ejemplo, el ahorro de largo plazo para que vayan a la universidad representará la oportunidad de que reciban una buena educación. No se trata simplemente de ver la suma crecer cada mes y cada año, sino de acercarse con disciplina a un logro.
- Tenga en mente que las enseñanzas financieras son tan valiosas como muchas otras que les puede enseñar a los niños, ya sean sobre salud, modales, etc. Sin embargo, en algunos hogares se pasan por alto. Muchas decisiones que los niños tomen cuando sean adultos, y que los harán sentirse realizados, tendrán que ver con las lecciones sobre cómo administrar la parte económica, así que vale la pena sacar el rato.