El último informe del Estado de la Población Mundial, realizado por el Fondo de la Población de las Naciones Unidas (UNFPA), marca 50 años de la creación de esta agencia especializada en política demográfica.
Este informe nos lleva en un recorrido por los avances, retrocesos y retos que han afectado el acceso de las mujeres a métodos anticonceptivos alrededor del mundo:
En el año 1969 una mujer tenía un promedio de entre 4 y 5 hijos, esta suma aumentaba en los países menos desarrollados llegando a los los 6 o 7 hijos. La razón, era en parte porque los avances tecnológicos de la época provocaron un sentimiento de estabilidad y esperanza que motivaron a las personas a tener más hijos, y en parte porque únicamente el 35% de las mujeres casadas utilizaban métodos anticonceptivos.
Ante este crecimiento repentino de la población, los líderes mundiales se empezaron a preocupar al imaginar escenarios apocalípticos en donde los recursos no fueran suficientes para tantas personas y durante las siguientes dos décadas se dedicaron a impulsar políticas de planeamiento familiar. Estas políticas variaron en severidad según el país, es conocido el caso de China, que permitía tener un único hijo por pareja hasta el año 2015, cuando por razones de envejecimiento de su población subieron el límite a dos hijos por pareja.
Como señala el UNFPA, si bien se controló el crecimiento acelerado de la población y se introdujeron al mercado diversos métodos anticonceptivos, no se respetó el derecho de la mujeres y sus parejas a decidir sobre su propia familia. Ante esta realización que manifestaron diversos grupos feministas, se empieza a hablar de derechos sexuales y reproductivos.
¿Qué derechos se incluyen al hablar de derechos sexuales y reproductivos?
No estan abarcados en ningún documento oficial y aceptado mundialmente todavía, pero se considera que se incluyen al derecho de las personas a expresar su sexualidad, los derechos de adolescentes de recibir servicios de educación sexual integral y los derechos de todas las mujeres y niñas a no sufrir ningún tipo violencia.
Más allá de la planificación familiar, estos derechos también incluyen la atención prenatal, un parto sin riesgo y la atención posnatal; al tratamiento y alternativas a problemas de fertilidad, el tratamiento de infecciones del aparato reproductor y enfermedades de transmisión sexual; y la información que se basa en la educación y asesoramiento sobre sexualidad y salud reproductiva. Ahora, ¿se cumplen?
El Estado de la Población Mundial es claro en que sigue existiendo una deuda acumulativa en relación con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres pertenecientes a los grupos más vulnerables. La inestabilidad política, conflictos sociales, los desastres climáticos y los factores geográficos y económicos se unen para crear un escenario en donde las mujeres tienen poco o ningún acceso a educación sexual y servicios de salud reproductiva, aumentando el número de embarazos no deseados y riesgo a las complicaciones durante la gestación y el parto.
El derecho a decidir: impedimentos en la decisión de las mujeres sobre sus cuerpos
Decidir sobre nuestro propio cuerpo puede parecernos como algo obvio y sencillo de hacer, pero existen una serie de factores externos que nos arrebata el control de nuestro cuerpo, algunas identificadas por el UNFPA son:
- La violencia contra las mujeres es un problema nivel mundial, una de cada tres mujeres experimenta violencia física o sexual en algún momento de su vida.
- El matrimonio infantil, actualmente 800 millones de las mujeres casadas contrajeron matrimonio durante la infancia, limitando las posibilidades de autonomía, de recibir educación y desarrollo potencial.
- La presión sobre las parejas casadas de tener hijos, o la presión de tener un hijo varón siguen siendo factores culturales que influyen las decisiones reproductivas de las personas.
- Leyes restrictivas sobre el acceso de servicios de salud reproductiva.
Como muestran las cifras de este informe, al contar con la garantía de sus derechos sexuales y reproductivos, las personas toman decisiones para su propio beneficio, que se traduce al beneficio colectivo social, económico y de desarrollo de un país.
Existen retos relacionados a las crecientes dificultades para concebir, el cancer de mama y de otros órganos reproductivos y la salud mental que necesitan de la union de acciones gubernamentales y capital privado para garantizar una mejor calidad de vida de las familias alrededor del mundo.