En algunas religiones suele ser un requisito y para muchas parejas se convierte en la excusa para no llegar al altar. Los cursos prematrimoniales suelen llenarnos la agenda de sábados y domingos durante un mes e incluso más. Sí, es un montón de tiempo y por eso es común ver a los novios buscando opciones de cursos exprés.
Sin embargo, la duración tiene sus motivos. Cuando salimos del sistema educativo, nos hemos convertido en buenas para las matemáticas, hábiles redactoras, grandes ingenieras, excelentes doctoras o audaces historiadoras... pero, en la mayoría de los casos, sabemos muy poco sobre temas fundamentales como qué hacer para superar la primera ruptura amorosa, cómo cambiar el pañal de un bebé y cómo se administran las finanzas familiares.
Un curso prematrimonial es la academia para la vida práctica y cotidiana. El decidir comprometerse y pasar su vida a la par de una persona es una de las decisiones más importantes que tomamos; y a raíz de esto debemos de tener la certeza de que esa persona es la indicada para acompañarnos a lo largo de los años, siendo un equipo, apoyándose mutuamente y entendiendo las necesidades de ambas partes. Todo esto es fundamental valorarlo previo a dar el “sí”.
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Es por lo anterior, que los cursos prematrimoniales son ideales para quienes están pensando en avanzar a la siguiente etapa en la relación. El objetivo es conocerse a sí mismo un poco mejor, para luego poder vincularse con el otro.
Se abarcan dinámicas que permiten estrechar los lazos, mejorar la comunicación de pareja y darnos pistas de cómo reaccionar ante la primera discusión o problema. Dentro de los temas que se abordan en este tipo de cursos se pueden mencionar: cómo mantener sano el amor, el erotismo en el vínculo en pareja, el manejo de las finanzas en conjunto y cómo prevenir círculos viciosos.
¿De verdad funcionan? ¡Claro! Ojalá hubiesen cursos así también para los solteros.
Fuente: Johan Villamil, director de Boda Pride.