Una pena compartida es una pena a la mitad, en especial, si ambos tienen la misma pena.
Es la conclusión que se obtiene de un estudio de la Universidad de Carolina del Sur (USC Marshall), en Estados Unidos.
En él se afirma que compartir los sentimientos con alguien que está teniendo una reacción emocional similar a un mismo escenario puede ser beneficioso para ambos.
“Cuando usted está preparando una presentación importante o está trabajando en un proyecto de alto riesgo, está en una situación que puede generarle mayor estrés. Hablar con un colega que comparte su estado emocional puede ayudar a disminuir esa sensación", dijo la investigadora Sarah Townsend, en el sitio de la universidad.
En su opinión, lograr ambientes que estimulen una similitud emocional entre los trabajadores podría beneficiar a las personas de diferentes orígenes culturales que deben aprender a trabajar juntas.
En este estudio participaron 52 mujeres que debieron dar un discurso. Se les pidió conversar entre sí antes de darlo y se les midió sus niveles de cortisol (la hormona del estrés, antes, durante y después de la presentación).