Elena Álvarez Reyes, de tres años y dos meses, es una niña tranquila y enérgica. Ya está aprendiendo a leer y también resuelve sumas cortas. Cuenta hasta 50 en español y hasta 30 en inglés. Se divierte jugando con maquillaje y también brincando en su cama saltarina. Es inteligente y juguetona, ama a los caballos y también manejar…
Sí: manejar. Desde hace cinco meses, Elena práctica kartismo (modalidad del automovilismo que se realiza con karts) y según sus papás, Domingo Álvarez y Diana Reyes, sería la persona más joven en practicar este deporte en el mundo (empezó a los dos años y siete meses). Aseguran que se basan en la información que les dieron, verbalmente, en la Federación Internacional de Automovilismo.
“Elena empezó a los dos años y siete meses. Hizo sus primeros pasos en automovilismo a esa edad. Es la piloto de carreras más joven del mundo. Incluyendo hombres y mujeres. El registro es que el piloto en empezar más joven fue Fernando Alonso a los tres años y medio”, contó su papá Domingo Álvarez, un empresario automotriz.
Los padres son fanáticos de la Fórmula 1, no obstante, no es por eso que la pequeña maneja, sino por el interés que desde muy bebé empezó a mostrar en los motores.
“Nosotros vemos carreras de Fórmula 1. Elena desde los seis meses se quedaba sentada frente a la tele viendo toda la carrera de hora y media. Estaba concentrada y nos llamó la atención”, agregó el papá.
Infancia con velocidad
Elena nació en Costa Rica un mes y medio después de que sus papás, un chileno y una colombiana, se asentaran en este país. Ella tiene un hermano menor, Emiliano, de año y dos meses. Toda la familia siempre está presente en los entrenamientos de la niña: en Costa Rica y una vez al mes en Colombia.
Su primer acercamiento con la velocidad fue empezando la vida, cuando se quedaba concentrada viendo las carreras. A los ocho meses tuvo su primer carrito eléctrico, uno tradicional, de esos que se le compran a los bebés.
“Lo usó hasta el año y dos meses, no le gustaba por lento, sonreía cuando yo empujaba e iba más rápido. Luego le compramos uno a pedales, más fácil de empujar. Levantaba los pies y ya después manejaba. Veía que tenía demasiadas emociones de conducción”, contó Domingo, de 41 años.
Conforme la niña se entusiasmaba más con los carritos, los papás encontraron otro en el que la velocidad se podía limitar por una aplicación. El carro corría a 40 kilómetros por hora, pero a ella se lo programaron en 10 kilómetros por hora. Lo adaptaron a su tamaño, pues ese auto puede ser utilizado por alguien de hasta 1.90 metros.
“Eso fue en agosto (del 2022). Le gustaba la velocidad. Pensamos que con ese carro se quedaría tranquila y para sorpresa se montó y manejó como si supiera cómo hacerlo. Aceleró, como sabiendo cómo funcionaba. El primer día se lo entregamos a las 5 p. m. y dio vueltas hasta que se descargó a las 9 p. m. No quería parar”, dijo Domingo.
Un vecino de la familia y quien es instructor de kartismo le dijo a los papás que podían llevarla a manejar a una pista en Lindora. Esa primera vez llevaba el kart a 40 kph y después, cuenta Domingo, manejaba a una velocidad parecida a la de los adultos amateur.
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Después de ver las aptitudes de la pequeña conduciendo, los padres quedaron impresionados. Igualmente las personas que vieron videos en redes sociales y empezaron a enviarles mensajes.
“Para nosotros además de sentir orgullo profundo, fue impactante, Elena es muy pequeña. Vimos habilidades desde muy chiquitita. Es algo de verdad sorprendente. Una persona con conocimiento en el tema dijo que era excepcional. Maravillosa”, comentó Diana, la mamá y quien es psicóloga.
Escuchar esos comentarios de otras personas aclararon las dudas que de repente podían tener los papás, quienes aseguran que es usual que los padres siempre piensen que sus hijos son “super virtuosos e inteligentes”. “Eso nos aclaró el panorama”, recuerda la mamá.
De inmediato empezaron a buscar un kart oficial de los que se usan en los campeonatos de kartismo en Costa Rica. Lo consiguieron en Panamá y tuvieron que adecuarlo, pues son para niños de cuatro años adelante y ella tiene tres.
La niña entrena en un equipo de Costa Rica y su compañero de menor edad tiene seis años.
“Luego de subir videos a redes, como ella tiene tres nacionalidades, nos invitaron de una escuela de Kartismo de Colombia. Actualmente entrena una semana al mes en Colombia”, comentó el papá.
El pasado 26 de de abril, Elena y su familia fueron invitados a la presentación del libro de la piloto colombiana Tatiana Calderón, la única mujer en haber competido en Fórmula 2. El evento se realizó en Bogotá.
“Manejar mientras sonría”
El orgullo y emoción que sienten Domingo y Diana al ver a su hija manejar son grandes, pero esto es superado por el bienestar de la niña. Consultaron con un pediatra para conocer si manejar, y eventualmente competir, podrían generar una carga para la niña.
“Siempre estamos conscientes de que ella va a manejar mientras sonría. Cada día se despierta con ganas de manejar”, dice el padre.
La mamá reitera que si bien a ella y a su esposo le encantan las carreras, nunca pensaron en influenciar a la criatura. Aseguran que “todo se ha dado natural” y por eso la apoyan.
“Tiene un talento innato, por eso decidimos apoyarla al máximo. Nos asesoramos con personas sobre su salud emocional para poder acompañarla de manera integral en este proceso formativo”, agregó la mamá.
Cuenta que Elena tiene una rutina estructurada en la que están incluidos los entrenamientos.
En su vida diaria, la pequeña recibe clases educativas en la casa por dos horas. La profesora ha resaltado las habilidades de la niña, quien, como se mencionó antes, está a punto de leer.
“Le gusta descifrar laberintos. Los mira, analiza y encuentra el camino. Tiene juegos didácticos, también maquillaje, una cama saltarina, le gusta jugar golf y hacer yoga conmigo. Es una niña que requiere tiempo, tiene mucha energía y trato de aprovecharla e ir potenciando virtudes”, dijo la mamá.
Al mes, Elena entrena 16 días También práctica equitación.
“Por ella manejaría todos los días. Cuando maneja está super feliz, cuando no lo hace, pide manejar. También practica equitación, los caballos son su otra pasión”, añadió Diana Reyes.
En Colombia ya lleva el kart hasta 60 kilómetros por hora, cuenta Domingo. Ellos se preguntaron si no sería peligroso conducir a esa velocidad, sin embargo, la niña empieza despacio, va conociendo el kart, luego en la pista va subiendo la velocidad.
En cuanto al riesgo o peligros, los papás aseguran que ella utiliza todo el equipo necesario para una piloto de kart. Se lo mandaron a hacer a la medida y esperan un casco certificado que le fabrican en Italia.
“Pretendemos que sea feliz en lo que le gusta, ese es nuestro mayor objetivo. Lo demás es añadidura. Así como ella se quiere ver en Fórmula 1, nosotros nos la imaginamos, pero si decide a los 7 o 12 años que colgamos los karts entonces se hace y quedará como una bonita experiencia”, afirmaron los papás.
Por ahora, Elena quiere continuar manejando, por ello sus papás quieren brindarle las mejores herramientas, ya que ha mostrado ser bastante competitiva. La familia piensa en opciones, pues reconocen que las diferencias formativas entre América y Europa son abismales.
“Ella quiere ir a ganarle a los pilotos Hamilton y a Velstappen, y quiere un Ferrari. Quiere manejar en Ferrari y pide que se lo hagamos pequeñito”, comentó Domingo.
Práctica costosa
Los padres de Elena buscan patrocinadores para poder continuar con su práctica nacional e internacional del kartismo. Además del compromiso familiar y de cambiar rutinas laborales, el gasto económico es importante, dice Diana. Todos los meses, los papás, Elena y su hermanito viajan a Colombia para que la niña entrene allá.
¿Y el siguiente paso? De manera más reposada los padres han pensado que, en caso de que Elena quiera empezar a competir, lo mejor sería que se forme en Europa. Por ahora lo toman con calma.
Es posible que próximamente acuda al mundial de Kartismo en Italia. No iría a competir pero sí a entrenar con los niños y niñas que compiten en ese país.
“La idea es que se foguee y aprovechar la ventaja comparativa por tiempo y edad con las que comenzó. Estamos valorando ir a ese mundial a fin de año”.
“Pretendemos que sea feliz en lo que le gusta, ese es nuestro mayor objetivo. Lo demás es añadidura. Así como ella se quiere ver en Fórmula 1, nosotros nos la imaginamos, pero si decide a los 7 o 12 años que colgamos los karts entonces se hace y quedará como una bonita experiencia”,
“Todo empieza como hobby”
Elena utiliza un pequeño uniforme, guantes y un casco profesional que protege su cabeza. Cuando está a bordo del kart, presta atención a su instructor. Con gran concentración completa el circuito de la pista de carreras y acelera en los momentos claves.
Cuando se baja de su kart y se quita la protección de la cabeza, sobresalen las dos colitas con las que su mamá le recoge el cabello y toma su botella morada con figuritas para hidratarse. Se ve muy pequeña, pero también comprometida.
Mauricio Hernández, piloto de automovilismo y kartismo y quien es el entrenador de Elena en Costa Rica, conversó acerca del proceso de la niña.
“Al ser tan pequeña hay que esperar para ver el interés real de ella a la hora de competición. Lo importante es que disfruta, le encanta manejar. Entiende lo que se le dice y lo aplica. Ahora está muy bebé para ver el tema de la compentición y su compromiso”, comentó Hernández, de 26 años y quien maneja desde los 5.
El entrenador, quien tras volver de ser piloto en Europa creó MK Karting, un equipo de competencia, dice que Elena ha mostrado mucho interés por la velocidad.
Según el profesional, la niña podría empezar a competir a partir de los cuatro años. Quedan 10 meses para eso y por ahora, Elena continúa acelerando su kart.
Si le interesa conocer más de la evolución de esta pequeña piloto, puede seguirla en redes sociales, donde aparece con el usuario @Elena.ea27
“Siempre estamos conscientes de que ella va a manejar mientras sonría. Cada día se despierta con ganas de manejar”
— Domingo Álvarez, padre de Elena