Nadie se escapa de ellos. Los Funko Pop son regalos casi siempre certeros y están por doquier. No hace falta ser un riguroso coleccionista para querer al menos una de estas figuras que, para algunos, sirven como souvenir de algún producto cultural, tras haber visto una película o una serie. Para otros, es una obsesión sin control: quieren tener más y más. Han pasado 25 años (sí, la cifra es sorprendente) y los funkos nos reinan.
A medida que reconocemos su relevancia con su cuarto de siglo de existencia, nos adentraremos en el fenómeno detrás de los Funko Pop. Desde su humilde origen hasta su posición actual como íconos de la cultura pop, exploraremos cómo estas cabezonas figuras han logrado conquistar corazones y estantes por igual.
Un vistazo general
Los Funko Pop son una serie de muñecos coleccionables caracterizados por poseer una cabezota. Son creación de la compañía estadounidense Funko, la cual, además de fabricar esta línea de muñecos, también ha crecido a producir su propia línea de ropa, de accesorios y de otra gran variedad de artículos.
En el mercado se puede conseguir funkos de prácticamente cualquier personaje de ficción, así como de muchas personalidades reales. Sea cualquiera de los personajes de la saga de Harry Potter o bien todas las princesas de Disney, la marca tiene licencias con una gran cantidad de franquicias.
La historia de los Funko Pop nace como muchos otros sueños en Estados Unidos: en la cochera de una casa.
En la actualidad, el presidente de la firma es Brian Marotti, quien en el año 2005 compró la empresa a sus fundadores.
Desde su aparición en el mercado de coleccionables hace un cuarto de siglo, los Funko Pop se han convertido en una obsesión global. Con sus cabezas desproporcionadas y un encanto peculiar, estas figuras (usualmente carentes de boca) han conquistado los corazones de personas de todas las edades.
En una curiosa particularidad, entre la amplia gama de figuras Funko, destaca la presencia de un único representante costarricense con licencia oficial: el guardameta Keylor Navas. Esta peculiar adición al catálogo se produjo poco después de su fichaje por el París Saint Germain. La figura captura con detalle incluso el distintivo estilo capilar del arquero, teñido con un toque de color rubio.
La evolución de un sueño en Snohomish
La historia de estos adorables coleccionables comenzó en 1998 en un garaje de Snohomish, Washington. Tres amigos apasionados, Mike Becker, Sean Wilkinson y Rob Schwartz, idearon una forma única de representar a sus personajes favoritos.
Inicialmente fue nombrada como Fun Company (en español “Compañía de Diversión”) aunque finalmente dieron con la mejor combinación, jugando con los términos “Fun” y “Company”, donde finalmente se convirtió en Funko.
Aunque el primer Funko Pop! de la historia fue una figura con cabeza de ordenador llamado Computer Bob, el éxito no llegó hasta la creación de Big Boy.
Big Boy representaba la imagen de una cadena de restaurantes de comida rápida y la figura agotó existencias en pocas horas, marcando el comienzo del éxito de Funko.
¿Por qué su éxito?
Cualquiera que se haya metido en el mundo de las figuras coleccionables (y aquí hago una confesión personal) puede decirle con certeza lo caro que resulta conseguir una figura determinada en una escultura o una estatua pequeña.
Funko llegó a resolver ese problema: Una de las particularidades de esta compañía es que fabrica muñecos coleccionables a precios verdaderamente accesibles, de manera que cualquiera pueda iniciar su propia colección de lo que sea que resulte fanático. Los funkos pueden conseguirse en muchas tiendas físicas y en páginas como Amazon o Ebay, con precios que, para el caso de Costa Rica, pueden oscilar entre los ¢7.000 y los ¢12.000 (las figuras especiales y de edición limitada suelen superar esos montos).
Además, muchos funkos que se compraron baratos, con el paso del tiempo pueden cotizarse por mucho más, a medida que se descontinúa su venta o el personaje se revaloriza. Para comprobar esto existe una aplicación donde uno ingresa el código del funko y puede ver su valor “en la bolsa”, por así decirlo.
Por ejemplo, del Chewbacca Edición Flocked (con gamuza) se crearon solamente 480 unidades y su precio puede ir por encima de los $1000. Del Ned Stark Decapitado, de Game of Thrones, se lanzaron solo 1000 unidades y su precio es alrededor de $1300. Batman Silver es otro ejemplo: existen poco más de 100 unidades y puede llegar a costar hasta los $2000.
Todas estas figuras fueron diseñadas con muy pocos ejemplares o destinadas como regalos especiales.
Se cree que la figura funko más costosa de todas es el set de La Fábrica de Chocolate, lanzado en la convención Fundays del 2016, donde el tema principal era Charlie y la Fábrica de Chocolate. Ese día se entregaron barras de chocolate y diez de ellas contaban con un boleto dorado: el premio fueron diez sets Funko Pop conmemorativos de Willy Wonka y un Oompa Loompa.
Este set no salió al público y se considera invaluable, ya que ningún ganador lo ha ofrecido a la venta.
El segundo funko más costoso sería un Dumbo payaso del 2013, que tuvo un tiraje de tan solo 48 unidades. Esta figura puede llegar a superar los 4.000 dólares.
Una breve clasificación de los Funko Pop
Los Funko Pop vienen en una asombrosa variedad de tipos y estilos. Cada uno de ellos, con su propia singularidad, hace que el mundo del coleccionismo sea aún más emocionante. Aquí le presentamos una guía rápida de los tipos de Funko Pop que puede encontrar.
- Funko Pop Regular: Este es el Funko Pop básico y, sin duda, el tipo más común. Está disponible en la mayoría de las tiendas y es producido en grandes cantidades. Estos adorables coleccionables están hechos de vinilo resistente y vienen en diferentes tamaños.
- Funko Pop Chase: Los Funko Pop Chase son variantes del Funko Pop regular y, a menudo, son un poco más difíciles de encontrar. Por lo general, se produce un Funko Pop Chase por cada seis regulares, lo que aumenta su atractivo para los coleccionistas. Las variaciones pueden ser sutiles, como una expresión facial diferente, o más llamativas, como detalles exclusivos como gorras o versiones translúcidas.
- Funko Pop Exclusivos: Estos Funko Pop son verdaderamente especiales, ya que su rareza radica en dónde y cómo se pueden adquirir. Pueden ser exclusivos de ciertas tiendas como Hot Topic, GameStop, o Walmart, o se pueden encontrar en convenciones de renombre, como la San Diego Comic Con o la New York Comic Con. Debido a que se fabrican en cantidades limitadas y rara vez vuelven a producirse, los Funko Pop Exclusivos son altamente deseados por los coleccionistas.
- Funko Pop Cromados: Los Funko Pop Cromados son figuras de un solo color con un acabado metálico, que puede ser dorado, plateado o en colores llamativos como rojo, azul y verde.
- Funko Pop Glow in the Dark: La característica distintiva de estos Funko Pop es que brillan en la oscuridad. Ya sea en toda la figura o en partes específicas, estos Funkos son un espectáculo por la noche.
- Funko Pop Flocked: Estos Funko Pop están hechos de un material gamuzado y agradable al tacto, que simula el pelaje de personajes como el Oso Yogi. Pueden ser regulares o exclusivos y tienen un aspecto peculiar que los distingue.
- Funko Pop Clear: Los Funko Pop Clear son transparentes y ofrecen una versión translúcida de personajes regulares o exclusivos.
- Funko Pop Bloody: Estos Funko Pop son verdaderas rarezas. Vienen con manchas de “sangre” en la figura o en la caja, lo que les otorga un toque especial y una sensación de rareza impresionante.
- Funko Pop Scented: Son aún más espectaculares, ya que vienen con fragancia. Son difíciles de conseguir y añaden un elemento sensorial único.
- Funko Pop Black Light: Esta variante, que surgió en el 2021, es un auténtico espectáculo visual. Los Funko Pop Black Light tienen un acabado que brilla bajo luz negra, lo que los hace especialmente llamativos en ambientes oscuros.
- Funko Pop Wood Deco: Estos Funko Pop son selectos. Presentan un acabado que simula la madera, lo que les confiere un aspecto único y rústico.
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En Costa Rica no nos resistimos a su encanto
Willy Bautista, un coleccionista de Funko Pop de Desamparados, comparte su historia de cómo una simple serie de televisión y un par de figuras desencadenaron una pasión que lo llevó a poseer más de 700 figuras, con un valor estimado de alrededor de $20.000.
Su viaje hacia el coleccionismo comenzó cuando su entonces novia y hoy esposa, Shirley Leandro, se obsesionó con la serie de Marvel Agents of Shield. Ella quería los Funko Pop de los personajes, lo que llevó a Willy a adquirir los primeros dos para su pareja: el agente Coulson y la agente Daisy Johnson.
Al principio, él no era un admirador acérrimo de los Funko Pop, pero gradualmente se vio cautivado por estas encantadoras figuras y su atractivo coleccionable. Su primer Funko Pop personal fue el de Ragnar Lothbrok de la serie Vikings. “Nunca pensé que terminaría tan enfiebrado”, dice entre risas.
Su colección, en la que destaca su amor por Batman, incluye una impresionante serie de figuras cromadas del Caballero de la Noche, muchas de las cuales solo se pueden obtener en convenciones, lo que las convierte en tesoros exclusivos.
Como coleccionista desde hace seis años, Willy ha dado la milla extra. “Pues lo he logrado con mucho trabajo, mucho esfuerzo, ahorrando y siempre estando pendiente de los lanzamientos para hacer más grande la colección”, cuenta.
Entre otras de sus joyas se encuentran tres Funko Pops muy preciados: un Freddy Funko (la mascota de la compañía) con traje de Batman firmado por nada menos que Mike Becker, el fundador de la empresa Funko; un Heisenberg de la serie Breaking Bad de la edición de San Diego Comic Con; y un Batman cromado de la New York Comic Con 2019. Estos tres juntos tienen un valor estimado de 1.800 dólares.
Para Willy, más allá del valor económico de las figuras, lo que más aprecia de su colección es la capacidad de revivir las experiencias y los recuerdos asociados con cada una de ellas.
“Lo que más me gusta de tenerlos es poder recordar cómo y cuándo los conseguí, las experiencias, y un detalle super importante es la gran cantidad de amigos que he conocido a través de este lindo hobby”.
Otro fiebre
La historia de Víctor Céspedes Camacho, coleccionista de funkos en Cartago, es otro reflejo del apasionante mundo de la colección de estas simpáticas figuras. Su aventura comenzó cuando adquirió su primera pieza, Daenerys Targaryen de Game of Thrones. El estilo único y distintivo de estos coleccionables le llamó la atención, y fue el comienzo de una pasión que lo llevaría a explorar el vasto universo Funko.
Como muchos otros coleccionistas, Víctor se dejó llevar por la fiebre de las licencias. Cada vez que una película o serie lo cautivaba, Funko solía lanzar figuras que inmediatamente se convertían en objeto de deseo. Su inocencia inicial lo llevó a querer completar colecciones enteras, lo que en retrospectiva, reconoce como una estrategia de marketing magistral por parte de la marca.
Una de las claves del éxito de Funko, según Víctor, radica en su habilidad para capturar las esencias de personajes de la cultura pop en pequeñas figuras. Céspedes destaca cómo incluso anticipan lanzamientos de películas que aún no han visto la luz. “La gestión de las licencias y la capacidad de ofrecer productos de alta calidad a precios asequibles son parte de lo que ha consolidado a Funko como una empresa líder en el mundo del coleccionismo”, asegura este entusiasta.
En su colección, Víctor atesora varios tesoros. Desde un punto de vista monetario, destaca los cuatro Funkos originales de Los Simpsons lanzados en 2011, que hoy tienen un valor conjunto de alrededor de $2.500. Pero no todos los muñecos son valiosos en términos de dinero; algunos tienen un valor sentimental invaluable. Un ejemplo es su Funko de Scar de El Rey León, que siempre le recuerda a su abuelo.
“He hecho muchas limpias de funkos, a veces me pongo a vender algunos, pero este, aunque no sea tan valioso monetariamente, es uno que siempre voy a llevar. Cada vez que veía a mi abuelo nos decíamos “hakuna matata”. Este Funko es un vínculo con nuestro pasado y un recordatorio para siempre de mi abuelo”, relata.
El mundo de los funkos no es ajeno a los desafíos. En la búsqueda de los más preciados, Víctor ha experimentado la complejidad de ser un coleccionista fuera de los Estados Unidos. La competencia es feroz, y la disponibilidad de ciertas figuras puede ser escasa.
Para mantenerse al tanto de los lanzamientos, él sigue páginas de Funko en Instagram y ha perfeccionado sus habilidades de compra en línea. A veces, no queda más opción que recurrir a tiendas internacionales para adquirir esas piezas tan anheladas.
Un detalle notable en la historia de Víctor es cómo consiguió uno de sus funkos más especiales: el icónico Big Boy, el primer funko de la historia: fue a través de eBay, donde los coleccionistas suelen rastrear tesoros difíciles de encontrar. Esta adquisición representó un hito en su viaje como coleccionista y un recuerdo que siempre atesora del comienzo de una pasión que lo ha llevado a explorar innumerables mercados dentro del mundo Funko.
Finalmente, Víctor encuentra en los funkos una alegría simple pero significativa. Su amor por estas figuras radica en su tamaño compacto, que no ocupa mucho espacio. Con el tiempo, ha creado hermosos estantes para exhibir sus tesoros, convirtiendo su hogar en un testimonio de su pasión por la cultura pop y el coleccionismo. Para él y muchos otros, los funkos son mucho más que simples figuras, pues significan recuerdos, pasiones y conexiones.
La inserción del mercado en Costa Rica
En Costa Rica, los Funko Pop encontraron un punto culmen a partir del 2013. Las redes sociales como Facebook y Twitter se consolidaron y la globalización del funko hizo que distintas empresas locales se interesaran en adquirirlos.
Por ejemplo, Ciudad Manga (una tienda especializada en historietas) vio la oportunidad de importar gran cantidad de estos productos. “Alrededor del 2017 fueron el producto más vendido en la tienda. Aún se sigue manteniendo entre los más apetecidos, pero después de la pandemia han sido desplazados por los mangas y las camisas de animé, pero siguen siendo un indispensable en nuestro inventario”, cuenta Angie Pinzón, vocera.
De hecho, en la tienda principal de esta franquicia (tienen 7 sucursales y una tienda en línea) tienen toda una “piscina” de funkos; un espacio donde se encuentran cientos de figuras, desde funkos de animación hasta de series clásicas.
Parte del auge de los funkos se ha visto en otros negocios. Por ejemplo, la tienda Vértigo, conocida inicialmente por su enfoque en la música, tomó una decisión estratégica al introducir estos muñecos cabezones en su catálogo a partir del 2013.
Ericka Souto, encargada de mercado de Vértigo, compartió detalles sobre la motivación detrás de esta estrategia. “Recordamos que los primeros funkos que trajimos fueron de los Beatles que iba de la mano con nuestro enfoque principal. Y así fue aumentando paulatinamente el ingreso de Funko Pops de distintas categorías”, explica.
Desde entonces, en Vértigo han mantenido ingresos mensuales de nuevos productos relacionados a la marca. “Desde el 2013 a la fecha ha sido un crecimiento anual sostenible. Es un producto de alta rotación donde ha tenido altibajos normales, ya que el movimiento va muy de la mano con las series, películas, música, deportes y otras categorías que se encuentren en tendencia. A lo largo de los años el posicionamiento de los funkos se ha mantenido estable”, asegura Souto.
Añade que no existen funkos de ciertas franquicias especialmente apetecidos pues todos las categorías son de interés para los clientes. “Se tiende a mostrar más interés por los pop chase (los que cuentan con alguna mínima variación), die cast (significa que es una figura hecha en meta) y glow in the dark (los que brillan en la oscuridad) que son las ediciones limitadas y ediciones especiales”, explica.
Con Vértigo, eso sí, está la particularidad de que, aún en esencia, es una tienda de música. ¿Cómo tomaron los clientes ese giro en el catálogo de no solo vender vinilos, CDS y otros productos de música sino también funkos?
“Efectivamente seguimos en el mercado como una tienda de música donde se puede encontrar: tornamesas, acetatos y música en tendencia pero además evolucionamos a una tienda de entretenimiento. Nos vimos en la necesidad de reinventarnos para poder mantenernos estables en el mercado”, asegura Souto.
“De esa manera fuimos incrementando las líneas de productos como videojuegos, figuras coleccionables, consolas, funkos, productos para gaming, accesorios de tecnología, t-shirts y más para tener un amplia opción de compra para el cliente”.
Los Funkos son como el paracaídas de la cultura pop: ¡siempre están ahí cuando se necesita aterrizar en el mundo de los regalos y colecciones! Si hay un cumpleaños, un amigo invisible o Navidad, regalar un Funko es como apuntar al piso: no hay forma de fallar.