No importa cómo se ganó, lo importante fue que se triunfó. Costa Rica no tuvo un encuentro brillante, pero demostró ganas, ambición, deseo por seguir con vida. La gambeta de Joel Campbell fue su principal tanque de oxígeno, las paradas de Keylor Navas se convirtieron en su pulso para mantener la vida y el gol de Bryan Ruiz fue el ‘shock’ eléctrico que devolvió la esperanza, la ilusión... El bombazo que puso a la Nacional a dos puntos del repechaje a Catar 2022.
En una eliminatoria donde la experiencia ha sido cuestionada una y otra vez, lo cierto es que no cualquier jugador sabe cómo se juegan estos compromisos, mucha gente pidió la cabeza de Celso, la de Bryan; no obstante, por esas cosas que tiene el fútbol, Ruiz fue el encargado de hacer hasta ahora el gol más importante de la Tricolor en el camino a Catar.
Esa diana no solo le permite a la Sele respirar y pensar en que está a dos unidades del cuarto puesto, sino que llenó de confianza a un plantel que no tiene su momento deportivo pero que ya ha demostrado que a pura fuerza mental y gallardía puede sacar la tarea. Así lo hizo ante Honduras, El Salvador y ahora Panamá.
La eliminatoria está siendo de dientes apretados, con partidos que no se disfrutan sino que se sufren, en los que no hay chance de pestañear y se vive con esa ansiedad interna que se refleja en Luis Fernando Suárez y su constante caminar del banco a la línea límite con el terreno de juego.
Cuando hay una alegría, los futbolistas nacionales explotan al punto de quedarse sin aire en el grito de gol o quedar exhaustos en el terreno luego de una celebración sentida, efusiva; porque los goles están costando, pero al final llegan.
En cuanto a lo deportivo, Costa Rica depende demasiado de Joel Campbell. El ariete del Monterrey de México se está jugando una eliminatoria de lujo, carga con el peso ofensivo y ante Panamá hasta fue punto alto en defensa. Su regate es indescifrable para los rivales y fiel ejemplo de esto son las 10 faltas que recibió.
Joel tiene un compromiso que lo hace correr cuando las piernas ya no dan, que lo hace sacar una de lujo para alejar la esférica y que los demás descansen en zaga.
Defensivamente, la Selección continúa jugando al límite. El cuadro patrio cuando enfrenta la velocidad se ve mal, muy mal. En las alturas, Calvo y Waston dan muchas garantías y como siempre Keylor Navas es un muro, cuando se pone la camisa de Nacional da la impresión de que es impasable, con su presencia intimida en los mano a mano y contiene la efusividad del adversario, le impide crecer.
El desgaste físico de Costa Rica ante Panamá fue enorme y es una de las grandes preocupaciones que quedan para el futuro cercano, pero en esto hay que ir juego a juego. La Sele ganó una final, porque si perdía o empataba, prácticamente le decía adiós a Catar. Ahora viene la gran meta: comenzar a recuperar de visitante los puntos que se perdieron en casa como la derrota con México o el empate con Jamaica.
La Selección Nacional cumplió con su obligación. Joel Campbell terminó exhausto en el césped, una pelota pegó en el palo en el tiempo de reposición, pero al final se ganó, que era lo que valía. La experiencia de Bryan, Celso, Navas, Joel sigue marcando diferencia y mantiene al cuadro tico en la lucha. Quedan 15 unidades por disputar, el margen de error sigue en cero, pero ya una prueba quedó saldada.