La estadística es tan escandalosa como la magnitud de la nueva decepción y la pesadilla en los lanzamientos de penal: de los últimos 11 mundiales menores masculinos, Costa Rica tan solo ha ido a tres.
El fracaso más reciente se consumó el domingo, con la eliminación temprana de la Sub-17 en el Premundial de Concacaf rumbo a la cita planetaria Perú 2023, al no poder superar a Puerto Rico.
“La verdad que bastante dolidos por este final, porque no era el que queríamos, evidentemente. Creo que se intentó de todas las formas, (el balón) no quiso entrar”, expresó el técnico de la Sub-17, Erick Rodríguez.
Además, admitió que Costa Rica no tuvo un buen juego, a pesar de todo el arsenal de ocasiones que generó y que desperdició.
“Este era el cuarto partido de nosotros y en los cuatro partidos tuvimos demasiadas dudas. Desgraciadamente obtuvimos lo que nos merecimos por lo que hicimos durante el torneo, porque veníamos ganando, estábamos invictos.
”De hecho estamos invictos todavía, pero nunca fuimos el equipo que teníamos que ser. Nunca fuimos el equipo que nosotros esperábamos”, reflexionó.
En medio del desconsuelo, el seleccionador de la Sub-17 seguía sincerándose.
“Siempre tuvimos muchas dudas, ganamos algunos partidos, pero sin convencer y (el balón) no quiso entrar, no jugamos bien, pero tuvimos cinco o seis oportunidades ahí, debajo del marco y no la concretamos. Tuvimos la oportunidad del penal y la botamos”.
Erick Rodríguez afirmó que les ganó la ansiedad a los chicos, que andaban muy ansiosos, como con muchas ganas y desde el primer partido no se supo manejar ese comportamiento.
Cree que al no saber canalizarse eso, dio al traste con la eliminación, “que es bastante dolorosa para todos”.
De todas esas ocasiones que tuvo la Sub-17 contra Puerto Rico, logró que el partido se fuera a tiempos extra con un gol agónico en el minuto 90. Pero es que ni eso era un consuelo.
“Una y de la forma que ingresó. Honestamente hasta da pena empatar un partido con un gol así (de rebote), pero desgraciadamente fue lo que se presentó. Para eso nos alcanzó, dolidos, afectados”.
Rodríguez aseguró que aunque suene trillado, la verdad es que hay que hacer un análisis.
“Yo sé que desde el principio nos costó un poco, el tema de homogenizar el grupo, pero sí teníamos para competir mucho más, teníamos para pasar esta ronda y pelear contra Canadá.
”Lo teníamos, pero no lo demostramos, desgraciadamente no lo demostramos y quedamos eliminados de una forma que nos duele muchísimo”, insistió el técnico de la Selección Infantil.
Dijo que fue un proceso largo, que se inició en mayo pasado y lo definió como una bonita experiencia, a pesar de que ese desenlace dejó un trago tan amargo.
“Estos golpes ayudan a crecer, pero obviamente teníamos toda la ilusión, la mentalidad, el objetivo de clasificar al Mundial. Eso era, para eso trabajamos todos los días”.
Contó que en el grupo hablaron muchas veces del propósito, que era servir a la Patria, de darse al máximo, de entregarse al máximo con la camisa de la Selección Nacional y del objetivo, que era clasificar al Mundial Sub-17.
“Un proceso largo que terminó en algo que no fue muy positivo a nivel de grupo, de federación y esperemos que por lo menos hayamos aportado a los chicos en el crecimiento personal, individualmente y que algunos de ellos puedan mantenerse en otros procesos para que puedan ser jugadores de Selección Nacional, de Selección Mayor”, apuntó.
En lo personal, Erick Rodríguez subrayó que vivió una experiencia bonita, porque tenía algún tiempo de no dirigir chicos.
“No le miento, sí disfrutamos de la experiencia, pero el desenlace nos golpea, nos duele muchísimo y lo que queda es hacer un análisis como siempre, lo trillado, hacer un análisis.
”Ver el tema del biotipo, de los perfiles de los jugadores, ahora con el profe Claudio (Vivas) se está enfocando en trabajar desde más jóvenes, desde los doce o trece años para empezar a trabajarlos y tal vez que no lleguen con tantas falencias a estas edades”, mencionó.
El sueño mundialista se le desvaneció a la Sub-17, lo mismo que ocurrió hace unos meses con la Sub-20.
Costa Rica se acostumbró a estar ausente en las Copas del Mundo menores y el problema más grave es que ese cúmulo de fracasos arrastra secuelas, porque repercute también en un futuro cercano en la Selección Mayor.