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Joel Campbell festejó con Jewison Bennette y Anthony Contreras uno de los goles de Costa Rica ante Corea del Sur. Fotografía: Fedefútbol
La Selección Nacional de Costa Rica tuvo enseñanzas y también puntos destacables en su primer ensayo en la última fase de preparación de cara a Qatar 2022. Más allá del empate 2 a 2 con Corea del Sur, la Nacional puso a prueba diferentes circunstancias deportivas ante un rival exigente.
La primera conclusión que queda del duelo es que la Tricolor sufre de sobre manera con el juego rápido, potente y explosivo del rival; la Selección Nacional fue sometida por los coreanos con transiciones en las que la velocidad fue la principal fortaleza.
Tanto Bryan Oviedo como Carlos Martínez, además de Francisco Calvo y Óscar Duarte tuvieron que emplearse a fondo para resistir los constantes ataques contrarios. Corea con velocidad durante los primeros 30 minutos puso a la Nacional contra las cuerdas y obligó a los revolcones en zaga para defender.
En la parte colectiva la forma en que la Nacional logró contrarrestar ese asedio del adversario fue con fútbol pausado y control de pelota. Cuando Celso Borges, Daniel Chacón y Joel Campbell administraron el esférico, Costa Rica respiró y se vio mejor en el campo.
Luego aparecieron los aciertos y yerros individuales que al final siempre pesan en un resultado.
Un error como el de Esteban Alvarado, arquero que agarró una pelota fuera del área con la mano y regaló un tiro libre, además de que terminó expulsado, es inaceptable en la Copa del Mundo.
La mano de Alvarado no solo dejó al equipo con 10 hombres, sino que también dio un tiro libre peligroso que fue aprovechado por Corea para igualar 2 a 2. Es claro que en un mundial esto es imperdonable.
También en la etapa inicial el medio campo tico fue prácticamente inexistente. Tuvo que llegar Joel Campbell desde la zona delantera a acarrear balones para sacar a la oncena del encierro. El ritmo de marca y juego le pesó a jugadores como Celso Borges, Daniel Chacón y Gerson Torres, quienes perdieron con facilidad duelos uno contra uno.
El exceso de confianza en algunas jugadas estuvo a la orden del día. Francisco Calvo perdió una pelota cuando intentaba armar juego desde atrás, Celso Borges también, Daniel Chacón fue otro que falló en la salida.
Otro punto para reflexionar es la ocasión fallada por Johan Venegas solo frente al portero coreano. Esas ocasiones ya en un torneo cuestan un pase de ronda.
En cuanto a los aciertos lo de Jewison Bennette es ilusionante a dos meses del debut con España. El extremo sumó un doblete, pero además es desequilibrante, encarador y atrevido en el frente del ataque.
Joel Campbell se consolidó como el eje de La Sele, el futbolista del León de México es el que administra y manda en cuanto a la creación de juego de la Selección Nacional. Cuando Joel tiene libertad y juega, el equipo de Luis Fernando Suárez fluye y consigue generar peligro.
Campbell tuvo participación determinante en los dos goles de Costa Rica y creó sociedades con facilidad, específicamente con Jewison, Anthony Hernández y Álvaro Zamora.
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Nombres como Zamora y Hernández tuvieron su primer chance en la Nacional y cumplieron; se vieron bien y hasta fueron claves en los goles. Por ejemplo, el saprissista hizo un centro de lujo en la segunda diana, Anthony Contreras remató, se dio un rebote y Bennette anotó.
Otros como Carlos Martínez, que también es de los ‘nuevos’, tuvo un buen encuentro en el que se fajó defensivamente y aportó cuando pudo en ataque. En el primer tiempo consiguió bloquear siete ataques coreanos.
La Selección de Costa Rica utilizó una de sus últimas pruebas previo al Mundial para notar lo que debe hacer y lo que es obligación corregir; también nuevos talentos vieron en el duelo una oportunidad de oro para mostrarse y no la desaprovecharon.