La novena de Transtica Santo Domingo empató a tres juegos la serie semifinal del torneo nacional ante Astros de Brenes y Salas.
Los domingueños ganaron 1-0 en el sexto partido realizado ayer en el Polideportivo de la comunidad herediana.
El sétimo y decisivo juego se realizará el domingo, a las 10 de la mañana, en el Parque Antonio Escarré. El ganador irá luego a la serie final del beisbol costarricense ante a Los Pinoleros, que se deshizo con facilidad de Tiburones.
Vamos al juego. La carrera decisiva fue anotada ayer en la última entrada oficial por Alexander Flores, tras hits del propio Flores y Harry Fernández, así como un error del camarero de los Astros, Osmín Rostrán, en un batazo fuerte pero rutinariamente descifrable de Darío Smith, bueno para doble matanza.
El zurdo Alberto Cabrera, la supuesta carta de triunfo de los Astros, de nuevo estuvo desafortunado pues cedió el incogible de Fernández y luego el rodado de Smith que se convirtió en el batazo clave para la única carrera del partido.
Un público hostil, lleno de prejuicios étnicos, hizo el coro durante el reñido partido, a sabiendas de que ambas novenas tenían extranjeros en sus filas, o bien, eran jugadores llegados de otras canteras.
Sin embargo, merecen crédito los dos abridores foráneos, Lázaro Urroz, de los Astros, y el derecho de Santo Domingo, Eliseo Moya. El primero se mantuvo sin permitir carrera durante ocho episodios y un tercio, con cinco hits permitidos y sin ponches propinados.
Moya lanzó ocho entradas completas, cedió dos incogibles y ponchó a dos rivales. Dejó en las bases el corredor decisivo, Alexander Flores y tras obligar a Mikol Neninger a elevado hacia el campo corto, cedió la goma al relevista Cabrera, quien se enfrentó a dos rivales, Fernández con sencillo y Smith con el golpe de gracia ante el error defensivo de Rostrán.
Astros arrancaron la serie con doble victoria, incluso con blanqueo 2-0 de Cabrera y luego estuvieron en ventaja 3-1. O sea, solo tenían que ganar uno de tres juegos restantes para ascender a la serie final. El asunto se le ha puesto peliagudo, en espera del sétimo y decisivo juego del domingo.