
Ante los ascensos interminables de la carrera del Cerro Chirripó, la organización del evento debe llevar a caballo toda la logística que se requiere.
A lo largo de los 17 kilómetros de la competencia se tiene previsto ubicar ocho puestos de asistencia, que deben colocarse con la ayuda de los arrieros, quienes suben en sus caballos la hidratación, las frutas y los medicamentos. Es esencial este trabajo de campo para el evento que arranca este sábado a las 7 a.m., en San Gerardo de Rivas.
Gustavo Arias, colaborador de la comisión organizadora de la competencia, explicó que una semana antes se planea el traslado, tanto a los puntos de asistencia como a Base Crestones. Esto con la idea de tener cubierto cualquier detalle que necesiten los corredores.
Los arrieros trasladan en sus bestias 500 litros de agua, 450 porciones de frutas (banano, manzana verde y sandía), galletas, golosinas dulces y medicamentos.
En la meta se le dan porciones de pasta a los competidores una vez que concluyen la carrera.
El dirigente generaleño agregó que solo para el día de la competencia se preparan 120 almuerzos, necesarios para alimentar al personal de apoyo.
Un día antes se alistan 450 cenas para el acto de bienvenida a los competidores y sus familiares.
Deivis Arias Quesada, presidente de la Asociación de Arrieros, y el grupo de montaña Nido de Halcón, se encargan de dar la asistencia en la montaña.
“Ellos tienen mucha experiencia y nos ayudan a que todo esté en orden. En el caso de los integrantes de Nido de Halcón, algunos están capacitados para dar los primeros auxilios”, explicó Gustavo Arias.
En el caso de que algún atleta se lesione, se destinaron dos “ambulancias” muy particulares, pues consisten en dos caballos que bajan con un arriero y tienen la posibilidad de trasladar a la persona que sufrió el inconveniente y se le dificulta bajar por sí mismo de la montaña.