Mauricio Chunche Montero se declara un seguidor del futsal, por eso se convirtió en dueño de una franquicia en la segunda división de este deporte, que será ocupada por Grecia.
Pero el exfutbolista también lo hizo con la idea de ayudar al cantón alajuelense que lo vio nacer.
Regresar a la Primera A del futsal es un triunfo para los griegos y un primer paso para encaminarse hacia la máxima categoría, llamada Liga Premier.
Para empezar con ese proyecto no solo necesitaban apoyo económico, también el peso de una figura que representara a la comunidad.
LEA MÁS: El fútsal tico es dominado por un equipo que sabe sobrevivir ante la fuga de jugadores
Ahí nació la idea de buscar a Montero, un personaje griego que, además, sigue los partidos por televisión o en ocasiones asiste a partidos.
“En Grecia se juega mucho futsal. El equipo perdió la franquicia hace un tiempo y un grupo de muchachos que jugaban ahí me contactó, me hicieron la oferta y empecé a meditar”, comenta el Chunche.
Esa meditación tardó aproximadamente 15 días. Hoy no está muy claro del precio exacto por comprar el derecho, pues ronda entre ¢1,5 y ¢2 millones, pero también debía valorar las inversiones para mantenerse a flote durante la temporada.
“Empecé a hacer una planificación de gastos, la parte logística, administrativa... nos dimos cuenta que el equipo es muy responsable y ordenado, pero uno tiene que empaparse de todo, no era entrar por entrar”.
Montero tiene claro que de este proyecto nada es ganancia, al menos económica.
Por era razón, una de las primeras tareas es buscar patrocinadores para salir con los gastos del equipo.
“Antes en Grecia había una final de futsal y el estadio estaba lleno, queremos que el pueblo se dé cuenta y ya luego formar a los entrenadores para que empiecen con Juegos Nacionales y liga menor”.
Este será su primer proyecto alejado del fútbol 11, pero cercano a la disciplina que lo emociona cuando un marcador se revierte o cuando un equipo se levanta de tres goles en contra.
Pero el Chunche cree que su experiencia le ayudará a tomar buenas decisiones administrativas y devolver a Grecia la confianza de poner el equipo en sus manos.