
“Recuerdo que iba bajando de El Rodeo hacia Piedras Negras bastante rápido. De pronto vi un carro y no puedo decir de ahí en adelante qué pasó. No sé si me caí, si pegué con el carro, si pegué en un paredón o si me fui a un guindo. La verdad no puedo decir qué pasó”.
Aún adolorido por las cirugías y los golpes, el ciclista Raymond González Rivera se recupera en el hospital San Juan de Dios, mientras intenta hacer memoria de lo ocurrido el domingo, tras sufrir una violenta caída en la segunda fecha de la Copa Endurance, de mountain bike, en Ciudad Colón.
La memoria le juega una mala pasada a Raymond, mientras los recuerdos divagan en su cabeza y solo tiene algunos trazos de aquel terrible momento. Solo un milagro lo tiene con vida.
“Recuerdo que de pronto vi el carro y luego amanecí lunes en el hospital. No recuerdo ver nada, ni nada. Me acuerdo de los doctores hablando fuerte y gritando, ‘¡este no se nos va, este no se va!’, Pero no recuerdo caras, lugares, ni nada. Solo eso escuché, creo...”, escribió González a La Nación por medio de mensajes de texto, desde su cama en el hospital.
El joven de 26 años agradece a Dios por estar vivo y aseguró que sin la asistencia de sus compañeros del equipo MMR SportivStore y sin utilizar un buen casco, posiblemente no podría contar su historia.
González sufrió el percance en un descenso a Calle Pastos, cuando iba en busca de la meta en Hacienda El Rodeo, en una travesía de 48 kilómetros por complicados senderos y trillos.
Tiene claro que había pinchado en el complicado descenso. Se detuvo, reparó su bicicleta y salió con todo para recuperar tiempo perdido y luego solo recuerda un vehículo avanzando hacia él.
Luego del percance, sus compañeros lo auxiliaron inmediatamente. Tenía el rostro cubierto de sangre por las heridas, prácticamente estaba irreconocible. Fue llevado primero al Ebais de Ciudad Colón y posteriormente al centro médico para ser evaluado, pues aunque su condición era estable, había perdido bastante sangre y tenía su rostro inflamado, debido a las heridas.
En el hospital lo ingresaron de emergencia y empezaron a atenderlo. Por la gravedad de las lesiones, inmediatamente lo pasaron a cirugía.
“Me fisuré en varios puntos de la mandíbula (ambos lados). Me quebré dos huesos en la cara. El malar fue uno de los huesos de la cara que se me desplazó un poco y necesitó una intervención quirúrgica. Además la clavícula está fisurada en dos puntos”, explicó González.
El pedalista, oriundo de La Garita de Alajuela, continuó describiendo mediante un texto las lesiones que sufrió, las cuales parecen interminables, más allá de los raspones y golpes en su cuerpo.
“También me partí totalmente el labio de arriba, desde la nariz hasta el labio por dentro de la boca, por lo que me hicieron cirugía reconstructiva. En total fueron tres operaciones en la cara y me dieron 32 puntadas en el rostro. En el ojo derecho tengo un derrame interno importante, según me dicen los médicos. Tengo que esperar a ver si amerita cirugía”, añadió González.
Cuida a su padre con Alzheimer
Raymond inició dando asistencia al pedalista español Joseph Betalú en las carreras en nuestro país. Poco a poco empezó a correr y demostró buenas condiciones, lo que le abrió las puertas en la escuadra MMR SportivStore, que le dio oportunidad de participar en la categoría élite desde hace tres años.
Actualmente comparte su pasión por el ciclismo con su trabajo como ingeniero electromecánico y además desde hace cinco años cuida a su padre quien padece Alzheimer.
“Me encargo de mi papá y vivo con él. Tengo una cuidadora en la casa, para poder trabajar y realizar mis cosas personales, pero él depende al 100% de mí. Obvio que me preocupa un poco su bienestar por mi situación actual, pero él siempre va a estar bien. En la casa lo tengo como un rey. Ahí están con él una señora que lo cuida y una tía. Lo más importante para mí es mi papá”, indicó González.
Raymond agradeció a su equipo MMR SportivStore, por todo el apoyo durante la emergencia que vivió, pues estuvieron atentos a auxiliarlo en todo momento.
“Lo mejor que me ha pasado es estar en este equipo y tener este apoyo. En el lugar del accidente estuvieron dos personas del staff. En la ambulancia iba uno conmigo y siempre estuvo un carro del equipo detrás de la ambulancia. En todo momento ha estado personal en el hospital y me ayudaron con el papeleo y otros tŕámites”, añadió González.
Igualmente agradeció las oraciones de sus familiares y amigos, porque tiene claro que estar vivo es un milagro por las fuertes lesiones que sufrió tras la caída.
“Sinceramente le doy gracias a todas esas personas que ayudaron en el sitio, y con sus oraciones. Son gracias a ellas que este milagro se pudo finiquitar y tenerme ahorita fuera de peligro. Estoy vivo gracias a eso y a usar un buen casco. Sin un buen casco, no estaríamos haciendo esta nota”, recalcó González.