La sincera expresión del timonel norteño se puede cotejar con otra de su colega Roy Myers, técnico del Saprissa. Después de Casas, Myers dijo: “Esa es la personalidad que he procurado cincelar en mis muchachos. Si estuvimos contra las cuerdas un buen tramo del encuentro, lo bueno es que mantuvimos la convicción de ir adelante y sacar el partido”.
Dos puntos de vista, una realidad. Justamente, en la disposición mental de los saprissistas y en la fidelidad con su esquema radicó la victoria a domicilio de los morados.
Entre tanto, el castillo de naipe de los locales se desdibujó dramáticamente por varios factores; la calidad de su adversario, en primer término; pero también por el repentino declive en el rendimiento de figuras que habían descollado en el certamen, como el arquero Donny Grant, por ejemplo. Sobre el sudor rojiazul en la gramilla se evidenció también debilidad mental del plantel.
Esta es una manera de explicar que la supremacía de los tibaseños radicó en lo contrario.
La desventaja parcial de dos goles obliga a los norteños a realizar una verdadera proeza el sábado en San Juan de Tibás.
No solo deben ganar por dos o más goles de diferencia. En lo fundamental, los hombres de Casas tendrán que extraer de quién sabe dónde, por un lado el carácter de iniciar el último partido como si las cosas estuvieran parejas.
Por el otro, superar a los morados en el diseño de la estrategia, con base en una disposición táctica extraordinaria que les faculte ir más allá de la utopía.
Sin embargo, en el futbol no hay nada escrito. Por eso se comprende que la declaración de Myers, “la serie está en el aire”, aunque tiene mucho de diplomacia, también se basa en la disciplina de un estratega consciente de su responsabilidad, pues en las veleidades del juego, como en la vida, las cosas se terminan, ¡hasta que se terminan!
Si acudimos a los números, las cosas están así: Saprissa supera a San Carlos por dos goles; quiere decir que aún una eventual derrota por un gol, daría el título a los morados. Los norteños, por lo tanto, están obligados a superar a Saprissa por dos o más anotaciones, si es que aún cuentan con las reservas futbolísticas y anímicas de revertir una suerte tan adversa.
Quizás un comedido Roy Myers lo retrató en su turno al micrófono. “Sé que San Carlos ha hecho todo lo posible por hacer historia. Nosotros, en cambio, somos un equipo que ya tiene historia”.