¿Cuántos remates a marco caben en un poema? ¿Hay espacio para las jugadas de pared en un verso? ¿Cuántas tarjetas amarillas entran en una estrofa? ¿Cortan los pitazos el ritmo de un heptasílabo? ¿Cuánto de inspiración hay en un gol olímpico? ¿El cobro de un penal pertenece a la lírica o a la épica? ¿Existirán un poeta que se apellide Messi y un delantero Neruda? ¿O escribirá Lionel sobre el césped y jugará Pablo sobre el papel? ¿Puede la métrica dejarnos fuera de juego?
Preguntas que me hago mientras disfruto, cómodamente sentado en la gradería de los lectores, de un partido de poemas (¿o una antología de jugadas de pizarra?) que dura 126 poemas: “El gol nuestro de cada día” y el seleccionador, o compilador, es el escritor y traductor español Francisco J. Uriz.
Esta maravilla de libro (así, con ele de líbero, i de Iniesta, be de balón, ere de réferi, y o del portugués O rei Pelé ) fue publicada por Vaso Roto Ediciones, de España.
Tuve la dicha de que cayera en mis manos (como pelota devuelta desde la tribuna) el pasado 24 de febrero, cuando visité la librería Buhólica, ubicada en el centro comercial ComBai, en Escazú.
Se trata de una obra dividida en cuatro partes: primer tiempo, con 64 poemas; descanso, con cuatro; segundo tiempo, con 50; tiempo de descuento, con 8, y pitido final, compuesto por el epílogo y varios comentarios en torno a los textos que obligan –al igual que en los estadios– al aplauso, el grito, el gozo, el abrazo.
Allí está el genial Joan Manuel Serrat, quien en las páginas 159 a 161 nos pone de pie, atentos a cómo conduce la palabra entre el taco izquierdo y el derecho. Para muestra, unos golpes de empeine: “Pelé era Pelé / y Maradona uno y basta. / Di Stéfano era un pozo / de picardía. / Honor y gloria a quienes / hicieron brillar el sol / de nuestro fútbol / de cada día... Viva el conocimiento / y la alegría del juego / adornada con un toque /de fantasía. / Fútbol en colores, / bocado de gourmet, / encaje de ganchillo, / canela fina”.
A su lado juegan Nicanor Parra, Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Harold Pinter, Vinicius de Moraes, Joaquín Sabina y muchos otros poetas que nos recuerdan las palabras del filósofo portero Albert Camus: “Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”.