El seleccionado sub-23 de Costa Rica, que se prepara para el Preolímpico de Atlanta 96, por realizarse en mayo en Edmonton, Alberta (Canadá), tendrá hoy en la noche una nueva prueba contra el futbol caribeño, en su segunda presentación en Antillas Holandesas. El rival será un combinado de la isla de Bonaire.
El encuentro se jugará en el estadio de Bonaire, territorio ultramar de Holanda, de 287 kilómetros cuadrados, frente a las costas de Venezuela, adonde la delegación tica se desplazó ayer a las 8 a.m. desde Willemstad, en Curazao.
El compromiso está programado para las las 7:30 p.m., hora caribeña (5:30 p.m., hora costarricense), según confirmó Luis Javier Zúñiga, director ejecutivo de Selecciones Nacionales.
El seleccionador Juan Blanco explicó a La Nación, vía telefónica desde Curazao, que "el objetivo de la gira es el roce con el estilo del futbol de la zona, pues en el Preolímpico enfrentaremos la misma escuela: Jamaica y Trinidad y Tobago."
Césped artificial
Antenoche, el equipo patrio debutó en Curazao y empató sin goles contra la Selección de Antillas Holandesas, en un partido de regular calidad y baja asistencia de público en el estadio Korseau, en Brieuagat (Willemstad).
Por Costa Rica jugó Léster Morgan; Tray Bennett, Reynaldo Parks, Luis Marín, Víctor Cordero y José Pablo Fonseca; Max Sánchez, Wálter Centeno y Sergio Morales; Paulo César Wanchope y Rónald Gómez. Por cambios actuaron luego Hárold Wallace, Alejandro Sequeira y Bérnal Mullins.
Según el manejador nacional, hubo atenuantes para que se diera el resultado: una pesada grama artificial, no contar con zapatos adecuados para jugar allí, el violento viento que sopla en el estadio, el "exagerado" localismo de los árbitros (anuló un buen gol a Wanchope) y enfrentar a un equipo batallador.
"El estadio posee una cancha sintética, pega mucho viento, parecido a Liberia, en Guanacaste, y así es muy difícil jugar", refirió Blanco.
La Selección retornará al país mañana viernes, a las 12:55 p.m.