Decir Adolfo Machado entre la afición de Saprissa también es recordar un futbolista que se caracterizó por convertir los saques de banda en un arma poderosa para los morados. Por eso recientemente el joven Sergio Céspedes provoca que se le asocie con el panameño.
El lateral derecho de 19 años apenas tiene cinco partidos como titular con el primer equipo del Monstruo, poco tiempo para decir si podrá consolidarse, pero suficiente para saber algo: sus saques de banda son diferentes. Llevar peligro al área rival a partir de esa acción es algo poco común en el fútbol nacional y el tibaseño lo está haciendo.
En varios partidos ha enviado centros precisos al área, sobre todo a la cabeza de Kendall Waston. Uno de ellos incluso ya terminó en gol, el jueves anterior ante el Santa Lucía de Guatemala, cuando cobró desde el costado, Waston “peinó” el balón y Christian Bolaños cerró en el segundo palo. Es evidente que el Saprissa está trabajando una doble fortaleza.
Machado observó esa acción y también otras, como el domingo anterior ante Pérez Zeledón, en una jugada muy similar que por poco termina en anotación. Más que sorprendido, el defensor se mostró feliz de ver que Céspedes pueda hacer saques de banda tan precisos como los suyos y, al mismo tiempo, agradecido de que la afición morada lo siga recordando de esa forma.
“Era una de las armas que teníamos, el saque de banda. Contento con Sergio, ha demostrado tener personalidad y ganarse la posición de defensa lateral. Lo he visto y creo que es un arma muy valiosa para Saprissa. Me llamó la atención porque si podemos ver, hay mucho jugador a nivel nacional que hace el mismo saque de banda, pero no la llegan como él”, comentó Machado.
El futbolista de San Carlos contó que esa habilidad la desarrollo en Panamá con balones medicinales. Pero, recalcó, se necesita más que fuerza.

“Hay que saber tener el impulso de cómo soltar el balón y el momento, cuando ya se va a ejecutar la jugada. Muchos piensan que es solo fuerza, pero no es así. Es saber dónde colocarla y él lo ha sabido hacer muy bien”, añadió el zaguero, quien se percató de los comentarios en redes sociales donde comparaban a la promesa tibaseña con su paso por Saprissa.
Y aunque no lo es todo, la fuerza carga con un porcentaje del éxito en ese tipo de jugadas, algo que Céspedes ha mostrado tener desde que era un niño. Así lo recuerda Edgar Artavia, director de la Academia Wílmer López-Carmelita, donde el morado hizo gran parte de sus divisiones menores.
Céspedes salió de ahí casi a sus 16 años y empezó la carrera en la S, que primero lo envió a préstamo a la segunda división, con el Municipal Liberia.
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“Siempre fue muy fuerte, a los 12 años destacaba en eso por encima de los otros jugadores. Los saques de banda también los cobraba muy bien, aunque ahora se nota que los trabaja mucho mejor en Saprissa”, contó Artavia.
Además de esa evidente cualidad, el dirigente destacó su coraje y carácter, los cuales también le conoció desde pequeño.
“Él ha sabido llevar su carrera sanamente. Me siento contento y orgulloso que haya tenido sus primero pasos de formación aquí con nosotros”.