“Quiero darle gracias a Dios por permitirme dirigir un día más al equipo de mis amores”. Así fue como Wálter Centeno comienza la conferencia de prensa después de golear a Guadalupe 3-0, el jueves.
Paté se enrumba a su primer aniversario como entrenador del Saprissa, club que le llena el alma y también le saca las canas. Desde su arribo al Monstruo, el pasado 3 de febrero del 2019, lo de Paté ha sido todo un frenesí.
Los días de Centeno transcurren entre cafés de Starbucks, libros de biografías de deportistas famosos, entrenamiento y muchas conversaciones de fútbol con personeros del equipo quienes lo catalogan como un “devorador” de la pizarra táctica. La Biblia es su libro de cabecera; el vestuario lo sabe.
Paté ha estado sentado en una silla caliente y en momentos específicos ha vivido entre frases polémicas, convencimiento de la planilla y su estilo de ser fiel defensor del “fútbol arte”. Él mismo lo admite: “He pasado cosas difíciles que me han enseñado mucho y aquí estamos”.
Vamos por partes. En cuanto a resultados fríos (ver infográfico): Centeno tiene una final de Liga Concacaf ganada y una de campeonato nacional perdida. Con la S registra un rendimiento general del 61%.
Sus cifras en el Saprissa
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA. || J.C. / LA NACIÓN.
En este enero inició su tercera aventura al frente del club y comenzó de muy buena forma: invicto en dos partidos y sin recibir goles.
Pero algo es claro: no todo ha sido color de rosa. Paté añora un Monstruo arrollador, que no se canse de tener la pelota y si bien sus ideas han mutado, aspira a ser campeón con su estilo de “toque-toque”.
“El tiempo da razón en muchos aspectos de la vida. Todo el mundo quiere que sea ya, pero una casa no se construye ni en un día o en un mes, una buena casa se construye en ocho meses. En febrero cumplo un año y ese año me ha enseñado muchas cosas, me ha puesto a prueba en bastantes aspectos y ese es el crecimiento como entrenador”, comentó Paté.
Este tiempo al frente del plantel ha denotado un entrenador exigente, que si bien protege a sus jugadores en público tampoco tiene problema en exigirles más frente a las cámaras. Es genio y figura. Exigente como él solo, pero también autocrítico.
Ha entrado en dimes y diretes con periodistas, pero siempre le pone el pecho a la crítica objetiva. El Rey salió respondón con el micrófono en el trono morado, pero él mismo lo reconoce: le debe una corona especial a su pueblo. Esa es el campeonato nacional.
Con el paso del tiempo, Paté ha tenido críticas y su cuerpo técnico ha mutado. Salió Andrés Arias y su nuevo asistente desde octubre pasado fue Marco Herrera.
También salió el gerente Evaristo Coronado y entró Víctor Cordero, ambos superiores al timonel.
La inclemente grada morada le tiene respeto y cariño por ser Paté y porque salvó la temporada pasada con el cetro de Liga Concacaf.
Seamos claros: Paté llegó el primer torneo y avanzó hasta la final nacional. En el segundo semestre dio una vuelta olímpica y ahora va por más.
Pero para lograr ese objetivo, su trabajo en las puertas del camino es algo más que trabajo en el campo. Una vez más se habla del convencimiento que tenga la planilla de su idea, misma que inició con un 1-4-3-3 y ya pasó a un 1-3-4-3.
La Nación le consultó a tres importantes jugadores del equipo sobre el primer año de Centeno al frente de la institución.
“Se acerca el año, ha sido bastante bueno, hemos aprendido bastante, nos ha enseñado muchas cosas que tal vez no veíamos antes como disfrutar el fútbol, no correr tanto sino pensar y eso nos ha ayudado a hacer bien las cosas y mantenernos ahí", dijo Marvin Angulo.
El experimentado Johan Venegas es del criterio que ha sido un proceso provechoso en el los futbolistas han tenido que cambiar su manera de ver el fútbol.
Venegas es uno de los ídolos y siempre ha respetado y respaldado el estilo de Wálter. Ha sido uno de los defensores del “tiki-taka” que ha intentado hacer la S desde el arribo del entrenador.
"Lo veo muy provechoso ya que es difícil cambiar la mentalidad de los jugadores. Es complicado modificar. El equipo ha evolucionado bastante bien, creo que los compañeros están haciendo una cohesión importante hacia la idea, vamos en crecimiento. Tenemos que ganar de esta manera", añadió.
Además, otro de los hombres de confianza es Manfred Ugalde. Sí, el juvenil de 17 años que Paté empoderó y le dio la seguridad. Fue figura el semestre anterior y ahora va por el tema de continuar su proceso de aprendizaje.
“Es un técnico muy bueno, tengo que estar muy agradecido con él por la confianza que me da en Primera y las oportunidades. Para mí es una persona muy importante en mi carrera. Me ha enseñado mucho, me deja todo”, expresó.
Todas las versiones anteriores refuerzan que el camerino respalda a un Paté Centeno que el propio Juan Carlos Rojas, presidente del equipo, ha dicho que desean tener muchos años, por lo que significa para la institución y por la fe que le tienen como líder del club más ganador del país.