Veinticuatro horas despúes de sorber el trago amargo de la derrota, el entrenador alajuelense, Valdeir Badú Vieira, rechazó que el exceso de confianza haya provocado la derrota de su equipo el domingo anterior ante Saprissa.
A su juicio los dos goles tempraneros de Ramírez y Fonseca, la expulsión de Arnáez y la lesión de López fueron los golpes sicológicos que enterraron a la Liga.
--?Que sucedió el domingo?
--Sucedió que Saprissa ganó el encuentro. Jugó lo suficiente como para establecer esa ventaja, jugaron tres veces más que nosotros.
--Y su equipo, ?se confió acaso?
--!No!, no nos confiamos, toda búsqueda que no lleve a reconocer los méritos del que anotó es una búsqueda incompleta e ilógica. Considero globalmente que Saprissa jugó un buen primer tiempo, lo que les faltó fue la estocada final. En cambio la Liga realizó un mejor primer tiempo, en los primeros minutos era un partidazo.
Valdeir Badú Vieira y su esposa Ericka juegan con el perico Loro ayer en la casa del técnico manudo, quien a pesar de la derrota no pierde el optimismo.
--Entonces, ?que pasó en el segundo tiempo?
--En el segundo tiempo caímos en un lapso de golpes psicológicos en tan solo 10 minutos. El primero fue la primera anotación, dos minutos más tarde cae el segundo tanto de Saprissa, el tercer golpe, la expulsión de Luis Diego Arnáez y sumado a estos se lesiona Wílmer López. Con todos estos problemas y un marcador por remontar, se hace difícil para el equipo que está jugando y difícil para quienes entran de cambio.
--Al término de la primera parte, ?qué se habló en el camerino?
--Se dijo que teníamos que seguir jugando el partido que estábamos ganando, no había razón para cambiar. Entramos con el mismo deseo de hacer las cosas bien, nunca confiados. Sabíamos que no estábamos jugando solos; sin embargo, los dos goles tempraneros produjeron un efecto que te desencanta. Es algo extraño que dos goles lleguen tan rápido, más tratándose de una final. Es tan así que apaga a una afición que es el reflejo de los que están en el campo, a ellos les toma ciertos minutos para conectarse de nuevo al espectáculo.
--?Ha observado el vídeo del juego?
--Confieso que sí, solamente una vez, sin necesidad de adelantar ni retroceder, lo miré completo.
--?Qué vio en el vídeo que no observó durante el juego?
--Nada que me pudiera alarmar, más bien fue reconfortante porque me di cuenta que el equipo en el segundo tiempo, a pesar de todas las adversidades, siempre atacó.
--?Por qué Arguedas tuvo que ir a buscar el balón hasta los linderos de su propia área?
--Es verdad, eso sucedió precisamente cuando se suscitó la lesión de Wílmer López. En ese momento Nahamán estaba preocupado tapando ambos lados, tuvimos que pensar sobre la marcha las opciones que nos dieran el mejor resultado. Una de ellas era la sustitución obligatoria de López (salió lesionado) por Joaquín Guillén; otra buscar la ofensiva con Ríchard Smith ya que al ir perdiendo por dos a uno me pareció mejor intentar la solución más ofensiva.
--?Qué sucedió en el tercer gol?
--Fue una anotación fortuita, nace de una opción que tuvimos de anotar, un choque en el área de Saprissa. En ese momento el balón quedó suelto y Fonseca lo envió en un reventón justo a donde estaba Michael Myers para felicidad de los saprissistas. Alexis salió como tenía que hacerlo, pero con la infortunia de llegar una fracción de segundo tarde. Eso sucedió por buscar el empate.
--?Por qué si Oscar Ramírez era el eje de los saprissistas se mantuvo libre, sin escolta?
--En la liga no escoltamos a un jugador, utilizamos un pressing por zona, por sectores. Si es por la izquierda es Wílmer López, si por la derecha es Nahamán González. Ramírez es tan buen jugador como lo es Juan Carlos Arguedas, ellos son jugadores difíciles de anular.
--?Habrá variantes partiendo de la expulsión de Arnáez y la lesión de López? --Por el momento no tengo el dictamen médico de la lesión de López y es posible que ante la expulsión de Arnáez entre en su puesto Osvaldo Chacón.
--?Ganar o ganar, señor Vieira?
--!Claro que sí! El mejor argumento de que sí es posible es el resultado suscitado en nuestra cancha.