Para Herrera, acostumbrado al sol generoso de Alajuela, fue tremendo impacto cruzar el Atlántico y encontrarse con un clima tan poco amigable. Salió del país muy joven, pero dice que ser titular en la Liga con diferentes entrenadores es la prueba de que el proceso de maduración iba sólido. Ahora tiene más de un año en Noruega, donde cultiva nuevas ilusiones, especialmente pasar a otro campeonato más competitivo ..., y un poco menos helado.
Algunos jugadores están saliendo muy jóvenes del país. En el caso suyo, ¿en qué momento empezó a ver esa posibilidad?
Yo fui quemando etapas, debuté en Primera, me convocaron a la Selección Sub-20, después a la Mayor. Cuando me daban minutos en la Selección trataba de aprovecharlos al máximo. Después de un partido en Trinidad mi representante Jorge Ulloa me comentó que había opción en Noruega.
Fue una experiencia nueva, debuté joven, con 19 años. Ahí fui madurando en el camerino con los compañeros. No tuvimos tantos momentos buenos con la Liga, hubo baches negativos, no levantábamos cabeza. Ahí tomé esa experiencia, me sirvió de mucho.
Fue un momento muy importante para mí. Representar a Costa Rica siempre es valioso.
Sí claro, todavía lo recuerdo. Era un partido muy cerrado, tuvimos varias opciones y no logramos concretar. Es una de esas cosas que pasan en la vida.
En la Liga ya tenía partidos de titular, habían pasado varios entrenadores después de que debuté con
Yo llegué a la Liga cuando tenía 15 años. Empecé a entrenarme cuando estaba Javier Delgado y hasta me dio oportunidad en un partido contra Necaxa (Concacaf). Después
Veo los periódicos, y cuando hay un partido temprano lo puedo ver (por Internet), me parece que la Liga está haciendo bien las cosas. Todavía falta mucho.
Lo que es la calidad de vida ni lo pregunté, porque se sabe que Europa es otro nivel. Pregunté cómo es el futbol, la ciudad, en qué posición iba el equipo, para ubicarme de a dónde iba.
Ellos arreglaron el problema, yo no tuve que ver nada. Ya todo quedó solucionado.
Para nadie es un secreto que acá es más rápido y más físico, más directo. En Costa Rica se juega más de pase en corto, no tan intenso. Yo juego por la banda y aquí tengo que estar acelerando tanto hacia adelante como hacia la defensa.
Esa vez por poco y me fracturan el tobillo. No quiero volver a vivir algo así, fue la lesión más grave durante mi corta carrera.
Llegar acá implica dejar a la familia, acostumbrarse a otra cultura, a otro estilo de futbol. El clima también. Al principio me costó mucho, pero es parte del crecimiento personal. Sí me sentía solo, pero por dicha mi novia está conmigo, es importante esa compañía.
El clima es de lo más difícil. Cuando me tocó jugar con nieve yo pensaba ‘No es posible que haga tanto frío a la hora de jugar un partido’. Es difícil sentir los dedos, que no se pueden ni mover. Qué complicado entrar en calor así. Es parte de lo que uno debe conocer, ahora lo he ido asimilando más.
Pues bien. Estoy tranquilo, venir acá y estar en otro país lejano lo hace a uno valorar muchas cosas.
Venir aquí a Europa ya es un primer salto. Quiero ir paso a paso, obviamente buscar un futbol de mayor nivel, un mejor equipo. Primero tengo que consolidarme aquí, ya tengo un año y debo mostrarme más. Todo el mundo quiere jugar en los grandes equipos, pero uno debe ir paso a paso.
Uno no sabe los caminos que Dios le tiene preparados. Si sigo dejando buena imagen sé que tarde o temprano llega la oportunidad.
El proceso empezó bien con Ronald González, hay material humano para trabajar, jugadores jóvenes que pueden vestir la camiseta de la Selección. Don Ricardo La Volpe es un técnico de gran nivel que ayudará a conseguir los objetivos.