Vistiendo una camiseta celeste distinta a la camisa formal con la que habitualmente dirigía a Alajuelense, Nicolás dos Santos aceptó visitar las instalaciones de La Nación para ofrecer una extensa entrevista en la sección Diálogos.
La primera vez que había sostenido esta charla se mostraba cargado de ilusión, afanado en la misión de armar un equipo para ser campeón, pero en esta ocasión, el tema era otro, porque pocos días atrás la Junta Directiva de la Liga decidió despedirlo, a pesar de que en el camerino los jugadores abogaron por él.
"Esa ilusión tenía fundamentos porque teníamos el convencimiento de cumplir con los objetivos paso a paso: primero ganar, luego clasificar y por último ser campeones. Felizmente pudimos andar ese camino en gran parte, construimos un equipo, siento que el paso de clasificar lo hicimos bien porque dimos el paso anticipadamente, tres fechas antes", comentó el charrúa, quien aún no tiene claro qué hará, pero confía en que pronto estará de nuevo en el banquillo, dirigiendo a algún equipo.
"Ahora el sueño para el club sigue, porque ganando este domingo puede quedar primero y ser campeón. Ojalá así sea, es un sueño en el que no voy a estar yo como entrenador y duele".
—¿Cómo definiría en una palabra su salida de Alajuelense?
—No sabría definirla en una palabra, mucho menos tratar de ser objetivo por el dolor que siento. Yo quería seguir, ni estoy de acuerdo con la decisión que tomó la directiva. Yo sabía que en los dos primeros juegos de la cuadrangular no salió lo que se quería, pero tenía la esperanza y fundamento para ser campeón.
—¿No era el momento?
—Yo hubiera querido seguir, porque después de cuatro meses se construyó un equipo. Yo sentía que podía pelear hasta el final. Pero, los equipos a veces necesitan esos cambios, porque el que no viene jugando se motiva, el que está en zona de confort también. Eso pasa a veces, pero los equipos no se construyen en cuatro juegos. Entonces yo sentía que podía llegar hasta el final, pero bueno, la directiva pensó diferente.
—Esta es su primera experiencia como técnico, ¿era el momento para debutar?
—Sí, absolutamente, hoy el equipo está para ser campeón y entonces en el camino ha habido errores, cosas que estuvieron mal, pero hay que ver lo que estuvo bien. Clasificamos tres fechas antes para un club que no venía clasificando y usted habla de experiencia, Benito Floro venía con experiencia, dirigió al Real Madrid y no clasificó y pudo elegir a 12 jugadores, yo elegí a uno y di el visto bueno de los extranjeros.
"Creo que fue un buen año, hacer 43 puntos no es fácil y evidentemente algunos hablarán de la experiencia, otros de los errores y un montón de cosas, pero por qué Benito Floro no clasificó y otros entrenadores no pudieron hacerlo, se hizo un trabajo bueno, además de las buenas contrataciones y se pudo volver a clasificar.
"Hemos sido el equipo más goleador y esos son méritos de todos y a veces yo escucho expresiones de que uno sabe nada de fútbol, de la táctica ni de hacer los cambios, pero evidentemente si usted hace 43 puntos con un equipo nuevo es que algo bueno hizo".
—¿Qué hizo mal?
—Como usted dice, el análisis se ha hecho en estas horas, noches larguísimas, he pensado soluciones, pero más allá de que siempre en un partido se pueden mejorar las cosas y yo soy el primero en aceptar la responsabilidad de los errores, creo que hay un resultado que parece que todo salió mal.
"El partido ante Saprissa, por ejemplo, que se había diseñado de una forma para que saliera como salió después, en el entretiempo dijimos que íbamos a atacar y hacer los goles, pero los últimos 15 minutos pasó toda esa circunstancia que es difícil de entender. Yo no quiero caer en la circunstancia de saber qué hubiera pasado si hago esto o lo otro".
—¿Acepta el error en el cambio de Luis Garrido?
—Si a la luz de los hechos, si no hubiera salido Garrido... pero quién asegura que si no hubiera salido Garrido eso no hubiera pasado. Nosotros viendo que los delanteros nuestros no cubrían a (Michael) Barrantes y (Mariano) Torres, entonces era una situación que había que corregir, ahí decidimos ubicar a (José Luis) Cordero que sabe proteger al lateral, para de esa manera solucionar el problema de la banda izquierda.
"También queríamos soltar a Alex López, de igual forma quedamos con nuestro sistema habitual. El tema fue que quisimos solucionar y no pudimos…"
—Alajuelense mantuvo el mismo sistema…
—Sí, el 4-4-2 con dos contenciones… Porqué no salió como habitualmente sucede, cómo no pudimos mantener el resultado, hay muchas conjeturas.
—¿Cuando la directiva llega, se lo esperaba?
—No, porque yo estaba muy enfocado en el siguiente partido. Después de lo de Santos, llamé a algunos jugadores y les dije preparate que vas a jugar, querés jugar, te quiero poner. En el camino para acá armamos el planteamiento para jugar con Herediano, ya teníamos definidos los jugadores.
—¿Cómo fue ese momento?
—Son momentos de mucho dolor porque se corta un sueño, llegamos a entrenar temprano, yo llego una hora antes y ahí me avisaron que necesitaban hablar conmigo y me avisan de la destitución del cargo.
—A lo largo de la temporada hubo el roce con Róger Rojas, a Pemberton se animó a sacarlo y a ponerlo, ¿es cierto que hubo una votación en el camerino y ellos dijeron queremos que siga?
—Sí, es verdad. Yo les pedí salir del camerino en ese momento, porque si iban a tomar una decisión de ese tipo no debía estar yo presente y sí, después me transmitieron que todos los jugadores o la mayoría tomaron esa decisión de pedir que yo siguiera, hablaron con los directivos, estuvieron durante más de dos horas y media hablando para pedir que yo siguiera.
—¿Eso fue una iniciativa de los jugadores?
—No sé si fue una votación, la directiva no les pidió nada, ellos hablaron conmigo y me dijeron que no querían que yo me fuera y que iban a hablar con los directivos, era su decisión, decisión de grupo. Conmigo hablaron los capitanes y sí, pidieron que yo me quedara, cosa que es de las grandes satisfacciones que me llevo de aquí, porque nosotros a lo largo de este tiempo buscamos construir una familia y unidad por encima de individualidades.
"Si hay funciones y potestades y los dirigentes toman esas decisiones, que tengan ese deseo, que lo hayan planteado. Me comentaron los directivos que hubo jugadores que pusieron el contrato encima de la mesa, no entiendo bien, como que llegaron a extremos importantes para hacerles ver a los dirigentes de que estaban convencidos de que yo debía de seguir. Esas cuestiones a mí en lo personal me llenan de satisfacción.
"Lo más fácil para todos es responsabilizar a otros, entonces, los jugadores podían haber tomado el camino de no decir nada y decir que la culpa es del técnico, pero cuando ellos asumen esa responsabilidad o esa decisión de pedir que yo me quede, están asumiendo que la responsabilidad de haber clasificado y haber perdido en la cuadrangular es responsabilidad de todos. Esos son los valores que nosotros hemos tratado de inculcar siempre en este grupo, de responsabilidad, autocrítica, de hacerse responsable y comprometerse con las cosas".
—El responsable era Nicolás dos Santos, pero, ¿usted no se dejaba aconsejar por los asistentes?
—Eso es absolutamente falso, no sé de dónde surge eso, pero incorporamos a Johan Salas de preparador físico que es un excelente profesional, vino Marcelo Macías con cuatro funciones específicas y hacíamos todo en conjunto. Tanto el Pato como Cristian (Oviedo) son gente que quieren todo para el club, gente sana, honesta y que siempre trabajó conmigo a la par en el sistema de juego, en la elección de los jugadores, en la realización de los cambios. Veíamos fuera de cámara cómo estábamos intercambiando opinión.
"Quizás haya un vacío porque cuando las cosas iban bien destacamos al jugador y a la institución, pero no al cuerpo técnico y cuando las cosas van mal, yo me tengo que hacer responsable. Ellos trabajaron muchísimo en este proceso. Yo siempre voy a ser el responsable".
—Varias personas a lo interno del equipo a mí me dijeron que Nicolás dos Santos no escuchan lo que uno le dice…
—Bueno, me lo tuvieran que haber dicho a mí primero. La gente del club y los jugadores saben cómo nos manejamos nosotros. Las decisiones las tomaba yo, pero escuchaba a todos.
—¿Se arrepiente de alguna decisión?
—Uno también se equivoca, por supuesto que estando mal no se informa eso, cuando el equipo gana todo estaba fantástico y hubo partidos que ganamos y se hicieron cosas malas.
"Nosotros ganamos 5-0 y quedamos primeros contra Carmelita, después de ese partido e hicimos un dispositivo para que empezara Abdiel Arroyo, íbamos ganando 3-0, el rival tenía un lateral izquierdo que subía mucho y yo hice todo un dispositivo para que Abdiel pudiera rendir mucho, pusimos a Cubero a respaldar al lateral derecho.
"Lo dejamos libre para que viniera y una vez que venía pudiera atacar con mucho espacio Abdiel, todo era fantástico, pero aún no estaba listo para jugar Abdiel y lo tuvimos que ver en la cancha, porque eso no se puede ver en los entrenamientos.
"Nadie dijo que todavía no era el momento Abdiel y las victorias no permiten un análisis verdadero y las derrotas no lo permiten tampoco. El ejemplo es el clásico, al técnico de Saprissa nadie lo culpó por recibir tres goles. Eso está mal pero es normal, hay que entenderlo y ojalá fuera diferente. Este es un deporte orientado por la pasión, pero no puede ser que la pasión arrase con la racionalidad".
—Usted tuvo un rendimiento del 61%, ¿usted sabía que Alajuelense no había despedido a ningún técnico con ese rendimiento sin haber terminado el campeonato en los últimos años? El último fue Javier Delgado con un rendimiento así después de llegar a la final.
—No lo sabía. Es doloroso. El fútbol tiene ingratitudes que el club las termina pagando también. Quitar a un entrenador como Javier Delgado, creo que merece respeto.
—¿A usted lo irrespetaron?
—Yo creo que alguien como Delgado evidentemente había que respetarlo más. Acá hay una decisión de la directiva que yo no comparto, que es la de mi salida, pero no hablaría de falta de respeto. Son posiciones diferentes, yo no estoy de acuerdo con esa decisión y hubiera querido seguir.
—Con Benito Floro la prensa hablaba de la cláusula de rescisión de contrato, ¿con Nicolás había o no?
—Esas son cosas internas, sé que no voy a tener problema con la dirigencia. Por ahí el tema de Benito, supuestamente mucho dinero que ganaba, la cláusula de rescisión, pero en mi caso no habrá problema.
—¿No es un asunto de dinero pero sí de resentimiento?
—Resentimiento no, pensar distinto. El dolor de no haber podido continuar, el club si Alajuela gana queda primero y puede ser campeón, lo único es que ese sueño de ser campeón yo lo quería vivir desde adentro y no afuera y eso lo tengo claro y a partir de ahí tengo el derecho de vivir este dolor y poder expresarlo. Quien ha estado desde diciembre construyendo esto quería por lo menos terminar y ver qué sucedía.
—Hubo cuatro partidos que se le salen de las manos, el de Grecia, el de Pérez Zeledón, el clásico y el de Santos con un hombre menos, que juega con un delantero.
—Se puede ver de diferentes enfoques, uno es que generamos muchas situaciones de gol, podíamos haber hecho dos o tres goles en Guápiles y después pusimos un delantero que era Yitan, jugamos con Guevara en posición de delantero o extremo izquierdo, jugamos con dos delanteros netos más la subida de los laterales y la llegada de Allen.
"Generamos muchísimas situaciones de gol y a veces el no hacer uno de esos goles nos termina pasando una factura muy pesada. El resultado vuelve a buscar errores y culpables, el partido lo manejamos progresivamente, con un cambio ofensivo y seguimos. No encontrar el gol hace que parezca que todo estaba malo. Fue un partido en el que hicimos todo lo que teníamos que hacer menos el gol".
—¿Fue difícil explicarle a sus hijos?
—Posiblemente, ellos van con la camiseta al estadio, son hinchas, entonces ver que la gente me insulte a mí o a los jugadores es como una visión rara de las cosas, porque cómo en el club que ellos quieren tanto pasan esas cosas.
—¿Ahora les toca dejar compañeros y maestra?
—Por suerte, fuera de esas situaciones este país nos ha tratado maravillosamente, los vecinos, independientemente de si saben o no en dónde trabaja uno. Ellos van a un colegio en el que les enseñan al mejor nivel académicamente y les dan esa transmisión de valores humanos, de respeto, de cariño, de afecto, de construir valores personales.
"Yo por algunas personas que hayan tomado una actitud negativa no puedo cambiar el concepto del club y la sociedad costarricense. Yo me llevo las cosas buenas que nos han dado dentro y fuera de la cancha".