Jugadoras de Saprissa FF ponen en manifiesto el orgullo de colgar la camisa morada

Saprissa Fútbol Femenino, equipo que marcó parte de la historia del balompié femenino costarricense, sufrió para el 2020 una variación fuerte, más de 10 jugadoras abandonaron el plantel y una cantidad similar de fichajes se sumaron.

Lo trascendental para las tibaseñas es que su escuadra no pierda la esencia de lo que significa vestir la camisa saprissista, por lo que desde que comenzaron a llegar las nuevas jugadoras, fue vital enseñarles lo que pesa la casaca morada.

Valeria del Campo, futbolista de la S con varios años en el camerino, compartió con Jeimy Umaña, una de las nuevas incorporaciones, en un Facebook Live organizado por el club en el que quedó claro el sentimiento por ser jugadoras del Monstruo.

“Saprissa fue el pionero para que hoy en día el fútbol femenino sea vistoso, si bien es cierto hay trabajo por hacer, el primer paso se dio. Desde adentro yo pude ver muchas acciones para que nos vieran, desde Marcela Trejos (exdirectora de marca), Diego Picado (encargado de comunicación), el equipo se viene dando a conocer y es gracias a esas personas”, afirmó Del Campo.

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Para la central, estar en el club de Tibás es una de las mayores alegrías de su vida y cuando se le presentó la oportunidad de vincularse, en 2015, no dudó en aceptar.

Por su parte, Umaña, de 19 años, resaltó que ella es formada en Arenal Coronado, un equipo con historia del balompié femenino, empero cuando llegó a Saprissa se dio cuenta de lo que es la palabra grandeza.

"Pequeña era como cuando Arenal estaba arriba y yo estaba ahí, entonces estaba contenta. Después con el tiempo vimos que Saprissa se convirtió en equipo fuerte. Me pasé con Saprissa, el primer partido en la Cueva no lo sentí tanto, pero en el segundo sentí más porque se llenó muchísimo. Ahí tuve que demostrar, eso era ese miedo de que debía hacer las cosas bien", expresó.

Ambas coincidieron en que les tocó jugar en una época privilegiada del fútbol femenino, porque ahora hay uniformes exclusivos para el equipo de mujeres, también patrocinadores y condiciones que están muy cerca de ser profesionales.

Del Campo dijo que ella de igual forma quiere ser profesional con una carrera universitaria, por lo que hace bastantes sacrificios para salir con las responsabilidades deportivas y las demás.

“Ha sido difícil, yo estudio en la UCR (Administración Pública), vivo en La Guácima de Alajuela, para no atrasarme llevo bloque completo, cuando todo se combina es complejo. Mis traslados son muy largos, más la carga deportiva y académica, pues la vida se vuelve dura”, añadió.

Jeimy explicó que ella también está próxima a ingresar a la universidad, una etapa que la llena de ilusión.

Una pregunta en la conversación que sorprendió a las moradas fue si admiraban a algún jugador del equipo masculino.

“Yo admiro a mis compañeras, pero me gusta la forma en que juegan Alexander Robinson y Michael Barrantes”, sentenció Valeria.

Las dos futbolistas son unidas, al punto que Umaña recordó una anécdota en la que compartían jugando videojuegos, pero Del Campo no supo perder.

"Iba ganando como 4 a 1 y ella me apago el Play. Llega ella y me saca el portero y se la tiré y gol y lo apagó", pronunció entre risas.

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La joven de 19 años se considera una futbolista desde el vientre de su madre.

“Mi mamá estaba embarazada y andaba jugando, toda mi familia juega fútbol, y tengo esa chispa futbolera. Coronado es una gran mini institución, pero Saprissa, por lo que tiene en masculino y lo que ha ganado en femenino, es más fácil que lo logren ver a uno para ir afuera”, evaluó sobre su decisión de vestir la morada.

Saprissa Femenino sufrió una transformación total en sus nombres para este año, sin embargo por las palabras de sus jugadoras la esencia continúa intacta.