En las vitrinas de premios futbolísticos, pocos ticos han recibido tres reconocimientos del balompié estadounidense por su desempeño; sin embargo, el joven volante Carlos Coto logró hace pocos días escribir en páginas doradas esta hazaña.
El primer premio que le otorgaron a Carlos es Primer Equipo All-ECC, que lo ubica entre los mejores 11 jugadores de la Conferencia Este de Estados Unidos que consta de 10 equipos.
El segundo galardón es una Mención Honorable por parte de la ECAC, una conferencia rival y la tercera mención hace referencia a que es parte del Tercer Equipo All Region; este premio se lo dan a los mejores jugadores de todas las conferencias. Coto quedó tercero de toda la zona.
Aunque su nombre le parezca poco conocido, porque no ha jugado en la Primera División del país, hizo las ligas menores con el Uruguay de Coronado. Con tan solo 18 años dejó las filas del equipo lechero para iniciar un sueño en el fútbol estudiantil estadounidense.
“Hice toda mi liga menor con Uruguay y llegué a alto rendimiento, también entrené un par de veces con el primer equipo, pero nunca debuté en Primera Divisón. En Coronado había una persona que me puso en contacto con José Rodríguez, presidente de Futbol Consultants y él me ayudó con el proceso para venir a Nueva York”, aseguró Coto.
La travesía para estudiar y jugar en el New York Institute of Technology (NYIT) no fue fácil; el actual entrenador de Coto vino a Costa Rica a observarlo un par de veces para aceptarlo como becado.
El joven de 21 años recibió beca deportiva y académica, está en el último año de Psicología y aunque ha vivido solo en La Gran Manzana, sus padres han sido un gran pilar en la travesía.
“Aunque vine muy joven (18 años) me va muy bien. Aquí logré conseguir un trabajo en la universidad dándole recorridos por las instalaciones a los estudiantes prospectos y también soy entrenador de niños. He logrado mantenerme bien, mis papás me ayudan a pagar la casa y la comida, pero gracias a Dios me ha ido bien”, confesó Coto.
Carlos, quien creció en Moravia, se describe como un volante ofensivo que da más asistencias que goles, pero este año se preparó físicamente y logró anotar en siete ocasiones y dio la misma cantidad de servicios para anotar en 64 partidos, en los que en 54 veces fue titular. Además, fue nombrado capitán por tercera temporada consecutiva.
De su herencia futbolística destaca a su bisabuelo materno quien fue el capitán y entrenador de Moravia por muchos años, además de su abuelo paterno, quien jugó para Gimnástica Española, un club de fútbol fundado en 1911 en San José.
Una de sus clases universitarias se convirtió en el escenario de gala perfecto, ya que el joven se encontraba sentado en una de las aulas cuando se enteró que era dueño de tres reconocimientos futbolísticos.
“Estaba en clase y el entrenador me mandó un correo diciendo que llegaron esos reconocimientos. La verdad me lo tomé bastante tranquilo, pero súper feliz; es mi última temporada aquí y tenía toda la intención de terminar la etapa de la mejor manera”, aseveró.
Pese a que la experiencia de Carlos está culminando en Nueva York la cataloga como las mejores que ha podido tener, por lo que aplicará para quedarse cursando una maestría.
“Venir a Nueva York es lo mejor que me ha pasado. Mi plan es quedarme sacando una maestría o doctorado en Psicología Deportiva, si no sale la opción en ninguna universidad, es muy probable que me vaya a Madrid, España”, confesó.
Si bien esta joven promesa logró brillar en lo individual este año, la experiencia resultó ser agridulce ya que estos resultados no se reflejaron en lo colectivo debido a que su equipo perdió en las semifinales de conferencia, aun así atesora el recuerdo de su primer temporada cuando quedó campeón de la Conferencia de la Costa Este de Estados Unidos.