Henry Bejarano, árbitro central en la final de la Liga de Campeones de Concacaf, se alejó de las complicaciones en el partido que el América ganó por 4-2 en la casa del Montreal.
El silbatero tico mostró ocho tarjetas amarillas -cuatro por bando- y evitó utilizar la tarjeta roja, incluso cuando varios jugadores americanistas cometieron faltas que ameritaban la segunda amonestación.
"Dejaron una buena impresión a pesar de que fue un juego, principalmente en el segundo, friccionado. Cuando los americanistas estaban abajo (en el marcador) trataron de ponerlo a prueba protestandole y él siempre mantuvo su fuerza, su autoridad y el arbitraje puede estar tranquilo de que hizo una buena labor", comentó el exárbitro y analista Greivin Porras.
Bejarano estuvo acompañado por los líneas costarricenses Leonel Leal y Octavio Jara, así como el asistente Jeffrey Solís.
El árbitro costarricense también se mostró práctico en el primer tiempo, cuando el jugador local Marco Donadel se manchó la camisa número 33 de sangre y el club no tenía un reemplazo. Bejarano propició que el juego continuara sin demora al consentir que jugara con el 94 en su espalda.